Baluarte del Orejón de Cádiz, menos de la mitad construido y plazo de ejecución cumplido

Las obras sufrieron este verano un nuevo parón al necesitar unas autorizaciones de Patrimonio

Los trabajos deberían haber concluido en septiembre, pero parece que se terminarán a final de año

Comienza la 'reconstrucción' del Baluarte del Orejón de Cádiz

Vista de la playa de La Caleta desde el patio superior del Baluarte del Orejón.
Vista de la playa de La Caleta desde el patio superior del Baluarte del Orejón. / Julio González

Cádiz/De forma discreta, silenciosa, desaparecibida entre la algarabía que suscitó la reapertura del vecino Castillo de San Sebatián, las obras de la segunda fase de la rehabilitación del Baluarte del Orejón –vulgo antiguo Club Marte– acumulan un importante retraso, con lo que las puertas del conjunto cultural, que se deberían haber abierto tras el verano, continúan cerradas.

Así, la que en los últimos años ha sido la sede del Espacio Quiñones parece estar lejos de emprender de nuevo su actividad puesto que los trabajos, que comenzaron a finales del año pasado con un plazo de ejecución de ocho meses, han estado paralizados en este verano.

“Efectivamente, las obras sufrieron un parón porque se tuvieron que pedir una serie de autorizaciones a la Comisión de Patrimonio, pero ya se han reactivado”, reconocen fuentes municipales sobre una intervención que actualmente está “al 40% de ejecución”. Es decir, que se ha cumplido el plazo previsto en el pliego de licitación y los trabajos no están ni a la mitad de concluir.

El freno de este verano tampoco ha sido el primero en este proyecto que busca sustituir el antiguo edificio que no se tocó en la primera fase de rehabilitación del conjunto cultural. Así, la idea era demoler el inmueble en estado ruinoso y levantar uno nuevo, además de realizar diferentes trabajos para hacer más accesible el patio del espacio que mira a la playa de La Caleta.

De hecho, en ambas partes del plan ha habido paralizaciones. Así, hay que recordar que ya en el comienzo de las obras, en diciembre de 2023, se produjo “un pequeño parón”, según definieron en ese momento fuentes municipales, reanudándose la intervención en febrero. Desde dicho mes ya sí estuvo trabajando de manera continuada en la demolición del edificio e, incluso, entrados ya en el mes de abril, comenzó a levantarse el nuevo inmueble. 

Estos trabajos, al parecer, son los que se han visto afectados por el requerimiento de las autorizaciones de la Comisión Patrimonio y, una vez cumplido, ya los operarios han regresado a su labor. Que queda mucha por delante. Así, fuentes cercanas a la intervención, barajan que el Baluarte del Orejón podría abrir definitivamente durante el próximo mes de diciembre, antes de la llegada del nuevo año.

Un momento de las obras en el Baluarte del Orejón la pasada primavera.
Un momento de las obras en el Baluarte del Orejón la pasada primavera.

Hay que recordar que las obras de la segunda fase de rehabilitación del Baluarte del Orejón –la primera, en 2015, sólo se ocupó de una de las dos naves del conjunto cultural, la que hasta ahora ha ocupado la Asociación de Amigos de Fernando Quiñones– iban a ser financiadas en su 75% con el 1,5% cultural que otorga el Ministerio de Fomento pero que, ante el fracaso del primer pliego de licitación que se ofertó desde el Ayuntamiento en 2022, el coste del proyecto fue completamente asumido por el Consistorio gaditano en una nueva convocatoria en 2023.

Un procedimiento que se abrió en mayo del pasado año y que finalmente culminó con la adjudicación de los trabajos en noviembre de 2023 por 484.324,28 euros a EJOC2004 S.L., la segunda empresa clasificada en una licitación de la que se retiró la oferta ganadora y que indicaba que los trabajos debían ejecutarse en ocho meses.

Concretamente, estas labores se centran en la demolición del edificio ruinoso de dos plantas y la construcción de otro de una sola pero con una terraza acristalada en su cubierta a la que se accederá por una escalera exterior situada en el patio alto del Baluarte del Orejón.

Así, el dibujo final contempla, en realidad, un solo edificio que se distribuirá desde un vestíbulo de entrada a dos naves diáfanas, una situada a la izquierda (la que ya fue rehabilitada) y otra al frente (la de nueva construcción). Cada una de estas naves se coronará al fondo con uno de los espacios abovedados preexistentes. Además, se incluirá un núcleo de aseos, también un trastero con pileta, en la charnela entre ambas y la posibilidad de acceder al patio desde cualquiera de esos dos espacios.

Eso sí, en el edificio de nueva construcción se prevé una mayor conexión con el espacio al aire libre a través de un cerramiento horadado constituido por un paño con diez huecos de puertas dobles que permitirán hacer uso del espacio exterior en plena interconexión con el interior.

El patio, por su parte, seguirá contando con las dos alturas que lo caracterizan pero el rasante superior se llevará a su cota histórica y la diferencia de nivel que sigue existiendo entre ambos será salvada por una rampa.

El resultado, esperemos, podrá verse antes de 2025.

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