El bastón se queda en Santa María
La imposición del bastón de mando del alcalde al Nazareno provocó este año, sin buscarlo ni esperarlo la cofradía, una de las mayores polémicas en el tramo final de la Cuaresma y de cara a la Semana Santa. La negativa de José María González a acudir a Santa María en la mañana del Jueves Santo -aunque al final sí que estuvo en el templo cumpliendo la protocolaria visita acompañado de algunos concejales y del resto de autoridades- para entregar el bastón al Regidor Perpetuo levantó entonces bastante polvareda, ya que era una ceremonia que de alguna forma se había institucionalizado en la ciudad.
Superados aquellos momentos cuaresmales y finalizada la Semana Santa, la junta de gobierno del Nazareno ha decidido que el bastón se quede en Santa María, para evitar así polémicas similares en años sucesivos. "¿Para qué vamos a devolverlo si luego vamos a tener que ir de nuevo a buscarlo?". Con esta pregunta responde el hermano mayor del Nazareno, José Manuel Verdulla, sobre la decisión de su junta de gobierno. Como explica el propio Verdulla, el bastón de mando se devolvía cada año después de Semana Santa en un gesto que la cofradía tenía con la Alcaldía. El Ayuntamiento nunca pedía su devolución, sino que la hermandad acudía a entregarlo, a la espera de que el alcalde (o alcaldesa) volviera a Santa María la Semana Santa siguiente.
Después de lo ocurrido este año, la cofradía ha querido evitar futuras polémicas y ha optado por "custodiar" el bastón de alcalde en las dependencias de Santa María para colocarlo en las manos del Nazareno en las sucesivas salidas, poniendo fin así -al menos, por ahora- a la ceremonia de entrega que se hacía en la mañana del Jueves Santo.
Resuelta, pues, esta polémica que ocasionó González la pasada Cuaresma, el interrogante se centra ahora sobre el acuerdo que hizo que cada año el alcalde de Cádiz acudiera a Santa María a entregar el bastón para que el Nazareno lo luzca en sus salidas procesionales. Fue en tiempos de Carlos Díaz (año 1989) cuando se firmó ese acuerdo, después de que la hermandad le entregara un bastón donado al Nazareno para que el alcalde lo usara en actos oficiales (como regidor temporal de la ciudad), comprometiéndose a entregarlo al Nazareno "en cuantas salidas procesionales realice". Es decir, que el bastón fue donado a la imagen de Jesús Nazareno y por deseo del donante se dejaba en manos del alcalde de la ciudad durante el año para que éste lo entregara antes de cada procesión.
En el documento que en 1989 firmaron las partes se recoge expresamente el acuerdo entre Carlos Díaz y la hermandad. ¿Pero es ese acuerdo vinculante a los siguientes alcaldes que ha tenido la ciudad? Ciertamente, no parece que el documento firmado en 1989 pasara por el pleno del Ayuntamiento, la Comisión de Gobierno o cualquier otro órgano municipal colegiado, sino que respondió a la voluntad de Carlos Díaz.
Ante esta situación, posiblemente la hermandad debería haber renovado el acuerdo cada vez que ha llegado un nuevo alcalde a San Juan de Dios. O bien que aquella decisión de 1989 hubiera pasado por algún organismo municipal que le hubiera otorgado otro carácter más institucional al acto del Jueves Santo.
Pero, en cualquier caso, ante la situación generada esta pasada Cuaresma, el bastón (por ahora) se queda en Santa María.
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