Armada: De Cádiz al Caribe, la experiencia única de los 73 alumnos a bordo del 'Elcano'
El buque se encuentra en Civitavecchia, en Roma, desde donde hablan sobre la vida a bordo y formación de los guardiamarinas
Civitavecchia (Italia)/Los 73 estudiantes del buque escuela Juan Sebastián de Elcano Juan Sebastián de Elcan compaginan clases de derecho y mecánica con maniobras navales a golpe de chiflo, mientras disfrutan de una experiencia única en la que "solo falta un poco de intimidad", reconoce Pablo Álvarez, uno de los alumnos en su parada en el puerto de Civitavecchia, cercano a Roma, segunda parada de este 94 Crucero de Instrucción.
Como parte del tercer curso de la Escuela Naval Militar, los guardiamarinas de esta promoción, que solo cuenta con cuatro chicas, navegarán durante cinco meses desde Cádiz hasta el Caribe para vivir "su primera toma de contacto real" con un larga travesía y lo que supone ser parte de la Armada.
"Aquí les enseñamos cómo funciona un régimen de guardias en la mar y en el puerto o el trato que deben tener con la dotación, ya que no tienen gente bajo su mando hasta que llegan aquí y empiezan a rodar un poco", apunta Carlos Amuyego, Alférez de navío y profesor de derecho marítimo.
En los 113 metros de eslora de esta histórica embarcación, los estudiantes reciben clases, participan en las maniobras, realizan sus tareas y, sobre todo, aprenden "compañerismo y los valores de la marina", ya que, como señala el comandante Manuel García, la razón de ser de este navío, es "formar marinos".
"Durante este primer mes, los guardiamarinas poco a poco se van adaptando al régimen de mar" comenta Amuyego, quien hace seis años fue alumno en este mismo buque que ahora comparte como teniente con los 240 tripulantes, entre ellos una enfermera, una banda de música, cocineros y oficiales.
La vida de los estudiantes se divide en el interior del buque, donde en una gran sala de madera brillante comen, estudian y aprovechan su tiempo libre jugando a la consola que tienen conectada en una gran pantalla, y la cubierta exterior, donde hacen ejercicio o ayudan plegando velas.
Esta experiencia única con la que ya han visitado Grecia, Italia y que les llevará hasta Francia, Cabo Verde y el Caribe tiene una gran pega: "Lo peor del barco es la falta de intimidad porque somos un montón de gente viviendo en un espacio reducido", lamenta Álvarez.
Mejor situación
La situación pese a todo ha mejorado respeto a los últimos años de pandemia, señala el comandante García, quien recuerda lo complicado que fue el año pasado: "Se realizó una vuelta al mundo de diez meses en los que, cuando se llegaba a puerto no se podía salir a tierra, realizar actividades o actos... Para las dotaciones fue duro y los puertos se convirtieron en paradas logísticas".
Y es que además de ser un buque Escuela, el Juan Sebastián Elcano es una "embajada flotante" de España, que organiza sus travesías cada año considerando los actos diplomáticos que se pueden realizar en los distintos puertos internacionales donde, tras recalar organizan una recepción a bordo para los diplomáticos y españoles.
"Siempre hacemos una pequeña fiesta para los españoles que llevan tiempo fuera para que puedan volver a escuchar un pasodoble, comerse un plato de jamón o tomarse una copa de vino. Es un poco llevar este trocito de España que es Elcano a la gente que vive fuera" alega el teniente Amuyego.
El día después de la fiesta en su parada en el puerto italiano de Civitavecchia, cercano a Roma, aquellos afortunados que tienen el día libre dejan atrás a sus compañeros que deben quedarse trabajando para ir a visitar emocionados "la Ciudad Eterna" antes de que partan este fin de semana hacia Barcelona, su próximo destino.
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