El cierre del bar Terraza en Cádiz: De Pedro Sánchez a Rocío Jurado, los clientes más famosos de Pelayo
Políticos de todos los colores, artistas y escritores. El restaurante de la plaza de la Catedral se ha convertido en uno de los principales embajadores de la ciudad
Una firma madrileña se queda con el El Terraza, para mantener la esencial del bar de Pelayo
A un negocio tan personal hay que dedicarle 24 horas al día
Un restaurante, o un bar de tapas, marcan su diferencia no solo por la calidad del producto que ofrece (que evidentemente es más que importante), o por sus precios (que pueden asumirse si lo que se come agrada al paladar).
Un restaurante o un bar de tapas también ganan muchos puntos si el trato que se recibe alcanza la excelencia y, mucho más, si quien está al frente del establecimiento tiene el don de la conversación y del trato al cliente. Cliente que, si es asiduo, acaba siendo amigo.
Es lo que ha pasado con el bar La Terraza, mejor el bar Terraza, durante todos estos años con Pelayo García Borbolla a su frente, tras recoger el testigo de sus padres, Fidel y María de los Ángeles. Tras el mostrador, en la cocina y atendiendo la terraza, en plena plaza de la Catedral, lleva ya cerca de cincuenta años de trabajo sin descanso.
Sin necesidad de mirar la carta te anuncia, y recomienda, el mejor pescado comprado esa misma mañana en el mercado, o ese guiso que, a algunos, nos recuerda el de nuestra madre.
A todo ello se le une, y no es menos importante, la posición estratégica del bar que sus padres pusieron en marcha hace 70 años, en los difíciles años cincuenta del pasado siglo: en plena plaza de la Catedral. Epicentro del turismo de cruceros, epicentro de numerosas celebraciones y ejemplo de que los espacios peatonales suponen un beneficio para la ciudad y sus ciudadanos.
Así que con todos estos mimbres es lógico que Pelayo haya ido conformando en estos años un listado de clientes fieles, auténticos adeptos como si de una secta (sana) fuera. Gente de Cádiz-Cádiz pero que atrae a visitantes de medio mundo cuando coinciden en la ciudad. Y repiten.
El Terraza ha servido también de encuentro “secretos” para políticos de distintos signos políticos que, sin duda, han cerrado proyectos o movimientos internos, siempre con el silencio de quienes les han atendido.
Y junto a ellos, numerosos nombres famosos. De la cultura, del espectáculo y de la propia política.
Le pregunto a Pelayo, ahora más liado que nunca, si ello es posible, con el cierre del traspaso del local que pondrá fin a casi medio siglo de trabajo en la Catedral, por alguno de estos clientes que aterrizaron un día, pero que volvieron a repetir en posteriores visitas a Cádiz.
Menciona a varios de los referentes de la política española. A presidentes del Gobierno como Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero. A José Pedro Pérez-Llorca, Alfredo Pérez Rubalcaba, Manuel Chaves. A la alcaldesa de París, la isleña Anne Hidalgo, y a las ministras Nadia Calviño y Magdalena Álvarez, junto al líder comunista Julio Anguita.
A los alcaldes de Cádiz Carlos Díaz y Teófila Martínez (y a innumerables concejales de todos los colores políticos desde 1979).
A numerosos rectores de la Universidad de Cádiz, como el recordado José Luis Romero Palanco.
Al mundo de la cultura, en un largo listado encabezado por Rocío Jurado. Y junto a ella Joaquín Sabina, Los del Ríos, el maestro Padilla, Arturo Pérez Reverte...
Hace unos meses, en una de las tantas conversaciones mantenidas por Pelayo con este diario, reconocía la dureza del trabajo en un restaurante. “Este es un negocio muy personal. Eso tiene sus pros y sus contras. Entre ellas que hay que estar las 24 horas y por otro lado, que cuando nos ha hecho falta la ayuda de nuestros amigos y les hemos puesto que hoy tenemos esto o lo otro, han hecho pedidos para ir tirando”. La ventaja: el hacer amigos, fieles, seguidores que han ido conformando en estas décadas un grupo más que nutrido.
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