La ayuda a Cáritas creció en Cádiz casi un 60% el año de la pandemia
Balance económico de la Diócesis de Cádiz y Ceuta 2020
La institución religiosa recibió en la diócesis 2,5 millones de euros, fundamentales para atender todas las necesidades y para garantizar la sostenibilidad económica de la Iglesia
La generosidad se demuestra, como otras tantas cosas en la vida, andando. Y la solidaridad, como los buenos amigos, se espera cuando más falta hace. Ambas cosas caracterizan el ejercicio económico del año de la pandemia en la Iglesia gaditana. Cuando más falta hacía, cuando de la noche a la mañana volvieron a sonar de forma insistente las puertas de las cáritas conforme cerraban negocios y empresas y se paralizaban los trabajos, cuando las iglesias dejaron de celebrar misas y apenas abrían tímidamente sus puertas (con la consiguiente pérdida de los donativos de cepillos, lampadarios y otras colectas fundamentales), la sociedad gaditana se acordó de los que más ayuda necesitaban y redobló sus esfuerzos para no dejar a nadie atrás, como les gusta decir a los políticos. Hasta un 57,9% creció en 2020 el importe total de ayudas directas que recibió Cáritas en la diócesis de Cádiz y Ceuta; una espectacular subida que se traduce en un ingreso total de 2.449.000 euros, según reflejan las cuentas presentadas hace unos días por el Obispado y trasladadas con más detalle por el área económica diocesana a este periódico.
Esta cifra marca, sin duda, el ejercicio económico más difícil de los últimos años; el de la pandemia, por lo que supuso la transformación repentina de la vida cotidiana en unas cuentas muy basadas en la relación física y directa del fiel con los templos al mismo tiempo que la crisis económica derivada se tradujo en un notable incremento de demanda de ayuda que atendió la propia Iglesia. No en vano, las colectas en las iglesias, una de las entradas más importantes a nivel económico, cayeron un 20% el pasado ejercicio; porcentaje que se compensa levemente con el incremento de las suscripciones. Al igual que cayeron estrepitosamente los ingresos que generan las visitas turísticas, al no haber turismo, ni movilidad entre ciudades ni templos abiertos durante meses.
El resultado final fue que el bloque de ingresos más importante para el sostenimiento de la Iglesia, el de las aportaciones de los propios fieles, creció un 10,7% a pesar de la pandemia y de la crisis derivada, alcanzando los 5.314.797,14 euros. Lo que permitió atender una actividad asistencial que se incrementó en un 45% respecto a 2019, sumando las ayudas directas de Cáritas (tanto parroquiales como diocesana) 1.799.842,75 euros, a los que hay que sumar la labor de Manos Unidas (que invirtió otros 366.584,27 euros en atender necesidades). “Estas cifras son reflejo de la sensibilidad y la generosidad de los fieles en un periódo en el que el número de necesitados creció significativamente en todo el país”, valoran desde el Obispado, muy conscientes de que la generosidad de los gaditanos “ha permitido atender todo” lo que se ha precisado de Cáritas.
Esta partida de inversiones de Cáritas, conviene precisar que se refiere exclusivamente a ayudas directamente entregadas. A esa cifra de casi 1,8 millones de euros hay que sumar, por tanto, el sostenimiento de la propia Cáritas y sus diferentes sedes y servicios (que sumó 285.993,08 euros en 2020) así como el mantenimiento de su plantilla de profesionales y técnicos que están al frente de los equipamientos y servicios que se prestan en la diócesis (para lo que se destinó 956.985,55 euros).
A nivel económico, otra clave en el ejercicio económico de 2020 fue el aumento en la partida correspondiente a la asignación tributaria. Es decir, la cuantía que recibe la diócesis por todos aquellos contribuyentes que marcan la casilla correspondiente en la declaración de Hacienda. Un 7,2% más percibió la Iglesia de Cádiz respecto a 2019, rozando los tres millones de euros. Una cifra además que no es del todo casual, ya que desde el Obispado se asegura que ha crecido el número de contribuyentes gaditanos que marca la casilla de la Iglesia en su declaración, valorando positivamente “el esfuerzo que estamos realizando por la transparencia, por dar cuenta de en qué se invierte cada euro que entra en la Iglesia”, en palabras de la ecónoma diocesana, Carmen Lobato.
Bizum, el gran descubrimiento de la pandemia
En medio de la pandemia, con unas cestas vacías y unos lampadarios apagados, las monedas han seguido llegando a las iglesias en forma de Bizum. La plataforma que permite realizar pagos por medio de los teléfonos móviles ha sido “todo un descubrimiento” para la Iglesia diocesana, que ha visto en esta vía la sustitución de las monedas que físicamente se recogen en cada misa o en los distintos cepillos y huchas habilitados en el interior de los templos; especialmente durante los meses de confinamiento.
Desde el Obispado se señala que todo el capítulo de domiciliaciones bancarias, transferencias y pagos mediante Bizum han crecido notablemente durante el año 2020. Al mismo tiempo que valoran también el servicio que viene prestando la plataforma digital Yo Dono creada por la Conferencia Episcopal Española y que permite realizar ingresos y donativos dirigidos donde el interesado quiera.
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