Cádiz abre la puerta a la Esperanza

La diócesis inaugura el año jubilar decretado por el Vaticano para 2025 con una ceremonia discreta y aparentemente poco preparada que preside el obispo, Rafael Zornoza

Las imágenes de la apertura del Año Jubilar en Cádiz
Las imágenes de la apertura del Año Jubilar en Cádiz / Lourdes de Vicente

El año 2025 será el Año de la Esperanza. Así lo ha decidido el Papa Francisco, que hace ya unos meses convocó el Jubileo que cada cuarto de siglo celebra la Iglesia y que toca celebrar este próximo año. Un Jubileo que ha tenido su 'inauguración' diocesana este domingo en Cádiz, en una ceremonia celebrada al mediodía y presidida por el obispo, Rafael Zornoza.

Al contrario de otras diócesis, donde la celebración inicial ha sido mucho más lucida y vistosa, el acto celebrado este domingo en la Catedral gaditana ha sido ciertamente discreto, con apariencia de haberse organizado con cierta improvisación respecto a una ceremonia carente de detalles externos y muy alejada de otras celebraciones relativamente habituales en la Catedral.

La procesión de entrada, anunciada desde la iglesia de Santiago, ha tenido que sortear el exorno navideño que preside la plaza y los puestos de artesanía que tapan la fachada del templo en estas semanas, hasta hacer su entrada por la puerta principal, que se ha abierto de par en par a la llegada del obispo, simbolizando así esa inauguración del año jubilar. Puerta y fachada que, al contrario de jubileos anteriores, carecían de exorno alguno que identificara la celebración.

En el interior, no había previsto el Cabildo que a una ceremonia de esta índole, y a la que habían sido convocados todos los grupos y movimientos de la diócesis, iría numeroso público que requeriría el acomodo de sillas que pudieran completar el aforo, lo que hizo que muchos tuvieran que seguir el pontifical de pie. Al contrario que en el altar mayor, donde apenas se congregaron una quincena de sacerdotes, a pesar de la importancia de la celebración y de los llamamientos realizados para que fuera lo más participativa posible.

Con todas estas carencias que han restado contundencia a este arranque, el Año Jubilar se ha puesto en marcha en Cádiz y Ceuta, con doce meses por delante en los que la Iglesia "anima a la conversión personal e induce a colaborar en la misión", tal y como ha reseñado Zornoza durante su homilía.

Ha insistido el obispo en un llamamiento de cara al Jubileo de la Esperanza: "Seamos santos", que en esta línea ha pedido a los asistentes que sean "signos de paz en medio de la guerra", "de entusiasmo por la vida en una cultura de la muerte" mencionando cuestiones como la bajada de la natalidad y el escenario actual en relación al aborto y a la eutanasia, y de "esperanza para los presos, los jóvenes, los migrantes, los enfermos, los más pobres, los ancianos...". Una esperanza representada en el ancla, "que es un signo cristiano antiquísimo que alude a la Esperanza y proporciona una guía, una orientación, una finalidad, un sentido".

No olvidó Zornoza en este día de la Sagrada Familia la figura de la Virgen "que es el principal testimonio de Esperanza, el ejemplo perfecto del sí que se espera de cada uno de nosotros en este Jubileo". "María conservaba todo en su corazón, nos acompaña y educa, y nos espera en los santuarios de la diócesis, lugares jubilares", ha añadido el obispo en relación a los santuarios de la diócesis (Santo Domingo y María Auxiliadora, en el caso de la capital) donse se pueden ganar las indulgencias de este año jubilar.

"Dejémonos enseñar por Cristo, abrámonos a su gracia, sigámosle, aceptando su poder para que experimentemos el milagro de la salvación como gracia del Jubileo", ha pedido el obispo a los fieles que llenaban una Catedral cuyo altar mayor presidió la Cruz que la cofradía de Columna recuperaba este año y que será uno de los símbolos de este Año Jubilar de la Esperanza en Cádiz.

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