Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
Campaña municipal de poda
Cádiz/La Asociación Gaditana de Defensa de la Naturaleza-Ecologistas en Acción (Agaden-EA) ha vuelto a denunciar a través de un comunicado la poda excesiva e indiscriminada de 3.000 árboles.
“Cádiz se prepara para un Halloween espectacular: Árboles como muertos vivientes y esqueletos decoran la ciudad con las nuevas podas”, titulan el escrito, aprovechando la coincidencia del inicio de los desmoches con la Fiesta de los Muertos.
Desde Agaden confiesan que tenían la esperanza de que la nueva campaña municipal descartase “la modalidad de poda de arrasar con todo lo que hay en los árboles”. Los ecologistas recuerdan que el pasado 19 de octubre el Ayuntamiento anunciaba “una campaña municipal de poda donde se reflejaba la idea de que los árboles que se verían ‘beneficiados’ (perjudicados, para los ecologistas, en este caso), serían aquellos ‘que estuvieran próximos a edificaciones e infraestructuras urbanas y que presentan un estado fitosanitario deficiente, que han sufrido ataques de hongos xilófagos que cuentan con ramas secas con posibilidad de desprendimiento que no están en condiciones óptimas para su desarrollo o con partes que presentan riesgos potenciales de caída’”.
Para sorpresa de Agaden, el iinicio de las podas en una zona de la Barriada de la Paz, “refleja una situación opuesta, ya que algunos de esos árboles no estaban afectando a estructuras con lo que una simple poda de mantenimiento hubiera sido más que razonable para mantener el árbol ‘alejado’ de cualquier infraestructura”.
Los ecologistas reiteran que lo que llevan décadas pidiendo, “no es más que un respeto y una buena planificación sobre el arbolado de la ciudad, que vaa en decadencia”.
“Las continuas podas brutales, a destiempo o incluso las talas por razones tan poco lógicas como el conflicto con ratas, hacen que sean usados como simples elementos estructurales de la ciudad, sin que se le de la importancia que se merece”, aseguran los ecologistas.
Agaden recuerda los beneficios que aportan a la ciudad los árboles y las zonas verdes, entre ellos la absorción de CO2 (hasta 150 kilos por árbol grande al año) y otros gases contaminantes, la filtración de partículas finas en suspensión, la reducción entre 2 y 8 ºC de la temperatura, el afianzamiento del terreno frente a inundaciones o mejoras en la salud física y mental de las personas.
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