Cádiz, preparada para la 'invasión' carnavalesca
La ciudad completa su ya habitual maquillaje para estas fiestas con jardines vallados, fuentes cerradas o aseos portátiles instalados en calles y plazas
El único elemento que no ha llegado a tiempo es el dios Baco de las Puertas de Tierra, llamado a ser uno de los grandes atractivos del Carnaval 2025

Cádiz ya está preparada para lo que va a acontecer estos próximos días, sobre todo este sábado temido por todos. La trimilenaria ciudad que ha sobrevivido a los ataques de los (mal) recordados Drake, Conde de Essex o Napoleón Bonaparte, ya aguarda tras las murallas al ‘invasor’ cotidiano que traspasa las fronteras cada febrero: el público que en masa desembarca para disfrutar del Carnaval.
En un ejercicio que parece normalizado, pero no por ello es menos llamativo, la ciudad ha vivido en estos días su particular maquillaje, como si quisiera también disfrazarse para estas fiestas ya iniciadas. Este año además, lo ha hecho recuperando la iluminación extraordinaria que el anterior gobierno local decidió eliminar y que en la noche del jueves volvía a exornar calles y plazas del casco histórico, sin tantos aspavientos ni brillantez, eso sí, que tuvo la luz de la pasada Navidad.
La llegada del Carnaval provoca cada año la aparición de vallas y elementos protectores, especialmente en plazas y zonas verdes a las que se buscan proteger de las pisadas o las acampadas, sobre todo en esta noche del sábado. Vallas se han colocado alrededor de los jardines de la plaza de Candelaria o de la plaza de Mina, no acotándose en este ocasión la plaza de España que otros años sí ha quedado impedida al tránsito -o al asalto- del público (habitualmente con bolsas de plástico en la mano con los avíos propios del denominado botellón). Curioso es también ver vallado, por ejemplo, el exterior de la sede de la Autoridad Portuaria, que se ha querido proteger tras la reciente reforma realizada.
En este apartado de la protección de elementos patrimoniales de la ciudad, este año ha llamado notablemente la atención la valla que rodea la fachada principal de la Catedral y que ha instalado el Ayuntamiento para evitar imágenes de anteriores carnavales con incívicos escalando por la piedra ostionera o las columnas marmóreas, haciendo pintadas en puertas y paredes, o causando daños a los que cada inicio de Cuaresma tiene que responder el Cabildo. La utilidad del dispositivo instalado este año se pondrá esta noche a prueba.
Junto a las vallas, otro símbolo inequívoco de la llegada del Carnaval es la proliferación de urinarios portátiles prácticamente por toda la ciudad. Cádiz lucha contra el orín y el mal olor con el que amanecerá en estas próximas mañanas a base de wc de plástico y módulos con luz, agua de la red de abastecimiento e incluso personal permanente. Una estrategia que en una ciudad con tanto valor patrimonial tiene el inconveniente de que prácticamente cualquier espacio escogido donde colocar los aseos es un atentado a la historia y al arte, como se ha visto cuando esas instalaciones portátiles se han colocado ante la fachada lateral de la Catedral, en la muralla junto al Arco de los Blanco o junto a la portada de la iglesia de San Antonio. Eso cuando no provoca las quejas ciudadanas por una ubicación no del todo acertada, como ha ocurrido estos días con el colegio Celestino Mutis, que se queja de tener urinarios frente a la puerta de acceso y justo delante de las dependencias del Ampa.
Los preparativos son evidentes en la Avenida principal, donde la cabalgata de este domingo viene provocando que desde ayer viernes no se pueda estacionar, sustituyendo a los vehículos sillas apiladas en grandes paquetes, dispuestas para que mañana se dispongan desde Ana Orantes hasta Hacienda para disfrutar de un cortejo al que el público asiste con los colmillos afilados, prestos a la denuncia y la mofa ante cualquier elemento que desentone o que no alcance unos mínimos estándares de calidad.
También está ya dispuesta, y funcionando, un año más la Carpa. Ese controvertido elemento que a partir de cierta edad nadie entiende su función en el Carnaval pero que para otro sector de la población es indispensable para vivir y disfrutar de esta fiesta, sobre todo a partir de ciertas horas de la noche o la madrugada. Sigue empeñado el Ayuntamiento en ubicar esta gran infraestructura, con una gran carga de decibelios, en emplazamientos que molestan a los vecinos, habiendo otras zonas de la ciudad posiblemente más idóneas para habilitar esta Carpa, si es que se sigue considerando necesaria en el Carnaval.
Junto a la Carpa, el otro gran punto de interés carnavalesco está en San Antonio, donde un exagerado andamio ocupa prácticamente la mitad de la plaza en la que el jueves ya se celebró el primer concierto y donde esta tarde pronunciará Antoñito Molina el pregón por el que más dinero va a pagar el Ayuntamiento (más de 72.000 euros), ante la atónita mirada de los históricos concejales de Fiestas que aún recuerdan cómo lograron traer al Carnaval de Cádiz a figuras de primer orden que dieron el pregón de manera totalmente gratuita.
Todo está, pues, dispuesto para que la fiesta salga rotundamente a la calle este sábado, una vez celebrada la final del Concurso de Agrupaciones. Todo salvo el dios Baco, que estaba llamado a ser el gran atractivo de este Carnaval en lo que a exornos se refiere y que ya acumula dos días de retraso respecto a la fecha que establecía el pliego de condiciones para lucir en el torreón de las Puertas de Tierra (27 de febrero), estando previsto que se coloque en el día de hoy.
Empieza la fiesta.
También te puede interesar