El alquiler de pisos a estudiantes como vía de escape al 'boom' de apartamentos turísticos en Cádiz

Dice el refrán que de la necesidad se puede hacer una virtud. En términos empresariales, esto significa que de todo problema puede surgir una oportunidad. José Luis Romero y Víctor Gamero son dos emprendedores gaditanos que cuando eran estudiantes del Grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Universidad de Cádiz se dieron cuenta de los problemas que tienen los universitarios para poder alquilar una vivienda en la capital gaditana. 

Gracias a su espíritu emprendedor, vieron que ahí existía un mercado específico para cubrir una demanda, por lo que abrieron el portal web Piso Estudiantes, en donde se ofrecen pisos y habitaciones para que los estudiantes puedan pernoctar y acudir a las clases en la UCA. Con una oficina física desde el pasado mes de febrero en la calle San Rafael, este negocio de gestión integral de viviendas universitarias se ha consolidado tanto en la ciudad como en aquellas que cuentan con un campus universitario en la provincia (Puerto Real, Jerez y Algeciras). 

Tal y como explica Víctor, uno de los propietarios de esta agencia, "veíamos el problema que tenían los compañeros para encontrar un piso en Cádiz y si los encontraban, eran de mala calidad o pisos antiguos, por lo que intentamos buscar una solución". Junto a esto, añade su compañero José Luis que "también veíamos cómo estafaban a estudiantes Erasmus, ya que las fotos de los pisos que alquilaban no plasmaban la realidad o, incluso, ni existían". 

A partir de ahí, y una vez que ambos acabaron su carrera universitaria, esta idea pasó por ese laboratorio que es la Cátedra de Emprendedores de la UCA para resolver todas las dudas en el proceso de montaje de la nueva empresa. 

En la actualidad, este negocio se encarga de la gestión de un centenar de viviendas en Cádiz capital, a las que suma otras 30 en Jerez, 15 en Puerto Real y 15 en Algeciras. 

Uno de los asuntos que sale fácilmente cuando se habla de vivienda es la situación que se vive en la ciudad de Cádiz a causa del boom de los apartamentos turísticos. Como profesionales del sector, aunque de una manera tan específica, consideran que actualmente este mercado está saturado, por lo que los propietarios no alcanzan la rentabilidad que buscan, aunque no quieren devolver las viviendas al mercado tradicional. Por ello, el alquiler a estudiantes o por temporadas se convierte en una vía de escape.

"Muchos de los pisos que gestionamos estaban destinados a turistas y han pasado a estudiantes. Son propietarios de una segunda residencia que para no tenerla vacía durante el año, la alquilan", indica Víctor, que también incide en que esto está provocando que se estén alquilando para estudiantes "muchos pisos de uno y dos dormitorios porque el mercado turístico ya está saturado, cuando antes los que se destinaban a universitarios eran de tres o cuatro dormitorios".

Uno de los asuntos que también resaltan ambos sobre las viviendas y habitaciones que están gestionando es el estado en el que se encuentran. "Ha cambiado mucho el tema de las calidades, ya que cuando veíamos los pisos de nuestros compañeros de clase tenían los típicos muebles de hace 60 años. Los pisos que nosotros gestionamos son casi todos reformados y con todas las comodidades para los estudiantes", destaca Víctor. 

De hecho, uno de los aspectos que más remarcan sobre su trabajo como empresa es la labor que hacen de intermediación entre estudiantes y propietarios cuando surge algún problema, como puede ser que se estropee una lavadora, para poder solucionarlo. 

Además, la opción con la que trabajan es la del alquiler por habitaciones con uso de las zonas comunes, lo que hace que los propios inquilinos se tengan que despreocupar de la búsqueda de un sustituto si alguien se marcha ni tengan que responder solidariamente del pago de la renta. Lo mismo sucede si se produce algún desperfecto, siendo la responsabilidad individual. 

Por su parte, en verano también están encontrando salida para estos pisos con trabajadores que cuentan con contratos cortos o estudiantes que realizan prácticas, lo que permite cerrar el círculo del uso de la vivienda durante todo el año.