El piso más pequeño de Cádiz: 15 metros por 380 euros al mes de alquiler
El problema de la vivienda
El déficit de residencias en alquiler en Cádiz persiste desde hace años, aunque en el mercado han entrado antiguos pisos turísticos
La oferta más barata se centra en los minipisos
La oferta del mercado de alquiler en Cádiz capital sigue siendo deficitaria para la demanda existente, tanto de pisos asequibles para particulares o familias con escasa renta como de pisos de alto nivel para quienes cuentan con mayores ingresos y buscan un hogar amplio, bien acondicionado y situado.
Hoy apenas son una 600 las viviendas en alquiler, en un parque total que supera las 50.000 casas en toda la ciudad. Aquí, además, hay que restar las que limitan su oferta a las temporadas escolares o de verano, donde se obtiene un mayor beneficio económico por parte de la propiedad.
El bajo número de esta oferta y el elevado de la demanda hace que Cádiz siga siendo una capital cara en cuanto a la vivienda de alquiler, sobre todo si la comparamos con ciudades andaluzas de mayor tamaño, como Córdoba, Granada o Almería donde se encuentran rentas en las zonas más comerciales con unos precios a la baja que en Cádiz son inimaginables.
La crisis del turismo debido a la pandemia del coronavirus ha aliviado algo este déficit, aportando además pisos en muy buen estado de conservación pues han funcionado como apartamentos turísticos y ahora, sus propietarios, optan por el alquiler residencial ante la ausencia de visitantes.
Esta oferta extra, sin embargo, no ha permitido rebajar los precios pero sí ha abierto la posibilidad de encontrar viviendas reformadas, bien situadas y equipadas, aunque algunas sean reducidas en tamaño, a un precio asumible para una familia de clase media, que antes tenía problemas para localizar este tipo de viviendas, como se destaca desde las principales inmobiliarias de la ciudad.
Un recorrido por estas empresas, fundamentalmente las dos grandes, Hispania y Comunidades del Sur, y por los principales portales inmobiliarios, deja claro que para encontrar pisos para una familia de cuatro miembros y con buenas condiciones de habitabilidad es necesario gastar un mínimo de 700 euros.
Pero si sólo es una persona, o dos como mucho, no se es muy exigente y, además, los recursos económicos son más limitados, en la ciudad ya se localizan propuestas de alquileres a precios bajos y alejados de los partiditos e infraviviendas de antaño.
De todo lo visto el alquiler más bajo se limita a 260 euros al mes. A primera vista es un auténtica ganga. El problema es que es un apartamento, segunda planta con ascensor cerca de San Juan de Dios, con apenas 30 metros útiles lo que apenas deja espacio para un dormitorio. Además, se advierte, la cocina no tiene electrodomésticos. La casa, eso sí, está en buen estado.
Frente a ello, otra oferta más interesante: un piso en la avenida de la Sanidad Pública (la antigua avenida de Juan Carlos I). Son ya 70 metros cuadrados construidos, oferta cuatro dormitorios y un cuarto de baño por apenas 270 euros al mes. La cocina está equipada y el diseño de la casa es la propia de un antiguo piso turístico.
Lo cierto es que un precio bajo (para la media de la ciudad) va directamente unido a un tamaño del piso reducido. Aunque también los hay que, con escasos metros, ya tienen un precio más alto.
Así en Manuel Rancés se alquila un apartamento, ciertamente reformado y con una pequeña terraza, que cuesta 370 euros de renta mensual y que no pasa de los 25 metros cuadrados. En el precio no se incluyen los gastos de la luz y el agua. Otro piso, ubicado en La Viña, apenas tiene 5 metros más de superficie con un coste de 350 euros, sin gastos incluidos.
Pero si buscamos a la oferta de apartamento en Cádiz más pequeña en extensión nos tenemos que ir a la calle Arbolí.
Allí está en el mercado un piso de apenas 15 metros cuadrados con un coste de 380 euros al mes. Eso sí, la cocina está equipada y los gastos incluidos. Es un bajo interior, por lo que no hay vistas a la calle.
TREINTA VIVIENDAS DE MENOS DE 40 METROS
Hay cerca de una veintena de viviendas en alquiler que no superan los 40 metros cuadrados de extensión y con precios que oscilan entre los 350 y los 480 euros al mes, como pasa con una en la calle Ceballos con esta superficie y en buen estado de conservación; o los 27 metros cuadrados que se alquilan en un bajo en Corralón de los Carros. Antes estaba en 415 euros y ahora se queda en 350, sin incluir los gastos de luz y agua. O los 32 metros habitables de otro bajo, exterior, en General Morla. Está amueblado y tiene una renta de 390 euros.
Como el apartamento de Ceballos, se va también de precio los 38 metros que se ofrecen en el Mentidero. Es un segundo piso sin ascensor. Hay que pagar 450 euros pero se encuentra en muy buen estado. O los 500 euros en Pericón de Cádiz. Son 40 metros de superficie y también en buen estado. Ello indica que muchos de estos pisos han formado parte de la red de pisos turísticos de la ciudad, ahora en pleno proceso de adaptación a la nueva situación económica.
Las grandes inmobiliarias también ofertas estos pisos pequeños pero son especialmente cuidadosas a la hora de controlar la calidad de lo que ponen en el mercado. Comunidades del Sur, por ejemplo, oferta un piso de 50 metros cuadrados por 650 euros (un coste ya alto) pero con vistas a la Bahía, aire acondicionado y habitación doble en perfecto estado de revista. Otro, ubicado en el centro, no pasa de los 40 metros y cuesta 550 euros. En este caso también tiene aire acondicionado y wifi.
En pleno Paseo Marítimo se ofertan 33 metros cuadrados, con un dormitorio, con una renta de 600 euros al mes.
Frente a estos precios, algunos asequibles pero otro ya con un coste alto, y estos tamaños, muy reducidos en la mayor parte de los casos, la oferta de alquiler en la ciudad incluye viviendas con rentas que son astronómicas.
LOS ALQUILERES MÁS ALTOS
La más cara se sitúa en la avenida José León de Carranza. Es un piso no muy amplio, 88 metros cuadrados de superficie útil, con tres habitaciones en una séptima planta. A escasos metros de la playa sólo se ofrece para la temporada estival. Su precio: 2.800 euros al mes.
Lejos de esta cantidad hay en Santa Inés un piso de 140 metros cuadrados, con tres habitaciones, en segunda planta interior y sin ascensor. Cuesta 1.800 euros mensuales. Una importante diferencia respecto a los 1.100 euros por 4 habitaciones y 180 metros cuadrados en la calle Santa Cruz de Tenerife, o un ático en la calle Brasil a escasos metros de la playa con una renta mensual de 1.650 euros que incluye un piso de cerca de 200 metros cuadrados e incluso una plaza de aparcamiento.
Entre las cerca 30 viviendas con una renta superior a los 1.000 euros al mes se incluye un único chalé, ubicado en la avenida de Andalucía, con 3 habitaciones, 125 metros cuadrados y un coste de 1.500 euros.
Y como colofón de lujo: un piso ofertado por la Inmobiliaria Hispania. Son 1.200 euros para 125 cuadrados. Con un diseño de lujo y unas vistas a toda la zona del puerto de Cádiz incluye hidromasaje.
El debate político sobre el control de los alquileres
Entre los cada vez más numerosos encontronazos dentro de la coalición de gobierno, entre el PSOE y UP, la regulación del mercado inmobiliario tiene difícil solución, aunque para el líder de Podemos, Pablo Iglesias, es un proyecto esencial que quería dejar solventando antes de dejar su cargo con vicepresidente.
Mientras que desde Unidas Podemos se plantea una norma exigente para limitar los precios, tanto los bajos como, fundamentalmente, los más altos del mercado, para amoldarlos a la realidad social, desde el PSOE se pone en duda este tipo de medidas.
El secretario de Estado de Movilidad y Agenda Urbana, Pedro Saura, afirmaba esta semana en una entrevista en El País que “un control de alquileres radical disminuiría la oferta”, destacando que lo que hay que hacer es mejorar la actual legislación que ya cuenta con un control de la subida anual de los precios tras la firma del correspondiente contrato.
En Cádiz, el gobierno de José María González también defiende un control más estricto de los precios en este sector, asumiendo la importante necesidad de pisos de alquiler social que tiene una ciudad con una alta carga de familias con escasos recursos.
En los últimos años desde la concejalía de Vivienda se ha intentado animar a los propietarios a sacar en alquiler sus pisos, con precios adecuados a la ciudad. En los casos de familias con escasos recursos, el propio Ayuntamiento se convierte en avalista y garantiza a la propiedad el pago mensual de la renta.
Este plan, sin embargo, apenas ha sido atendido. Hay muchos propietarios que siguen temiendo por el estado en el que se pueden encontrar sus viviendas si se alquila a un determinado tipo de familia. Por eso, siguen promoviendo alquileres altos que, consideran, atraerá a una clientela que a priori mantendrá en buen estado estas viviendas.
En los portales inmobiliarios ya comienzan a aparecer ofertas de alquiles de habitaciones, especialmente dirigidos a estudiantes.
En la época de mayor desarrollo del Plan de Rehabilitación del Casco, la propia Junta se encontró con problemas para poder alquilar pisos destinados a viviendas de realojo mientras ejecutaba las obras.
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