La balaustrada de los fosos de la muralla, cada vez en peor estado
El estado de la Puerta de Tierra
La proliferación de la hiedra está afectando a parte de la estructura, con un evidente riesgo de desplome
Falta inversión pública en el mantenimiento del frente de Puerta de Tierra
El desplome de la espada de la figura principal del Monumento a la Cortes ha puesto en alerta, por fin, al Ayuntamiento ante la necesidad de actuar en el principal conjunto monumental de la ciudad. La falta de dinero, especialmente cuando el cuidado del patrimonio histórico apenas tiene presencia en los Presupuestos Municipales recientemente aprobados, ha llevado al gobierno municipal a pedir apoyo financiero al Estado y a la administración regional.
Este supuesto descubrimiento de lo importante que es mantener el patrimonio de la forma adecuada, no ha llegado sin embargo al recinto de la Puerta de Tierra, cuyo estado de deterioro es cada vez más alarmante, sin que haya perspectivas de que se vaya actuar en el mismo.
Hace un año se tuvo que actuar de urgencia para reforzar un tramo de la balaustrada que da al foso del Pelícano, ante el riesgo de caída. Aunque en aquel momento el Ayuntamiento anunció un plan para mejorar esta parte de la muralla, la actuación se limitó a encalar la escalinata de acceso al foso. Y nada más.
Desde entonces esta parte de la balaustrada se ha ido cubriendo de hiedra, con el daño que eso produce a la piedra.
Pero la situación es aún más alarmante, porque esta misma hiedra se está extendiendo por todo el lienzo de la muralla vecino a Bahía Blanca, que incluso crece ya por una parte del acerado.
Es claramente visible como la hiedra se está metiendo entre las piedras ostioneras que cubren la balaustrada, levantando muchas de ellas y cada vez con grietas más profundas.
Este estado de abandono va más allá del aspecto físico de una fortificación que en su día fue catalogada como Monumento Nacional. Es evidente que si no se actúa con rapidez hay un riesgo de derrumbre.
En el otro foso, utilizado como pistas deportivas por el vecino IES Columela, no se produce este problema aunque también es notable el mal estado de conservación de la zona.
El foso del Pelícano tiene una mayor presencia en la vida ciudadana. Sirve como acceso a la estación del ferrocarril y también, de forma lamentable, se ha transformado en buena parte en un parque para perros, cuyos usuarios no respetan los límites del mismo permitiendo que los canes corran, y defequen, por todo el recinto.
La zona más cercana a los arcos de la muralla, donde hay un pequeño jardín, aunque está bien cuidado no tiene ningún tipo de equipamiento urbano que invite al paseo: bancos, alumbrado, fuente de agua, papeleras. Incluso desde hace unos días una esquina de este foso ha vuelto a convertirse en residencia provisional de un grupo de sin techos, que han instalado allí sus tiendas de campaña.
Todo este estado de abandono es claramente visible en el frente de la Puerta de Tierra, con un claro desgaste en su lienzo principal que ha provocado filtraciones de agua en los museos de los títeres y litográfico que ocupan las bóvedas de Santa Elena y San Roque.
En ambos lados del torreón hay todavía bóvedas vacías o cedidas a entidades particulares para un uso privado, lo que también ocurre en los dos baluartes. Hace años se anunció una operación en el torreón para un centro de emprendedores que nunca se llegó a poner en marcha.
Igualmente el paseo superior, aunque ha tenido épocas de peor estado, tampoco se está aprovechando para el desarrollo turístico.
En más de una ocasión el Ayuntamiento ha justificado esta falta de actuación en la fortificación, cuyo valor turístico y cultural es evidente y no se sabe aprovechar, por la falta de dinero por lo que también aquí ha pedido el apoyo de las restantes administraciones.
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