Una odisea para aparcar
La situación del aparcamiento en Cádiz
La transformación de la ciudad por la implantación del carril bici y el aumento de la población por el turismo han provocado este verano muchos problemas para estacionar en Cádiz
Cádiz/Aparcar en Cádiz se ha convertido en una odisea. La frase no es nueva, ya que el aparcamiento siempre ha sido uno de los males de la capital gaditana, sobre todo en el casco antiguo. Sin embargo, esta sentencia se ha repetido constantemente durante este verano. La pérdida de plazas de aparcamiento por las obras del carril bici y el aumento de la población por la llegada de un importante número de turistas han provocado que se hayan producido algunas situaciones de caos en el tráfico en el centro de la ciudad, algo a lo que las obras que se han realizado en el Campo del Sur, una de las principales arterias del perímetro de intramuros, también han ayudado.
En la otra punta de la ciudad, se estrenaba el nuevo diseño del Paseo Marítimo desde la glorieta Ingeniero La Cierva hasta Cortadura con la instalación de la zona ciclable, lo que ha supuesto la restricción en el acceso de vehículos a este espacio a residentes y la redistribución de las plazas de aparcamiento de zona azul y naranja en las calles transversales y parte de la Avenida principal.
Aunque las obras del carril bici en la ciudad aún no han terminado, la transformación de la movilidad en la ciudad por la instalación de las vías ciclistas es patente.
Sus consecuencias, también lo son. Solo hay que intentar aparcar en la calle en hora punta. La situación se puede llegar a tornar en desesperante por el tiempo que se pierde si no se dispone de un abono o un garaje privado en el casco antiguo. Vueltas y vueltas para encontrar un sitio si se vive o se quiere visitar el centro. Incluso, en muchas ocasiones, aparcamientos subterráneos como los de San Antonio, Canalejas o el Campo del Sur, entre otros, han lucido el cartel de completo durante buena parte del día.
Esta historia no es actual, tal y como se puede constatar en la hemeroteca. En el año 2000, el Ayuntamiento de Cádiz –en aquel entonces en manos del PP– elaboró un informe en el que se destacaba que ya existía un déficit de 13.000 plazas de aparcamiento en el casco antiguo debido a que existían 19.665 vehículos censados y solo había 6.777 plazas para estacionar en superficie. Un dato que sirve para tener una visual general de un problema que no ha cambiado y que, incluso, se ha visto acentuado.
Entre las vicisitudes que se han producido durante este verano, una de las más evidentes ha sido la que ha sufrido el aparcamiento subterráneo de la plaza de San Antonio. Este estacionamiento es uno de los más demandados al ser el único que se encuentra en pleno corazón del casco histórico. La alta demanda –como ejemplo, cuenta con una amplia lista de espera para adquirir abonos– tanto de trabajadores como de turistas y el cierre al tráfico rodado de la calle Veedor, que era la vía de escape desde este lugar, han provocado el colapso del tráfico en esta zona en más de una ocasión.
Desde el aparcamiento de El Tenis, situado bajo el Real Club de Tenis de Cádiz, explican que este estacionamiento ha estado completo casi toda la temporada estival, notándose especialmente en los vehículos de rotación en la franja del mediodía, momento en el que llegan más visitantes para disfrutar del casco histórico. Asimismo, el cupo de abonados está cerrado por la incidencia que ha tenido el carril bici.
Los de Canalejas y Campo del Sur son otros estacionamientos del centro de la ciudad que, por encontrarse cercanos a la entrada de intramuros, han tenido que colgar con mucha frecuencia el cartel de completo, llegando a producirse incluso colas para entrar en ellos.
La otra cara de la moneda se encuentra en los dos estacionamientos en superficie que se encuentran en terrenos de la Autoridad Portuaria y que son explotados por la empresa Eysa. La situación de ambos es diferente, ya que el que se encuentra en el muelle Reina Sofía sí tiene una gran aceptación, mientras que el que está en el muelle Alfonso XIII, que se abrió el pasado mes de abril, cuenta con una baja ocupación.
Según explica el delegado en Andalucía de Eysa, José Jesús López, en el aparcamiento del Reina Sofía "las recientes obras en el centro de la ciudad sí se han notado en la subida de la rotación, aunque no ha sido una subida exponencial, ya que nunca se llega a llenar y siempre hay plazas libres". En cuanto a los abonos, sí reconoce que existe lista de espera.
Sin embargo, en el aparcamiento del muelle Alfonso XIII "tenemos una ocupación bajísima" al no llegar al 20%, a pesar de que "las tarifas no son caras". Existen varios condicionantes que pueden explicar esta situación, como que el acceso a su interior esté controlado por la Policía Portuaria o su cierre durante la madrugada. De hecho, una de las medidas que espera que la Autoridad Portuaria implemente próximamente es la apertura de un acceso frente a la terminal satélite de cruceristas, lo que proporcionará una mayor comodidad a sus usuarios.
En extramuros, también se ha notado en los aparcamientos subterráneos la incidencia de los problemas que existen en Cádiz para aparcar. Una de las entidades que más se ha beneficiado de este asunto ha sido la Zona Franca. En la actualidad, gestiona los aparcamiento de Loreto, Glorieta y Estadio. En ellos, según los datos proporcionados por el propio Consorcio, se ha producido un ascenso de un 22% en la contratación de abonos semanales, quincenales o mensuales durante la campaña de verano –que abarca los meses de junio, julio y agosto– respecto a 2018. De los tres estacionamientos, el que más se ha beneficiado ha sido el de la Glorieta de la Zona Franca, que ha absorbido la demanda de los turistas que alquilan viviendas o visitantes que tienen su segunda residencia en el tramo del Paseo Marítimo más cercano a Cortadura. Otro dato a tener en cuenta es que en los tres estacionamientos del Consorcio se han activado en este mes de septiembre un total de 86 contratos anuales indefinidos de plazas de aparcamiento, un número que no es nada habitual.
En el aparcamiento Gadir, situado junto al estadio Ramón de Carranza, también se ha notado el aumento de la demanda. De hecho, tal y como señala uno de sus empleados, este año se ha tenido que decir a los usuarios que no se podían realizar más abonos por quincenas o mensuales durante el verano por estar casi al completo. Incluso, se han formado colas con asiduidad en la avenida Ciudad de La Coruña para entrar al subterráneo, lo que se ha visto agravado por la eliminación del carril de incorporación que existía anteriormente para instalar el carril bici.
Por su parte, en el parking de Varela, otro de los consultados por este medio, señalan que existe una lista de espera de un año para poder acceder a un abono por los cambios en la zona azul y la pérdida de plazas por el carril bici. Por contra, en la rotación, sí apuntan que este verano sí ha sido “más flojito respecto a otros años”.
Una de las medidas que ha implantado el Ayuntamiento de Cádiz ha sido la apertura de una bolsa de aparcamiento en la avenida de Astilleros con 304 plazas de estacionamiento el pasado mes de diciembre. La medida ha sido un éxito ya que este espacio suele estar al completo durante todo el día. Sin embargo, este acierto incluso ya se ha visto desbordado y han empezado a aparecer los primeros problemas. El primero, y el más evidente, es que durante el día se pueden llegar a contabilizar hasta más de 50 vehículos aparcados en doble fila y en zonas no autorizadas, llegando a obstaculizar a los automóviles que se encuentran bien aparcados. El segundo es que están empezando a aparecer gorrillas en esta bolsa. De esta forma, aprovechan que este lugar es uno de los pocos del centro de la ciudad en el que se puede aparcar gratuitamente. No es el único espacio en el que han estado en verano, ya que en el entorno de la plaza de España también han aparecido en las horas en las que la zona azul no está activa.
Como toda transformación, el cambio en el concepto de la movilidad en Cádiz va a ser lento. Especialmente, en una ciudad que tiene forma de península, lo que no le permite crecer. Una característica que define buena parte de su belleza, pero que también la ahoga por sus restricciones. Una de ellas es el aparcamiento, lo que hace que estacionar en Cádiz siga siendo una odisea.
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