El Ayuntamiento de Cádiz venderá su suelo en Casitas Bajas para pagar el inicio de la reforma integral del barrio de Manuel de Falla

El Ayuntamiento de Cádiz está dando los últimos pasos administrativos para poner en marcha una de las operaciones en materia de vivienda pública más importante de la ciudad: la reforma integral del barrio de Manuel de Falla, donde se ubica el típico patio de la Tacita de Plata, en la trasera del Hospital Puerta del Mar.

Este proyecto implica la demolición de los 112 pisos que la conforman actualmente, y que se levantaron en 1938. En su lugar se construirán nueve bloques de 5 y 6 plantas de altura que permitirán habilitar 209 viviendas, por lo que el parque público se incrementará en cerca de cien unidades más.

Tras llegar al gobierno municipal, el equipo del alcalde Bruno García reactivó este plan, que se encontraba parado, sin proyecto y sin dinero para ejecutarlo, con el fin de darle prioridad ante la necesidad de vivienda pública que tiene la ciudad y el mal estado de habitabilidad y accesibilidad de estos viejos bloques.

El plan municipal es acelerar la ejecución de este proyecto y sacarlo adelante en unos seis años, la mitad de lo anunciado por el anterior gobierno. La inversión puede rondar los 32 millones por lo que se hará mediante fases.

Como ya adelantó este diario, los vecinos de la primera fase serán realojados en una de las promociones de viviendas que el Ayuntamiento está construyendo ahora, previsiblemente la de Santiago, cuya ejecución está muy avanzada.

Aclarado el proyecto, aclarado el plan de obra y aclarado el realojo quedaba pendiente encontrar la financiación. Y aquí entra en juego el solar de las Casitas Bajas.

Este es uno de los escasos solares, y además de buen tamaño, que aún quedan libres en Cádiz. En el mismo hasta no hace mucho se levantaron viviendas de una sola planta construidas tras la Explosión de 1947. Lo que entonces iba a ser una promoción provisional se mantuvo en pie durante seis décadas.

El terreno, en una de cuyas esquinas se levantó un edificio residencial hace unos años, estaba en manos de varios promotores privados hasta que hace poco uno de ellos se quedó con la totalidad del suelo. Sin embargo, el desarrollo inmobiliario choca con los aprovechamientos urbanísticos de la unidad de ejecución de las Casitas Bajas. Esta se extiende hasta la antigua calle Cooperativa y parte del último tramo de la avenida de la Constitución de 1812.

El problema, para el promotor privado, es que todo este aprovechamiento se concentró en sus terrenos, por lo que un porcentaje muy importante del mismo ha pasado a manos del Ayuntamiento y de Procasa.

Ahora se ha terminado el procedimiento administrativo para la regularización de los aprovechamientos municipales. El expediente está en Patrimonio antes de que sea ratificado por la Junta de Gobierno Local. Todo el proceso se culminará con la transferencia a Procasa del suelo del Ayuntamiento.

Será en ese momento cuando la empresa municipal de la vivienda proceda a la subasta de su parte de Casitas Bajas, a la que podrán acudir todas las empresas que lo deseen, incluida la firma gaditana que es dueña de la otra parte del suelo.

En el PGOU se permite la construcción de una torre de 20 plantas en las Casitas Bajas, como la que ya ejecuta el Grupo ABU en los antiguos depósitos de tabaco. Serán todas viviendas de renta libre.

Dinero para Procasa

Con el dinero que obtenga Procasa con esta operación, que lógicamente se espera sea millonaria, se podrá afrontar por fin el inicio de la transformación integral del barrio de Manuel de Falla.

Procasa necesitaba una inyección de fondos para afrontar este ambicioso proyecto, muy similar al que en su día se ejecutó en el Cerro del Moro. Aunque el Ayuntamiento ya destina partidas de su Presupuesto a la vivienda (incluyendo trabajos de rehabilitación en el parque municipal), la operación en la barriada de Manuel de Falla superaba con mucho a sus posibilidades.

Por eso, el paso que se va a dar con Casitas Bajas será esencial para contar con esta financiación e iniciar en breve plazo el proyecto de la Tacita de Plata.

Una de las posibilidades que tenía el Ayuntamiento, para acelerar esta operación, era la colaboración público-privada. Esta fórmula agilizaba los trabajos pero obligaba a destinar parte de los pisos a renta libre, algo que el gobierno de Bruno García no quiere ya que buscar que las 209 viviendas que se habilitarán al final del plan sean todas de titularidad pública.