Cuando en Cádiz se quería que las viviendas sociales se construyeran fuera de la ciudad

En el tramo final del siglo XX se redactó el ambicioso Plan Cádiz 2000, que planteaba numerosas propuestas, la mayoría no ejecutadas

En su momento, ni falta la vivienda ni el turismo se planteaban como problemas de urgente solución para la ciudad

pLAN cÁDIZ 2000
Plan Cádiz 2000 / M. Guillén

¿Cómo hemos cambiado los gaditanos en las tres últimas décadas? ¿Cómo ha evolucionado nuestra ciudad? ¿Los problemas, y nuestras preocupaciones, de hoy son similares a las que teníamos en el final del siglo XX? ¿Cuáles eran nuestras perspectivas de futuro respecto a nuestra capital? ¿Se han cumplido? ¿Hemos ido a mal o hemos mejorado?.

A principios de la década de los años 90 del pasado siglo, el gobierno municipal de Cádiz, entonces presidido por el socialista Carlos Díaz, decide elaborar el primer plan estratégico de la ciudad, más allá de los planes de ordenación urbana que, con más fracasos que éxitos, se iban diseñando desde la Explosión de 1947.

La idea era reunir a la mayor parte de los colectivos ciudadanos para analizar la realidad del Cádiz del final del siglo XX y poner sobre la mesa cuáles debían ser nuestras patas de desarrollo a corto y medio plazo. El documento se denominó Plan Cádiz 2000, pues fijaba está mágica fecha como referente para nuestra expansión como capital de la provincia.

Diagnóstico de la ciudad

Categoría y Aspecto Porcentaje y Evaluación
Economía (Puntos fuertes) Existencia de un puerto importante 58% - Muy importante
Economía (Puntos débiles) Ausencia de un proyecto común para la Bahía 84% - Muy importante
Inversiones públicas dirigidas a… Comunicaciones terrestres y metropolitanas 86% - Muy adecuado
Sectores con futuro Actividad del puerto y oferta comercial especializada 68% - Muy importante
Comercio Cádiz necesita un centro comercial moderno de tamaño medio 62% - Muy adecuado
Situación de infraestructuras Comunicación por carretera interbahía 48% - Poco adecuada

Con la participación de más de 200 entidades empresariales, políticas, vecinales, culturales, administrativas y sociales de la ciudad, en una unión y en un proceso colaborativo inédito hasta entonces en Cádiz, y que no se ha vuelto a repetir, se fue dando forma al Plan. Un documento con una clara visión de futuro, sí, pero que también se convertía en la fotografía de la ciudad y de sus ciudadanos en el momento de su elaboración.

En 1991 estamos en pleno proceso de integración europea. Aún quedarían unos años, pocos, para la llegada de los primeros fondos comunitarios. El Plan Urban fue uno de ellos, ayudando a transformar los barrios de Santa María y El Pópulo. Y poco a poco, más proyectos y muchos millones para la ciudad.

En el documento que fijaba el modelo urbano a seguir con este Plan, se mencionaba esta apuesta europea tan vital para España. Se hablaba de los cambios de las relaciones productivas, de la tecnificación de las actividades humanas, de las modificaciones demográficas y en las formas de vida. De eso hace tres décadas pero parece que estamos hablando de nuestra realidad de 2025. Y bajo este prisma se defendía la necesidad de este documento estratégico donde, se decía, "debe reflejarse el dinamismo de Cádiz, que es el de sus agentes sociales, económicos y culturales. De la capacidad de respuesta de la ciudad dependerá la calidad de vida de los ciudadanos en un futuro inmediato". El documento planteaba proyectos de acción inmediata, otros de ejecución en un periodo no superior a los tres años y, por último, los que tenían un plazo de ejecución de hasta una década.

Poniendo como punto de partida el año 2000, la fecha de referencia para hacer realidad buena parte de lo incluido en el Plan, destaca cómo las preocupaciones casi eran las mismas que hoy, pero vemos el interés por potenciar el concepto de Ciudad-Bahía, y cómo apenas se muestra preocupación por el turismo, lejos aún de la turistificación y del descenso de la población.

Diagnóstico de la ciudad

Categoría y Aspecto Porcentaje y Evaluación
Situación de infraestructuras Comunicación aérea 53% - Poco adecuada
Turismo El clima es el punto fuerte 77% - Muy de acuerdo
Vivienda La oferta de suelo es escasa y con alto coste 90% - Muy de acuerdo
Bienestar Social Oferta de guarderías 50% - Poco adecuada
Bienestar Social Equipamiento deportivo 46% - Nada adecuado
Universidad Concentración de las facultades en el Campus 56% - Muy adecuado

Si nos centramos en el gran problema del Cádiz de 2025, la vivienda (aunque está presente en nuestras vidas desde hace décadas), sorprende que las conclusiones del Plan 2000 no lo mencionase entre los temas de referencia para el ciudadano, teniendo en cuenta que durante la elaboración de este estudio Cádiz aún no había comenzado a perder habitantes, y que contaba con una población superior a los 150.000 habitantes, 40.000 más que ahora.

Prioridad en las inversiones públicas

En este caso, destaca la respuesta de los colectivos participantes en este proyecto cuando se les preguntaba dónde debían dirigirse las inversiones públicas. Casi el 100% apostaba por las comunicaciones terrestres, seguido muy de cerca por la mejora de la actividad portuaria, la potenciación de las nuevas tecnologías y el apoyo a nuevas actividades marinas. Hay que bajar hasta la quinta propuesta para hablar de la vivienda: sólo el 35% de los encuestados consideraba que las administraciones debían priorizar las inversiones en esta materia. Un porcentaje a la baja hoy inimaginable.

Ciertamente, como no podía ser de otra forma, una mayoría casi absoluta se mostraba consciente de la escasa oferta de suelo y, por ello, de su elevado coste, aunque apenas el 59% consideraba que debía invertirse en restauración y rehabilitación de viviendas. Habrá que esperar al final de la década, a un año del 2000, para que se iniciase el Plan de Rehabilitación del Casco Antiguo, que sacó de la degradación habitacional a miles de familias.

Curiosamente, los participantes en el Plan tenían muy claro que las "nuevas viviendas sociales" debían ubicarse fuera del municipio. El 68% estaba de acuerdo con esta idea. Y, también sorprende que el 68% asumiese, con mayor o menor fuerza, que "los edificios restaurados también debían dedicarse en parte a oficinas", además de viviendas. Hoy este mercado está más que saturado en Cádiz, frente a la necesidad de pisos residenciales.

Tal vez no nos debería de sorprender hoy estos datos y esta mentalidad ciudadana de hace unas décadas. En el momento de redactar el Plan aun Cádiz estaba lejos de la situación actual de alarma ante la pérdida de población (en parte por la falta de vivienda). Todo lo contrario, el 64% de los participantes en las mesas de trabajo estaban "muy o bastante" de acuerdo con esta idea: "Cádiz debe reducir la densidad de población".

Junto a esta más que limitada preocupación sobre la vivienda y sobre el número de habitantes, hay una tercera cuestión que hoy es esencial, para bien y para mal, en la vida de Cádiz y que durante la elaboración del Plan 2000 casi pasaba de largo: el turismo.

La situación del turismo

Los participantes en las mesas de trabajo situaron al turismo como quinto sector de futuro para Cádiz. Hoy, por el contrario, es un sector que está en lo más alto de la economía.

Pero para los gaditanos de final de siglo no parecía una apuesta clara para la ciudad, ni tampoco era previsible su incidencia habitacional, con la llegada de las Viviendas de Usos Turísticos. Se afirmaba entonces que el sector con más futuro era el centrado en las "actividades portuarias y la creación de una oferta comercial especializada". Después se consideraba relevante la renovación de la oferta comercial, las nuevas tecnologías, las actividades de ocio y cultura y, en quinto lugar, llegaba el turismo y la conversión de "Cádiz capital turística". Solo el 45% de los participantes en este proyecto consideraba este sector como "muy importante"... apenas un punto y medio por encima de quienes apostaba como futuro por el sector acuícola.

No es de extrañar esta posición, hoy tan sorprendente. En la mesa de debate sobre qué especialización debía de tener Cádiz respecto a la Bahía, la inmensa mayoría defendía la referencia de la capital como ciudad administrativa. Y nadie apostaba por el turismo. Seguramente por la escasa relevancia que, entonces, tenían los equipamientos hoteleros, entonces muy escasos. Sólo el 6,6% consideraba que eran uno de los puntos fuertes de nuestra oferta turística. El clima y la calidad de las playas arrasaban. Con datos mínimos se elogiaban los restaurantes, las actividades culturales y de ocio y la relación calidad/precio en los servicios.

Transcurrido un cuarto de siglo desde la fecha del año 2000 que impulsó este Plan, la transformación de la ciudad ha sido evidente, aunque no porque se hayan seguido los dictados de este documento. La ciudad ha potenciado de forma notable su sector turístico, hasta tener una planta hotelera más que notable, así como una mayor y más variada oferta cultural y de ocio; su comercio tradicional ha evolucionado en medio de innumerables crisis; la ciudad ha incrementado sus zonas verdes y, sobre todo, las vías peatonales, con un carril bici inimaginable para los redactores del Plan.

Ni el puerto ni el astillero tienen nada que ver con los de hace tres décadas. El primero, con una posición relevante de como muelle de cruceros, y el segundo triunfando en el sector de reparaciones. Eso sí, la vivienda sí es la gran preocupación de buena parte de los ciudadanos, con el suelo residencial cada vez más escaso, sobre todo cuando Cádiz pierde habitantes sin parar casi desde el mismo momento en el que concluyó la redacción del Plan Cádiz 2000.

Y tampoco se ha avanzado en la visión de una ciudad en clave de Bahía.

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