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La familia de Jesús Díaz Gutiérrez, el recordado Jesús de Las Banderas, se ha propuesto devolver al local su vida hostelera después de 30 años cerrado. Sus hijas, Marita y María Dolores, arrendarán el establecimiento, situado en el número de la calle Virgen de la Palma, antes San Pablo, esquina con José Cubiles, con el objetivo de que Las Banderas vuelva a ser el sitio de referencia que fue en el barrio de La Viña, lugar de tertulias cofrades y taurinas, y encuentros carnavalescos de agrupaciones de grandes de la fiesta como Paco Alba. Las propietarias pretenden dar cobijo en el local a quien asegure un proyecto estilo taberna, que recuerde a la esencia del bar que regentó su padre hasta 1991 y que posteriormente, hasta prácticamente su fallecimiento a principios de enero de 2015, acogió en su trastienda, a puerta cerrada, a sus numerosos amigos.
Joaquín Moguer, yerno de Jesús Díaz, explica que las herederas entienden que quien se interese por el proyecto deberá realizar una costosa obra de adecuación del local, que cuenta con cerca de 300 metros cuadrados. “Conocemos la situación económica actual y no creo que vaya a ser difícil llegar a un acuerdo”, apunta. El hecho es que las propietarias han recibido años atrás otras ofertas para negocios ajenos a la hostelería, pero no concordaban con su intención de recuperar el bar en tan señera esquina. “Hubo interés de una empresa con varios restaurantes en Barcelona, pero no se concretó”, añade Moguer. También se interesaron por el local algunos empresarios locales, pero sus intenciones no llegaron a buen puerto.
La Viña recuperaría de esta manera un sitio emblemático que abrió sus puertas en 1920. Las Banderas tomó el nombre de la finca, la Casa de las Banderas, en tiempos una de las más altas de La Viña, llamada así porque desde su azotea se realizaba una comunicación con los barcos por medio de banderas, que servían de guía a los navíos, en la época de esplendor de la ciudad cuando el comercio con ultramar.
El padre y el tío de Jesús Díaz, cántabros, abrieron la tienda en 1920. Jesús nació en La Viña en 1933 y de allí no se movió hasta su fallecimiento. Quienes tuvieron la suerte de frecuentar Las Banderas disfrutaron de sus vinos en barril y de sus grandes especialidades: tortillas de camarones, menudo y boquerones en vinagre. Muy vinculado al barrio y a sus tradiciones, Jesús Díaz fue secretario de la junta de gobierno de la Archicofradía de La Palma que en los años 60 cambió la historia de la hermandad. Aquella junta fue la que, por ejemplo, trajo a la hermandad el antiguo paso de palio de Los Negritos de Sevilla para la Virgen de las Penas.
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