2022. El año en que Valcárcel reencontró el camino

RETRATOS DE UN AÑO EN CÁDIZ

Con el proyecto universitario prácticamente desahuciado y el edificio casi de vuelta a la Diputación, las administraciones públicas cerraron un principio de acuerdo en octubre

Imagen de uno de los patios interiores del edificio Valcárcel de Cádiz
Imagen de uno de los patios interiores del edificio Valcárcel de Cádiz / Lourdes De Vicente

Parecía un bonito sueño que se había topado con la cruda realidad; un proyecto interesante pero que perdía el pulso con la financiación económica que se necesitaba para su consecución. Un quiero y no puedo con mucha carga política. Y en el último momento posible, allí cuando los protagonistas ya planteaban tirar la toalla y en el horizonte aparecían nuevas opciones, se consiguió enderezar de nuevo el rumbo. 2022 pasará como el año en que el futuro de Valcárcel volvió a enmarcarse en orla universitaria.

El 10 de octubre fue el día en que la operación que la Junta de Andalucía había frenado, rechazado y puesto en duda tantas veces desde 2019 lograba un principio de acuerdo que la hacía viable. El histórico edificio situado frente a la playa de la Caleta será rehabilitado, construyéndose un nuevo inmueble en su trasera y equipando todo ello para que la Facultad de Educación de la Universidad de Cádiz se traslade a la capital.

La Universidad de Cádiz ya pensaba en tirar la toalla y plantear otras posibles sedes para la nueva facultad, ante la urgencia que requiere el mal estado que presenta la actual en Puerto Real. De hecho, el claustro universitario debería haberse reunido en julio o en septiembre para tomar una decisión definitiva, entre otras cuestiones porque el período de cesión del edificio entre Diputación y UCA expiraba en diciembre y habría que devolverlo a la administración provincial.

Pero llegaron las elecciones autonómicas, la mayoría absoluta del PP de Moreno Bonilla, la entrada en el gobierno andaluz como hombre fuerte de Antonio Sanz, la promesa del alcalde de Cádiz de poner sobre la mesa los primeros 5 millones de euros para desatascar el proyecto, el cambio de consejero de Universidades, y la reunión que posiblemente debería haberse celebrado mucho antes (años antes) entre las administraciones implicadas para sacar adelante una operación que todos bien ventajosa para Cádiz.

Así las cosas, la confirmación de que Valcárcel será la futura Facultad de Educación está ahora a expensas de que las cuatro instituciones implicadas (Junta, Diputación, Ayuntamiento y Universidad) confirmen los términos del acuerdo y firmen el correspondiente convenio. En paralelo, UCA y Diputación tendrán que suscribir un nuevo convenio de cesión del edificio, ya que técnicamente hay que adaptar el escrito a la normativa que se haya actualizado en estos últimos años.

Y a partir de ahí, que cada administración cumpla con su cometido, principalmente el de aportar la financiación que a cada una le corresponde, para que la tramitación y las obras se puedan ir sucediendo.

Sobre esto último, es la Junta de Andalucía la administración que más se implica financieramente con un proyecto que ronda los 44 millones de euros, de los cuales 29 los aportará de manera directa la Junta. Otros 5 son los que pone el Ayuntamiento, que en un principio anunció el alcalde que ya estaban pero que finalmente los ha destinado a otros fines, teniendo pendiente la hacienda municipal esa partida que tendrá que aportar en 2023 o 2024. La UCA participará con algo más de 8 millones de euros que irán con cargo a su remanente de tesorería. Y Diputación aportará los últimos 3 millones de euros, que servirán para financiar el 50% del equipamiento de la futura facultad.

El convenio pendiente de firmar fija qué partida entregará cada administración en cada anualidad, estando ya en el presupuesto andaluz los primeros 2 millones de euros para el ejercicio de 2023. Y si toda la hoja de ruta se cumple según lo preacordado por las administraciones, en el año 2026 podría abrir sus puertas Valcárcel después de más de dos décadas sin actividad.

El hotel se queda en la Viña

Otro de los interrogantes en torno a Valcárcel que se ha resuelto este año 2022 es el emplazamiento del hotel, que Zaragoza Urbana tenía la opción de levantarlo en el Campo de las Balas o en la pastilla que queda entre el histórico edificio y la calle Virgen de la Palma, lo que eran las pistas deportivas del colegio. Y ha sido esta última opción la que finalmente ha preferido la firma hotelera, que renuncia a levantar un complejo cara al mar y vecino del Parador Atlántico para construir un nuevo equipamiento en pleno barrio de la Viña, retomando la ubicación original.

En ese rincón, pues, proyecta Zaragoza Urbana levantar un edificio que tendrá entre 120 y 140 habitaciones, un aparcamiento subterráneo para 400 vehículos y una planta baja donde la hostelería será la gran protagonista (como ha ocurrido también en el Paseo Marítimo con el proyecto de Q Hoteles para la antigua residencia de Tiempo Libre). Todo ello con una inversión que se calcula en 30 millones de euros y un nombre para el establecimiento ya aprobado por la empresa: Cónsul Balbo.

Las instalaciones deportivas de la facultad, por tanto, se dispondrán en el Campo de las Balas, a escasos metros de Valcárcel y más cerca todavía de Náutica, otro edificio abandonado del que ya se empieza a hablar y para el que incluso se ha lanzado -aunque de manera muy débil- un futuro uso como residencia universitaria.

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