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La avenida que quiso ser una Avenida y se quedó en una gran calle de Cádiz

En la mayor parte de las ciudades, el comercio y las actividades de ocio se concentran en sus grandes avenidas, menos en Cádiz

La vía, muy transitada, necesita más vida urbana

Historias de la Avenida de Cádiz

Cádiz, la ciudad del suelo municipal gratis

La avenida, cuando proliferaban los chalés. / D.C.

La peculiaridad urbanística de esta ciudad nos ha dejado ejemplos en su trama que rara vez se repiten en otras poblaciones.

Aquí hemos tenido una avenida, la de Valencia, con un solo carril cuando iba paralela al paso del tren antes del soterramiento de éste. Aquí se han construido rotondas de tan reducida superficie que sonrojarían en ciudad como Jerez, Chiclana o El Puerto, donde abundan de tamaños para nosotros gigantescos. Aquí tuvieron que demolerse parte de las murallas para conectar el Cádiz de intramuros con el de extramuros y, décadas antes, hacer rellenos para que el primitivo ferrocarril llegase al centro urbano.

Esta ciudad es tan peculiar que durante décadas solo ha tenido una avenida, la “Avenida” en mayúsculas, porque no había hueco para habilitar otras (más allá de las de Valencia o Portugal, meras calles en el modelo urbano de otras ciudades).

La Avenida de Cádiz, que a lo largo de dos siglos ha tenido varias denominaciones, a pesar de sus más de tres kilómetros de longitud y del elevado número de habitantes que son vecinos de ella, no ha logrado nunca el concepto de centralidad que tienen estas mismas vías en otras capitales.

Es cierto que es paso obligado, incluso con la competencia de la avenida de la Sanidad Pública, en la conexión con el casco histórico, centro administrativo y de comunicaciones de la ciudad. Pero está lejos de ser un referente para para aspectos de nuestra vida como el comercio o el ocio de Cádiz.

Nacida originalmente como la carretera del arrecife, que unía mediante una estrecha vía de arena la muralla y sus glacis con La Isla a principios del siglo XIX, su transformación ha ido en paralelo a la de extramuros.

El eterno conflicto con el Ramo de Defensa, lo que hoy es el Ministerio de Defensa, retrasó la expansión por extramuros. El Estado puso límites durante décadas a la construcción en altura en el tramo entre los glacis y la parroquia de San José, por lo que el viejo arrecife atravesaba una zona de terrenos vacíos, pequeñas villas y granjas.

El tranvía a principios del siglo XX por la primitiva avenida, aún de tierra. / D.C.

En 1928, durante la alcaldía de Ramón de Carranza, se elaboró el primer proyecto en firme para urbanizar esta vía.

El tranvía entre Cádiz-La Carraca y San Fernando ya pasaba por la misma desde 1906 aunque por un firme aún en precario. El nuevo plan abrió un periodo de negociaciones con propietarios de los terrenos por donde se iba a ampliar la avenida, para ocupar parte de sus suelsos.

Tras la explosión de 1947 se elabora el primer plan de ordenación urbana donde se fija la expansión de la ciudad por extramuros.

Ya entonces se había avanzado en el derribo de los glacis y en la creación de una gran plaza de acceso al casco, donde en su momento se levantarán edificios oficiales como el Gobierno Civil o la sede de la Zona Franca.

Expropiaciones para ampliar la avenida

En 1950 se plantea por el Ayuntamiento el segundo ensanche, para llegar a las dimensiones actuales. Se contacta con familias de la burguesía gaditana que ya contaban en la zona con sus chalés de recreo, pero comprar o expropiar el suelo necesario para esta ampliación. La operación incluyó por primera vez el adoquinado de la vía sobre un firme de hormigón. Cuando se construya el puente Carranza, a finales de los años 60, se asfaltará toda esta arteria.

A mediados del siglo pasado comienza a urbanizarse buena parte de la avenida, especialmente entre la Puerta de Tierra y la glorieta de Ingeniero la Cierva.

Hasta entrados los años 70 seguirán en pie muchas de estas villas, de las que hoy apenas queda media docena en pie. A la vez se levantan los primeros edificios en altura cerca de la muralla, y desde San José hasta la Residencia del Seguro, construida en 1954. Fincas residenciales con soportales y grandes terrazas, un concepto que desaparecerá en el resto de la avenida.

En los años 70 se urbaniza el polígono de San José. Viviendas de renta libre y edificios para oficinas tras fracasar el plan de José León Carranza, que quería construir allí pisos para trasladar a los vecinos de Santa María, y así poder urbanizar este viejo barrio.

Adiós a los grandes cines

Hasta Ingeniero la Cierva, hoy Glorieta de Ana Orantes, la avenida contará con una contenida oferta de ocio, con los cines Avenida e Imperial y, durante unos años, la sala de verano Delicias. Así como la vecina plaza de toros, que se demolerá en 1976.

Todo ello desaparecerá con la expansión urbanística dejando la Avenida sin ningún espacio de ocio. Ni cines, ni salas de fiesta, ni teatros... algo habitual en la que debería de ser la principal arteria de una ciudad.

Sólo proliferaron los colegios privados, ocupando un lugar preferente en la vía, y ya en los años 90 varios hoteles.

Fracasó también el intento de construir un gran centro comercial, proyectado por la firma Proinsur, en el primer tramo de la vía desde Cortadura donde levantaba la antigua cárcel provincial y la fábrica de cervezas de Cruzblanca, sustituidos por un complejo deportivo y una amplia promoción de viviendas.

Hoy, la avenida que quería ser Avenida se ha quedado en una calle grande. Se le alumbra en navidades y da paso a las cabalgatas de Reyes y de Carnaval, pero carece de centros culturales que atraigan a visitantes propios y extraños. Hay tramos sin apenas comercios, mientras sí abundan tiendas de barrio que en los últimos años, eso sí, se han reforzado con locales de decoración, zapatería, moda y ultramarinos de diseño y contenidos muy cuidados, a la par que se han incrementado las cafeterías en el entorno del Hospital, aunque se cuentan con los dedos de una mano los restaurantes en funcionamiento en la zona.

Y si algún día se construye el nuevo Hospital Regional, se perderá uno de los pocos referentes en cuanto a equipamiento que tiene esta arteria.

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