Uno de los barrios más antiguos de Cádiz será demolido y reformado con un plazo de seis años

El Ayuntamiento busca financiación para la transformación del viejo barrio de Manuel de Falla, en Puerta Tierra

Por qué a Cádiz se le llama Tacita de Plata

El derribo del barrio de la Tacita de Plata: "Este proyecto no es una locura"

Uno de los patios que conforman el barrio de Manuel de Falla. / Julio González

El Ayuntamiento de Cádiz pretende acelerar al máximo el proyecto de remodelación integral de la barriada Manuel de Falla, más conocida como Tacita de Plata, ubicada en la trasera del Hospital Puerta del Mar.

Esta operación era la más ambiciosa que, en clave de vivienda, diseñó el anterior gobierno local. Supondrá, cuando se ejecute en su totalidad, el derribo de 112 pisos y la construcción de otros 209 de nueva planta. Para ello se levantarán nueve bloques de cinco y seis plantas de altura, en cuatro grandes pastillas. El conjunto se completará con zonas verdes y 2.445 metros cuadrados de zona comercial, hoy inexistente.

La promoción va a generar cerca de un centenar de nuevos pisos protegidos que servirán para rebajar el importante déficit de vivienda pública en la ciudad.

La demolición afectará al barrio de vivienda pública más antiguo del Ayuntamiento, y a la promoción de pisos con más años en Puerta Tierra, pues data de 1938.

Este ambicioso proyecto se presentó en noviembre de 2022. En aquel momento, consciente de lo complicado que era actuar sobre viviendas ya habitadas, obligando por ello a operaciones de realojo, se calculó que todo el proceso iba a durar unos doce años, con una inversión de 32 millones de euros. En aquel momento se sondeó a la Junta de Andalucía, que se mostró dispuesta a colaborar en este plan.

Un año y medio después de esta presentación, el actual gobierno local está introduciendo una serie de modificaciones en este plan, al que considera como "una de las grandes prioridades" en su gestión, según indicaron fuentes municipales.

Uno de los objetivos principales es reducir de forma sustancial el tiempo de ejecución total de la obra, pasando de los doce años previstos inicialmente a los seis años que pone como tope el equipo de Bruno García, "ante la necesidad de vivienda que tiene la ciudad".

Pendiente de la financiación

En todo caso, el calendario dependerá de cuándo se obtenga la financiación para la construcción. 30 millones son muchos y más si se quiere hacer todo en poco más de un quinquenio. Por eso, inicialmente se había fijado más de una década de trabajos.

Desde el gobierno municipal se destaca que "tras la toma de posesión en junio de 2023, se empezó a trabajar en este proyecto ya que lo que había hasta entonces era tan solo un estudio inicial de la empresa municipal Procasa (una propuesta de desarrollo urbanístico)".

Diseño inicial para el nuevo barrio. / Procasa

Se destaca que en su momento se comprobó que "no existía ni proyecto básico, ni proyecto de reparcelación ni financiación para poder ejecutar estos trabajos".

"Tanto Procasa como la Oficina Técnica se pusieron manos a la obra y están modificando este proyecto inicial para mejorarlo y hacerlo realidad lo antes posible. Por ello, se están buscando las vías de financiación de este proyecto", se indica desde el gobierno local.

La demolición del viejo barrio de Manuel de Falla, rodeado de calles que llevan nombres de obras del músico gaditano y con el populoso patio de la Tacita de Plata, es un proyecto que se asemeja al que se ha ido ejecutando en las últimas décadas en el Cerro del Moro.

El ejemplo del Cerro del Moro

En este barrio, el plan iniciado a mediados de los años 90 tenía un periodo de ejecución de una década. Sin embargo, treinta años después de su inicio, aún queda una última fase por ejecutar que se espera se inicie en breve plazo, tras numerosos problemas administrativos y de financiación. En este caso, la remodelación del Cerro del Moro depende de la Junta.

Aunque hace unos años se ejecutaron obras de reforma en Manuel de Falla, lo cierto es que la antigüedad de estos edificios dificulta hoy una mejora de su habitabilidad. Soportan muchas humedades, adolecen de accesos adecuados para personas con movilidad reducida (en una comunidad con muchas personas mayores, sin ascensores), y todas con estancias muy reducidas.

Persiste en la mayoría de estas viviendas las rentas antiguas que llevan a recaudar a Procasa alquileres que no pasan de un euro al mes.

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