Bruno García hace balance de la Navidad: "Había que cambiar la inercia"

El alcalde de Cádiz y la concejala de Fiestas analizan la campaña desarrollada desde el 30 de noviembre y evidencian su satisfacción por el resultado de la apuesta navideña de la ciudad

Inauguración del alumbrado de Navidad 2024 en Cádiz.
Inauguración del alumbrado de Navidad 2024 en Cádiz. / Miguel Gómez

El resultado ha sido el deseado. Más allá del ruido inicial por el gasto en alumbrado, de alguna polémica absurda con la oposición y de las opiniones para todos los gustos por el adelanto un día de la Cabalgata, en el Ayuntamiento están más que satisfechos con la Navidad que ha tenido este año Cádiz; una fiesta que había caído a sus niveles más bajos, posiblemente, en los últimos años y que el gobierno actual quería revertir.

“Había que cambiar la inercia”, apunta en primer lugar el alcalde, que junto a la concejala de Fiestas hace balance de lo acontecido desde que se encendiera el alumbrado navideño el día 30 de noviembre hasta que se diera por terminadas las fiestas el 6 de enero (con una prolongación el 7 de algunas atracciones, aprovechando que las clases no se reiniciaban hasta el 8). Una inercia que Bruno García no limita al tiempo de Navidad -“donde llegamos a inaugurar alumbrado un 24 de diciembre”, recuerda- sino que amplía a todos los campos de la ciudad durante los doce meses. Inercia “a la nada en la ciudad durante ocho años”, resume el alcalde.

“Teníamos claro que había que dar un salto, salir de esa dejadez, algo que ya comenzamos el año pasado intentando mejorar lo posible teniendo en cuenta que había contratos suscritos por el anterior gobierno que aún nos condicionaban”, analiza García, que garantiza que el próximo año “vamos a mejorar más, seguro”.

Esta apuesta por la Navidad no ha estado exenta de polémicas. Pero frente a ellas, el gobierno del PP defiende varias cuestiones. La primera, que la apuesta se realiza “porque se puede económicamente” y “sin quitar recursos” a ningún otro concepto y materia de la ciudad, garantiza el alcalde. La segunda, porque “hay que dinamizar la ciudad”, tal y como traslada Beatriz Gandullo; “porque si tanto defendemos que queremos gaditanos en los barrios, gente de Cádiz por las calles, ¿cómo lo hacemos? ¿Cómo se desarrolla económicamente la ciudad sin inversiones, sin luces…?”, se pregunta la concejala. Y vinculado a esta cuestión, aseguran los dos que la apuesta que se ha hecho desde el Ayuntamiento ha estado dirigida principalmente a los gaditanos, a los pequeños y a los barrios.

“Lo que queríamos es que la gente no se fuera a otro lado a celebrar la Navidad, que la viviera en su ciudad. Buscábamos que el gaditano que tiene niños pequeños se quedara aquí, y la gente se ha quedado; aparte de que haya venido gente de fuera”, explica Bruno García. Del mismo modo, asegura el alcalde que la inversión real durante la Navidad “ha estado en los barrios” por medio de las distintas actividades que se han programado durante esas semanas festivas.

Todo ello ha sido posible, en parte, por una programación que ha querido diseñar el Ayuntamiento durante todas las fiestas y en diferentes emplazamientos; de ahí esos musicales en la calle que se han celebrado en varios puntos de la ciudad, o la reapertura de la galería de El Pópulo “que estaba en un estado de abandono absoluto” y que ha sido remozada para acoger los pasajes de Papá Noel y de los Reyes Magos.

“Estamos muy contentos, porque además hemos comprobado que la ciudadanía respalda el modelo por el que apostamos, y eso es de agradecer porque realmente se hace por ellos”, concluye el alcalde.

Tres puntos de la ciudad a los que “hay que dar una vuelta”

Dice Bruno García que su concejala de Fiestas es muy exigente. “El 7 de diciembre, y el 12, y el 14, iba con una libreta apuntando cosas por la calle”, pone García como ejemplo de esa labor de análisis continuo y búsqueda de fallos, errores o posibilidades de mejora que tiene Beatriz Gandullo. “Es que somos muy exigentes con todo lo que hacemos, y yo personalmente soy especialmente crítica”, reconoce la propia concejala.

De hecho, comenta que la Navidad del pasado año, su primera como concejala, “sirvió para ver cosas”; y desde entonces viene trabajando para mejorar lo que se celebró, como se ha evidenciado con la programación y celebración de estas pasadas fiestas. Y así aseguran que ocurrirá también con la próxima Navidad.

De hecho, ya hay algunas cuestiones que están analizando en el Ayuntamiento; y una de ellas es la revisión de tres puntos concretos de la ciudad que se considera que pueden mejorar. El primero es la Plaza de España, que “hay que reactivarla”, apunta Gandullo.

La Plaza de España ha sido objeto de diferentes pruebas a lo largo de los últimos meses, y el Ayuntamiento ya parece convencido del potencial que tiene para acoger eventos y como espacio de esparcimiento. “Las familias han estado muy cómodas allí”, percibe la concejala, que destaca también los nuevos “tráficos de personas” que ha generado el hecho de habilitar algunas luces y atracciones infantiles en este punto de la ciudad, lo que ha dinamizado calles en una zona hasta ahora poco transitada por el público.

Otra plaza a la que “hay que dar una vuelta”, en opinión de Gandullo, es San Antonio; y eso que el Ayuntamiento valora la instalación de la que ha sido “única pista de hielo natural de la provincia” durante esta Navidad, “que era además una demanda desde hacía muchos años que hemos hecho realidad”.

En tercer lugar, apunta la concejala a la glorieta Ana Orantes, con una muy buena acogida a las actividades allí desarrolladas -“9.750 personas han pasado por la carpa”, valora- pero con un problema que se ha detectado: hay mucha humedad en esa plaza, por lo que se quiere de cara al futuro “aislar de algún modo el suelo para que los niños estén mejor”.

En todo esto, y otras muchas cosas que la concejala tiene anotadas en su libreta navideña, empezará a trabajar desde ya el Ayuntamiento; porque precisamente la anticipación y la agilidad en la gestión es otra de las cualidades que están contribuyendo al cambio de modelo de las fiestas de la ciudad. “Había que cambiar también la inercia en la gestión del personal”, apunta al respecto Beatriz Gandullo, que valora la implicación de los técnicos y el trabajo conjunto entre delegaciones, parte importante de la buena nota que el gobierno local pone a la Navidad recién culminada.

La cabalgata de Reyes se quedó sin “lo más llamativo”

Uno de los eventos que siempre marca la Navidad es la cabalgata de Reyes el 5 de enero, que a su vez supone la culminación de una fiesta que suele tener su arranque con la inauguración del alumbrado. Este año la cabalgata, como hizo prácticamente toda Andalucía, se celebró un día antes, en una decisión que obligó a cambiar todos los contratos con los grupos participantes y que provocó que algunos de los atractivos contemplados no pudieran salir.

De hecho, la concejala asegura que del cortejo previsto “se cayó lo más llamativo”, en referencia a unos grupos de animación que no pudieron estar en Cádiz el 4 de enero.

A pesar de eso, el Ayuntamiento valora con buena nota el resultado de una cabalgata que se considera fue ágil en el trayecto y que incorporó notables mejoras. Una de ellas va relacionada con el exorno de las carrozas, de las que han desaparecido las cortinas de tela grapadas a modo de faldones, sustituidas por elementos rígidos que además dan a cada carroza una apariencia de elemento conjunto de arriba a abajo. La otra mejora ha sido la decisión de no recargar los caramelos en diversos puntos del trayecto, sino cargar directamente todas las carrozas con todo el material disponible, “porque antes el Rey había un momento que se quedaba sin caramelos y tenía que esperar hasta el punto de recarga para volver a lanzarlos”. “Eso no ha ocurrido este año”, destaca Beatriz Gandullo.

Quizás el aspecto más criticado de la cabalgata haya sido la excesiva distancia entre las vallas y el cortejo, lo que además de dar cierta frialdad al evento respecto a su conexión con el público provocó que buena parte de los caramelos lanzados quedaran en un terreno al que no llegaba al público. “No fue una decisión nuestra”, asegura la concejala, que achaca la distancia de las vallas (que en la Avenida ocupaban los cuatro carriles de circulación) a motivos y criterios de seguridad.

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