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El Ayuntamiento de Cádiz quiere viviendas, comercios e industrias limpias en el polígono exterior de Zona Franca

Este suelo, mal aprovechado desde hace años, es el único que queda libre para poder construir centenares de pisos

El equipo de Bruno García prepara un nuevo Plan de Vivienda para incluir todos los terrenos donde pueden levantarse más promociones, públicas y privadas

¿Saben los gaditanos qué es la Zona Franca?

Una antigua instalación en el polígono exterior, cerrada desde hace años. / Julio González

Buscar hueco en Cádiz para promover más vivienda, tanto pública como de renta libre, es más complicado que buscar una aguja en el pajar. 

Los espacios que quedan libres, más allá de actuar sobre las escasas fincas que están vacías o semivacías en el casco antiguo o en los solares hoy ocupados por los últimos chalés en Puerta Tierra, se quedan cortos ante la demanda de vivienda que hay en la ciudad. Sólo el registro de pisos públicos, tanto en venta como en alquiler, alcanza a más de 5.000 solicitantes. Una gran cifra a la que hay que sumar quienes tienen capacidad financiera para comprar una vivienda de renta libre. Ni poniendo en uso los pisos de usos turísticos, entre 1.600 y 2.500 según la estadística que se consulte, se podría atender a tan masiva demanda.

Hoy apenas quedan solares que, por su amplitud, pueden permitir la construcción de promociones con decenas de viviendas. Se acaba de vender el terreno de Loreto por parte de la Junta, para una promoción de 212 pisos. Mientras, queda por concretar el cambio de uso del solar de San Severiano, también de propiedad regional, y aclarar quién gestionará los terrenos de las Casitas Bajas, cuya propiedad comparten la iniciativa privada y el propio Ayuntamiento. En conjunto, varios cientos de viviendas más a construir a medio o largo plazo. Todo ello sin contar con las 600 previstas en el solar del Hospital Puerta del Mar, cuyo futuro depende de que se construya o no el nuevo centro médico en Puntales.

Y a partir de ahí nada más. O no.

En esta operación de exprimir la ciudad hasta sus límites para conseguir suelo para más viviendas, el gobierno de Bruno García plantea ahora la elaboración de un nuevo Plan de Vivienda que, incluido en una más global centrado en el desarrollo urbano sostenible de la ciudad, supere los limites impuestos en el actual PGOU, que data de 2012, y así “redensificar la ciudad y equilibrar los distintos usos del suelo con las necesidades actuales y futuras de Cádiz”, según destaca a este diario el teniente de alcalde de Urbanismo, José Manuel Cossi.

Incide el edil en una prioridad ya planteada en varias ocasiones por el alcalde de gaditano. Desde el Ayuntamiento se apuesta por todas las alternativas habitacionales: vivienda social, vivienda asequible y vivienda de renta libre, atendiendo así a todas las demandas que hay en la ciudad, y recordando que el último modelo supone un incremento de ingresos para el Ayuntamiento “que se puede dedicar a financiar promociones públicas”.

Entre estas últimas, se indica, hay una apuesta por la vivienda para jóvenes, como va a pasar en la promoción que ahora se va a poner en marcha en Marconi, una de las mayores en suelo público de los últimos años. El Ayuntamiento ha anunciado un centenar de nuevos pisos en diversas zonas de la ciudad, a la vez que avanza en promociones iniciadas con el anterior gobierno de José María González en García de Sola, Santiago y los Chinchorros.

Pero si la mayor parte de los proyectos ya estaban planteados en el PGOU de 2012, el Ayuntamiento quiere dar un paso adelante que, si logra los objetivos previstos, supondrá un notable paso adelante en la ampliación del parque de vivienda de la ciudad, asumiendo que los 12 kilómetros cuadrados de superficie de la capital dan para lo que dan.

Así, se pone el objetivo en una actuación integral en el polígono exterior de la Zona Franca. Cádiz lleva décadas reflexionando sobre qué hacer en este suelo, con medio millón de metros cuadrados, y donde aumenta la precariedad industrial y de servicios públicos. Todos los planes que se han ideado en este largo periodo de tiempo no han salido adelante. Sólo en la última etapa como delegado del Estado en el Consorcio de Fran González sí se ha impulsado la Zona Base, como kilómetro cero de la apuesta por la economía azul. 

Más allá de esta complicada actuación, la administración se topa con un suelo muy atomizado en manos de la propiedad privada, poco dada a recuperar el pasado industrial del polígono.

Una operación innovadora

Con todas estas premisas: la necesidad de más suelo para viviendas, el nulo avance en la recuperación del polígono exterior y la presencia de la propiedad privada en terrenos hoy en parte no aprovechados, desde el gobierno municipal se apuesta por una transformación de estos terrenos que complementarán los usos del recinto fiscal de la Zona Franca, puramente industriales.

La idea es trasladar a este medio millón de metros cuadrados el diseño que se sigue en la operación de Navalips, donde el propio Consorcio, con la colaboración del Ayuntamiento, promueve la construcción de 800 pisos públicos y de renta libre, junto a equipamientos y espacios libres. 

Así, indica José Manuel Cossi, este inmenso espacio se podría dividir en varias unidades para facilitar su desarrollo, siempre a través de planes de reforma interior, como en Navalips, lo que evitaría una complicada y larga modificación del PGOU. Evidentemente, todo ello de acuerdo con el Consorcio.

No se ha definido aún el número de viviendas, públicas y de renta libre, que podrán construirse en este polígono. Todo ello acompañado por espacios libres (es necesario una profunda reordenación del espacio, carente de avenidas y calles en buen estado), con jardines y equipamientos. Y completado con una industria limpia, al estilo de la Zona Base, que no chocaría con el deseado uso residencial.

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