La atención a los mayores: para cuando la vida va cuesta arriba

Un grupo de gaditanas abre en la barrida de la Paz de Cádiz un centro de día para atender a personas mayores bajo el nombre ‘Mi ángel de la guarda’

Detectores de humo para las personas mayores

De izquierda a derecha, Cristina Rodríguez, Rosa Soto, Estefanía Vega y Celia Ariza. / Julio González

Emprender un negocio no es una tarea fácil. El riesgo que acompaña cualquier proyecto profesional no es un secreto, y dar el paso decisivo debe ser un momento cargado de dudas, aunque también repleto de ilusión y esperanza. En esa tesitura se encontraron hace poco Estefanía Vega y Cristina Rodríguez, las dos gaditanas que acaban de dar forma a su proyecto: un centro de día para personas mayores que ya se encuentra abierto, dando sus primeros pasos, en la barriada de la Paz.

Ambas cuentan con experiencia en la atención de estas personas que necesitan de toda la ayuda posible, ellas y sus familias, cuando la vida va empinando su día a día y haciendo cuesta arriba el camino de las cosas más cotidianas. “Nos mueven las ganas de ayudar a los mayores y a sus allegados, que tienen que trabajar y no tienen fácil atenderlos. Estamos muy ilusionadas”, explican Estefanía y Cristina.

Saben que el trayecto profesional que han elegido no es fácil. De hecho, como recuerdan, no ha sido ningún paseo el arranque del proyecto y la apertura del centro de día, con el nombre ‘Mi ángel de la guarda’, en un bajo del portal número 7 de la avenida de la Bahía, con entrada independiente por uno de los laterales del edificio.

Han sido meses de papeleos, proyectos, obras, mobiliario, alquileres... Un sinfín de pasos que no han podido dar, evidentemente, sin contar con un respaldo económico en forma de préstamo como pasa en cualquier iniciativa profesional que se emprenda de manera autónoma.

Estefanía Vega y Cristina Rodríguez han partido de cero. Con el apoyo de Antonio Losada, a quien citan con agradecimiento, desde el centro de empresa del edificio Astarté, han ido superando obstáculos y logrando permisos hasta abrir a primeros de noviembre este centro en el que podrán atender hasta un máximo de 25 usuarios. En el horizonte más inmediato tienen como objetivo lograr el respaldo de la Junta de Andalucía para la concertación de una parte de sus plazas, un trámite que ya han comenzado. De hecho, muchas son las personas mayores de Cádiz que esperan plaza en un centro de estas características tras la aplicación de la Ley de la Dependencia.

En este bajo de la Barriada, en un local de 200 metros cuadrados, Estefanía y Cristina (junto a Rosa Soto como enfermera y Celia Ariza como trabajadora social), han montado un centro de día cuyas salas, tras la zona de acceso, se dividen en un amplio salón con mesas y sillas, una zona de office (la comida la contratan a un catering) y un comedor, y otra zona de terapia ocupacional, rehabilitación y enfermería. Además de contar con los baños que les marcaba la normativa: dos adaptados, uno público y uno para el personal.

Este centro, que también cuenta con furgoneta homologada para el traslado de los usuarios, está dando sus primeros pasos y atiende ya a usuarios. En el futuro quieren también ofrecer sus instalaciones a las personas que, por ejemplo, necesiten ayuda para el momento del aseo y quieran acudir a ‘Mi ángel de la guarda’ para hacerlo.

En una ciudad con una población cada vez más envejecida y dependiente, tanto desde el punto de vista físico como cognitivo, un centro de estas características puede convertirse en el salvavidas de personas que necesitan de este apoyo, de esta ayuda, y también de familias que en muchas ocasiones no pueden afrontar de manera directa el cuidado integral y permanente de sus mayores.

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