Más allá de un parche

informe | la pobreza en cádiz

Sin empleo y sin vivienda no se solventa la situación de crisis

José Antonio / Hidalgo

12 de abril 2015 - 01:00

Los datos sobre las ayudas que aporta el Ayuntamiento de Cádiz dentro de su plan de emergencia social, publicados el pasado lunes, evidencian dos cuestiones. Una, que el gobierno local dedica importantes cantidades de dinero para atender las necesidades de los colectivos más desasistidos de la ciudad, muy por encima de otros municipios aunque siempre ampliable si tenemos en cuenta inversiones ciudadanas no prioritarias, como la del nuevo estadio, por poner un ejemplo; otra, que la situación social de la capital es alarmante, sin que se vea atisbo de una solución inmediata.

Es cierto que el Ayuntamiento dedica a estas familias partidas millonarias y que numerosas entidades privadas se vuelcan a la hora de facilitar ayudas para la alimentación, la educación, la vivienda o la vestimenta, labor que evita un estallido social, especialmente cuando el histórico colchón familiar, por la que abuelos, padres e hijos se ayudan mutuamente, ha quedado tocado por los efectos de una crisis económica que ha hundido salarios y pensiones. Pero todas estas medidas no sacan a la ciudad de la emergencia social en la que vive.

Hace ahora tres años Diario de Cádiz publicaba un amplio informe sobre la pobreza que se abría con un titular más que elocuente: "Cádiz ya es Grecia". Han pasado tres años, el Gobierno central anuncia el final de la crisis, la creación de empleo y que lideramos el crecimiento en Europa, pero los alarmantes datos aportados en mayor de 2012 no solo no han cambiado, sino que han ido a peor.

Expertos en la gestión de servicios sociales tienen claro que las ayudas que se aportan, tanto desde la iniciativa privada como desde la pública, deben ser sólo una parte del trabajo que hay que realizar para eliminar completamente esta situación de emergencia social, y que no se consigue "en cuestión de días", como se ha llegado a afirmar desde una de las formaciones políticas emergentes, con un alto componente electoralista. Todo forma parte de un proceso global que se debería de marcar como objetivo una reorganización de la sociedad que evite estas situaciones de riesgo.

Así, se constata que mientras persista la alta tasa de desempleo que soporta Cádiz, similar a la de hace tres años, y se sufran los elevados precios en la vivienda, tanto de alquiler como en venta, será difícil que las familias en emergencia social puedan salir de esta situación: si no hay trabajo, no hay ingresos y es necesaria la ayuda social. "Por mucho dinero que se dedique al pago de hipotecas, alimentos o medicamentos, si se mantiene la precariedad laboral y económica de los afectados, éstos no podrán salir de este pozo", se constata. "Se les ayuda, salen del pozo durante un tiempo pero vuelven a caer al mismo al mantener su precariedad económica". Todo como un parche.

Por si fuera poco, la profundidad de la recesión ha afectado de lleno a una parte de la clase media, especialmente en Cádiz, que servía de sustento a parte de la economía de la ciudad. Este grupo comienza a formar parte de este colectivo que necesita de ayudas externas para poder sobrevivir, ampliando de forma muy peligrosa la masa ciudadana en peligro y retrasando igualmente la solución global.

Se plantea por ello la urgencia de planes de empleo efectivos. Empleos, además, con sueldos decentes. Un plan que debería de ir acompañado por otros de formación de las propias familias, para que aprendan a vivir con los ingresos de los que dispongan. En este sentido, se pone como ejemplo la cesta de la compra de muchas familias que son abonadas actualmente por las cáritas parroquiales. Muchas se llenan con productos que no son de primera necesidad. Mejor productos naturales que bollería industrial, refrescos y otros de alto coste. No se sabe comprar cuando se puede pagar y tampoco se sabe comprar cuando no se tiene. Junto a ello, se debe aprender también a que no es prioritario que el hijo cuente con una moto (como se han dado algunos casos de dinero de ayudas públicas que se han invertido en la compra de estos vehículos "porque los amigos de mi hijo ya tienen una") o que antes que un implante para aumentar el pecho de la madre hay que destinar el dinero al desayuno del pequeño de la casa (algo que también ha llegado a ocurrir).

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