El microscopio
Un lío de nombres
De andar por casa | Calle Montañés
La casa que reflejamos en estas páginas ha sido restaurada recientemente para convertirse en un hostel, y lo ha hecho conservando todos los elementos arquitectónicos y decorativos de su época. La casa perteneció a la familia Iriarte y, como se puede leer en el mosaico de cerámica que se ubica en el patio con la imagen de la Inmaculada, “al fallecimiento de José Mariano de Iriarte y Ozambela en 1881, la donó a la asociación de María Inmaculada (Concepcionistas) para escuelas católicas gratuitas de niñas”. Desde entonces, hasta el año 2019, ha estado habitada por la congregación de monjas.
En 2019 los jóvenes Joaquín Prats y Paula de Ory, tras desempeñar su actividad hostelera en Tenerife, deciden regresar a Cádiz. Tras visitar más de sesenta casas en el casco antiguo de Cádiz, se decidieron, que compran y convierten, tras su restauración, en este maravilloso hostel donde la historia juega un papel muy importante. Su restauración y decoración ha sabido respetar los elementos decorativos y arquitectónicos que dieron origen a la casa.
La finca muestra la arquitectura típica de la época, con un gran patio central con sus habitaciones alrededor y donde se asoman las galerías. Dicho espacio está cubierto con una gran montera de cristal y conserva en su parte central una fuente de mármol de carrara del siglo XVIII, con dos platos, que ha sido restaurada por sus propietarios. La fuente era un elemento decorativo muy común en las casas de ese periodo.
La casa ocupa una superficie de 1.140 metros cuadrados que se reparten entre la planta baja, dos alturas y terraza, todo ello comunicado con unas espléndidas escaleras de mármol y un rico enrejado en todas sus ventanas y puertas. En las escaleras se conserva un bonito azulejo religioso, testigo de los anteriores propietarios de la casa, así como en el patio antes mencionado. Para las zonas comunes se ha utilizado el gris perla en todas sus paredes y el blanco en las molduras y yeserías que ornamentan los diferentes espacios de la vivienda.
En la planta baja se ubica la recepción, biblioteca, garaje, lavandería y algún dormitorio con baño. La primera planta y la segunda la ocupan diez dormitorios con sus baños. Y luego, en la planta superior, la terraza con la cocina y el comedor. Desde esta zona se accede a la cubierta donde se encuentra otra pequeña terraza como un lugar de reunión de los huéspedes.
Las zonas comunes y habitaciones de la casa se encuentran decoradas con obras del artista gaditano Jonatan Alcina. Cada cierto periodo se decorará con obras de diferentes artistas, haciendo con ello una exposición temporal a través de las diferentes dependencia de la casa. También en todos sus dormitorios se encuentran impresas en sus paredes frases célebres gaditanas.
Las camas del dormitorio del hotel han sido diseñadas por su propietario en madera por un carpintero de Rota. Muchas de las habitaciones aprovechan la altura colocando camas literas. En los dormitorios, algunas columnas de las esquinas se han dejado con la piedra vista.
En los baños se ha utilizado el gris para las plaquetas de las paredes, el negro lacado para sus muebles y el gris y blanco para sus suelos hidráulicos.
Una de las zonas más originales de la casa es el espacio destinado a comedor, donde una de sus paredes ha sido decorada con un mapamundi de gran escala con el fondo ocre. Un gran números de mesas de hierro para comer, para uso de los huéspedes, se combinan con sillas de hierro lacadas y mates inspirada en los años veinte.
La cocina es otro de los grandes espacios de la casa, en que su frente principal se ha decorado con azulejo ocre junto al blanco y negro de sus muebles. En un lateral se ha colocado un original mueble de OSB que se utiliza como despensa de las personas alojadas en el hostel.
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