Una cabalgata fugaz y fácil de olvidar
Sólo seis carrozas y un desfile poco elaborado componen un pobre espectáculo que dura unos quince minutos Se arrojaron pocos caramelos
Me voy a tomar la licencia de comenzar en primera persona. Seré breve, no se apuren. Hacía años que no iba a una Cabalgata de Reyes. Desde que la niñez me abandonó no había encontrado motivo para volver. Ayer, más de dos décadas después, recorrí medio Cádiz y me aposté delante del hospital Puerta del Mar dispuesta a disfrutar del espectáculo. No sé si mi memoria ha enmarañado mis recuerdos, pero antes las cabalgatas no eran así.
Quizá me puedan acusar de tener una visión más escéptica, de haber dejado de lado la ilusión o de enfrentarme a este momento con cierta apatía, pero lo de ayer no parecía una cabalgata. Al menos no como yo las recuerdo o las concibo.
Lo que pudieron ver miles de gaditanos no es digno de una capital. Muchos podrán excusarse en la crisis, la tan traída y llevada crisis, pretexto que sirve para todo, pero en este caso no vale. Se trata de cuidar algunos detalles y de poner un poco más de interés. Por ejemplo, ¿es necesario utilizar esos trailers para desplazarse? Si le respuesta es sí, ¿no podrían disimularse de alguna forma?
Con el mismo dinero que se ha invertido se podría haber realizado un espectáculo más elaborado, que hubiera tenido sentido y que hubiera servido para devolver la ilusión a los niños, pero sobre todo a los mayores.
Nada de eso pasó ayer. La multitud que se agolpaba a lo largo de toda la avenida pudo ver cómo en unos quince minutos pasaba todo el cortejo, aunque qué quieren que les diga, quizá lo poco que duró sea lo mejor de la cabalgata.
Casi tardaron más en cruzar las ambulancias y los vehículos de emergencia que preceden al desfile que el desfile en sí. Sólo había seis carrozas, seis. A las habituales de los Reyes, el Cartero Real y la Estrella de Oriente les acompañaba una con personajes de la película 'Rompe Ralph', una película estrenada en 2012 y que en nada tiene que ver con la Navidad. El motivo: no me lo pregunten porque no lo sé.
Antes de esta carroza, un pasacalles de personajes Disney y Elsa, personaje principal de 'Frozen', interpretando en playback algunas de las canciones del film.
Precediendo a la segunda carroza, algunos duendes de Navidad, solo unos pocos, y ritmos latinos para intentar animar el ambiente.
En esta segunda carroza iba la Estrella de Oriente con todo su séquito, mientras que la tercera era la del Cartero, encarnado por Juan Manuel Braza, 'El Sheriff', uno de los más aclamados durante la cabalgata. El chirigotero no paraba en ningún momento y se afanaba en abrir bolsas y tirar más caramelos. Porque ese fue otro de los fallos. La escasez de caramelos. Los más pequeños se desgañitaban para que les arrojaran golosinas, pero eran pocas las que sobrevolaban sus cabezas.
Tras el Cartero, un pasacalles de peluches animados, que más parecía de Carnaval que de Reyes. El Rey Melchor hizo acto de presencia encaramado en una carroza de lunas, nubes y chimeneas.
Tras él, otro mínimo desfile, esta vez de duendes, muñecos de nieve, Papá Noel, el Capitán Garfio y Peter Pan, entre otros. Gaspar iba en una carroza que representaba unas torres de galleta donde se había derretido chocolate con piruletas y bastones de caramelos.
Delante del Rey Baltasar deambulaban unos pobres burritos que como buena parte del público no sabían qué pintaban allí. El rey negro cerró la cabalgata subido a una carroza con más piruletas, caballitos, un cochecito de madera...
Y poco más. En un suspiro pasó todo. Tocaba pensar en los regalos que iban a dejar los Reyes en cada hogar y dejar atrás una cabalgata fácil de olvidar.
Culpa de los Reyes desde luego no fue, que pasaron ayer un día de lo más movidito. Pasadas las ocho de la mañana tenían una cita en la Residencia Matías Calvo y a las 9.30 horas los esperaban en el hospital Universitario Puerta del Mar. En el centro sanitario visitaron a los niños que se encuentran ingresados y que no pueden pasar en sus casas una fecha tan señalada.
El recorrido de los Reyes Magos continuó en autobús turístico por la avenida principal, pasando por la avenida de La Coruña y la avenida Juan Carlos I, hasta llegar a la Comandacia de la Guardia Civil de Cádiz.
Poco después siguieron con su tour por la ciudad. Esta vez el bus los llevó por la avenida Constitución 1812, la avenida principal de nuevo y la Cuesta de las Calesas. En este caso les esperaban en el Ayuntamiento, donde les recibió la alcaldesa, Teófila Martínez.
La plaza de San Juan de Dios estaba repleta de niños y mayores que esperaban poder ver de cerca a los Reyes y transmitirles sus deseos. El Salón de Plenos y el pasillo que llega hasta él estaba atestado de pequeños, que no dudaron en cantar junto a sus padres villancicos como 'Ya vienen los Reyes Magos' para hacer más corta la espera.
La llegada de la Estrella de Oriente primero, el Cartero Real, que aún cogió en mano algunas de las cartas de los más rezagados y sobre todo de los Reyes, con especial devoción hacia Baltasar, inundó de ilusión este espacio tan lleno de tiranteces y discusiones a lo largo del año.
La alcaldesa tomó la palabra para dirigirse al público infantil, pidiendo silencio y preguntando ¿Estáis todos? ¿Habéis sido buenos? A lo que los pequeños contestaban al unísono: ¡Sí!
La Estrella de Oriente les aseguró a los presentes que iba "a poner una lucecita en cada casa para que los Reyes lleguen bien", mientras que el Cartero Real les gritó "misión cumplida. Todas las cartas han llegado a su destino", desatando la histeria en el Salón de Plenos.
Los tres Reyes, uno tras otro, pidieron a los niños que fueran a ver la cabalgata y que se acostaran temprano para que les dejaran hacer bien su trabajo. Además, les recordaron que debían ser buenos todo el año, porque lo que hagan a partir de hoy contará para los Reyes del año que viene.
Y así, tras días intensos y agotadores, donde la ilusión de los más pequeños permanece intacta, dejamos atrás la Navidad.
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