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El Ayuntamiento de Cádiz vende los antiguos contenedores de basura

La empresa Contenur S.L. accede a quedarse con un total de 1.276 unidades pagando 8,10 euros por cada una

Inicialmente el Ayuntamiento quería obtener 27 euros por contenedor

Viejos contenedores de Cádiz. / D. C.

Nueva vida para los viejos contenedores de basura de Cádiz. La prestación del nuevo contrato iniciado hace año y medio por Valoriza y el compromiso de renovar toda la flota de contenedores de basura de la ciudad ha provocado un excedente al que el Ayuntamiento le ha encontrado salida. Después de una primera subasta que quedó desierta, la ciudad ha conseguido encontrar una empresa que se va a llevar todas las unidades que han sido sustituidas por otras nuevas.

Contenur S.L. será, en concreto, la firma que adquiera todos los contenedores antiguos, al ser la única oferta presentada al proceso de enajenación mediante subasta que sacó a concurso el Ayuntamiento.

En total, se llevará 1.276 unidades, que son las correspondientes a la carga lateral (la que se emplea en todo extramuros y en la ronda de circunvalación del casco histórico) y a las fracciones de orgánico (contenedor gris), envases ligeros (amarillo) y papel y cartón (azul), además de los contenedores de vidrio. De hecho, en el pliego municipal se especifica el número de cada unidad, siendo 646 el total de contenedores grises, 250 azules, 284 amarillos y 96 verdes.

Ha sido en una segunda subasta cuando se ha recibido alguna oferta para retirar los contenedores. Y ha sido así gracias a una más que notable reducción del precio. De 27 euros por contenedor que pretendía obtener el Ayuntamiento en un primer concurso a los 8 euros con los que salió la segunda subasta. La oferta de Contenur se ha realizado por un importe de 8,10 euros por cada uno de los contenedores, lo que eleva el montante final a 10.335,60 euros.

Este precio es, lógicamente, extraordinariamente inferior a lo que cuesta un contenedor nuevo de similares características. Alrededor de 1.000 euros puede valer en el mercado hoy un contenedor de los nuevos de carga lateral que se han implantado en la ciudad, frente a los 8,10 euros que pagará Contenur por los antiguos.

Esto se debe, como precisa el informe técnico municipal, a la pérdida de valor que han sufrido estos contenedores. En primer lugar, porque los contenedores tienen una antigüedad de 17 años, “muy superior al período de amortización establecido en el contrato anterior” de limpieza viaria, que era de 10 años. Esto se une a que la mayoría de contenedores “presentan numerosas deficiencias de funcionalidad, roturas, dificultad de apertura, color…”; por si fuera poco ese mal estado, se suma el actual almacenamiento, desde junio de 2023, “a la intemperie, por lo que presentan un avanzado estado de deterioro que se ha agravado, lo cual influye en su valor residual”.

El uso de estos contenedores es meramente el de ser reciclados. Y en este sentido, se puntualiza también desde el Ayuntamiento que los recipientes “precisan de un proceso de desmontaje más avanzado, que implica costes adicionales, como el desmontaje de las espadas laterales, parte de los patines inferiores o la pieza que sirve para articular las tapas asimétricas”; y que prácticamente lo único que se puede aprovechar “como materia prima es el polietileno de alta densidad (Pead), que es el material que conforma el cuerpo y las tapas de estos bienes muebles”.

Es por todo ello que se llegó a la conclusión de que el valor de estos contenedores “se encuentra muy por debajo del 25% de su coste de adquisición, ya que han superado en la mayor parte de los casos su período de amortización en un 70% (7 años por encima de los 10 previstos para este fin)”. Por eso se subastaron a un precio de 8 euros y serán finalmente retirados por 8,10 euros.

Repintar en lugar de reponer

En el informe técnico que valida la enajenación de los antiguos contenedores se refleja una realidad que no por conocida es menos llamativa. Resulta que la anterior contrata de limpieza, Sufi Cointer, recurría a una solución un tanto chapucera para evitar la reposición de contenedores. Cuando faltaban recipientes de determinada fracción, en lugar de comprar más y sustituir los que ya no servían, la medida adoptada fue repintar ese contenedor para el nuevo uso que se le fuera a dar. Según el informe, esta práctica se realizó “en el tiempo que el anterior contrato estuvo en prórroga”. Es decir, durante nada menos que siete años.

Una realidad que era bien visible a ojos de la ciudadanía (ya que la pintura muchas veces se desprendía en parte del contenedor) pero que no esconde otra deficiencia más que ha experimentado la ciudad respecto al servicio de limpieza y recogida de residuos por ese eterno retraso que tuvo el Ayuntamiento para sacar a licitación y adjudicar el nuevo contrato, cuya implantación al 100% también está resultando un tanto traumática.

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