81 alegaciones se han presentado a la ordenanza de playas de Cádiz

No es muy común que un período de exposición pública de un documento municipal genere tanta actividad entre la ciudadanía. Pero el revuelo que originó la nueva ordenanza de playas ha despertado el interés de los gaditanos, que han formalizado un total de 81 alegaciones presentadas por 26 personas y entidades diferentes y que han dado lugar a no pocas correcciones -matizaciones, en la mayoría de los casos- del texto normativo final que este jueves se presenta al Pleno. De hecho, prácticamente la mitad de las alegaciones han sido admitidas, ya sea total o parcialmente.

Tantas alegaciones dan lugar para todo tipo de redacciones, fórmulas y propuestas. Desde las que cuentan con amplia redacción y buscan detallados fundamentos, a las de una ciudadana que de su puño y letra más que una alegación plantea una queja, una protesta al aire, un desahogo: “Estoy en desacuerdo con el nudismo en las playas”. Y punto.

Otra ciudadana ha querido mostrar -a través de su iPhone- su enfado tirando de ironía; y en su alegación propone que se habilite para el nudismo la playa de la Caleta “que es la que corresponde al barrio del alcalde y al parecer él está de acuerdo con ello”.

Efectivamente, el nudismo y la posibilidad de que los perros campen a sus anchas por la arena copan el mayor número de alegaciones. Con cierta trampa incluida, ya que en algunos casos se repite exactamente la misma alegación, con literal redacción e incluso misma tipografía de letra, cambiando únicamente el nombre y el DNI del que la presenta. Siempre contra el nudismo.

En medio de esa polémica por el nudismo y por las mascotas, quedan en el olvido alegaciones curiosas como las varias que plantean que la Caleta sea considerada como mínimo “playa seminatural” a raíz de un estudio de la UCA que ha identificado allí “hasta 281 especies de animales y 118 de algas”; la del PSOE pidiendo incluir limitaciones a “librar globos de forma intencionada” para luchar contra la basura en el medio marino; o como la de Horeca, que propone crear una App que informe puntualmente del “estado del cielo, el oleaje, el viento, las mareas, la predicción del tiempo, el índice UV, la temperatura del agua y la sensación térmica, así como poder conocer el aforo de la playa”. Y ya de paso, que la App informe también de los establecimientos hosteleros de la zona donde esté el bañista, los restaurantes o los servicios delivery.

La playa para todos. Pero todos parecen estorbarse en la playa, por más que algunas alegaciones propongan un lenguaje más amable para referirse a las mascotas o para sustituir el verbo “denunciar” por “comunicar al Ayuntamiento”. Eufemismos playeros.