Cádiz recupera la ambición
La decisión del gobierno local de recurrir a un crédito para acometer tres grandes actuaciones pendientes se une a otros grandes proyectos que parecen activarse para transformar la ciudad en los próximos años
Del libro de los proyectos pendientes al de ‘Proyectos en marcha’; del “hay que hacer” al “hágase”; del condicional al futuro inminente, o incluso al presente. Cádiz está a punto de pasar de las palabras a los hechos, de tantos años de planteamientos, ideas y deseos, a la ejecución. El anuncio del gobierno municipal de poner en marcha la maquinaria para pedir a los bancos 27 millones de euros que garantizan tres grandes proyectos pendientes evidencia un cambio de tendencia que abre la puerta a una importante transformación de la ciudad durante los próximos años, a tenor de las inversiones de calado que están no ya previstas, sino a punto de empezar a ejecutarse.
Este próximo jueves acordará el Pleno tramitar ese préstamo bancario que permitirá realizar al fin la reurbanización de la Avenida de Astilleros (que tiene un presupuesto de 12 millones de euros), la transformación del Cementerio en ese parque público que lleva años planteándose (y que suponen otros 11 millones) y la rehabilitación integral de las Puertas de Tierra (que es uno de los elementos patrimoniales y culturales que está a la espera de una puesta en valor decidida y un uso que hasta ahora apenas tiene).
Cuatro proyectos más que se dan por seguro
Con las dos operaciones económicas que se van a aprobar el jueves (el préstamo de 27 millones de euros y el ingreso en el presupuesto de los 12,65 millones de euros provenientes de la PIE) da el alcalde por realizados hasta siete grandes proyectos para la ciudad. Así, a los tres cuya financiación se garantiza con el dinero que se va a pedir a los bancos suma Bruno García otros cuatro que asegura van a empezar a desarrollarse en cuestión de meses.
En primer lugar, el pabellón Fernando Portillo, cuyo proyecto ingresará otro millón de euros con la modificación de créditos que se lleva al Pleno y que prácticamente completa la financiación prevista, si Diputación confirma y abona esos 5 millones comprometidos. De este modo, si la licitación actual para redactar el proyecto definitivo sale adelante de manera positiva (y no como el primer intento, que fue declarado desierto hace unos meses), es de esperar que de cara al segundo semestre de 2025 estuviera ya listo el proyecto necesario para que las obras salgan a licitación y el equipamiento deportivo empiece al fin a construirse.
También da el alcalde por hecho la transformación urbanística que se quiere hacer en el denominado Parque de la Muralla; es decir, en el espacio actualmente ocupado por coches bajo la muralla de la Cuesta de las Calesas, junto a la estación de tren. ¿Y por qué da por hecho este proyecto? Porque el Ayuntamiento va a buscar una fórmula público-privada que consiste en conceder a una empresa la construcción y explotación del aparcamiento subterráneo, que sumará 900 plazas repartidas en dos plantas, y que va a ampliar su dimensión inicial para abarcar todo lo que se pueda de la Plaza de Sevilla, procediendo de este modo a ese cambio que habilitará una gran rotonda que se considera como solución a ese punto conflictivo del tráfico de la ciudad (por la intersección entre la Avenida del Puerto, la Cuesta de las Calesas y los que vienen y van hacia la Avenida de Astilleros); a cambio, la empresa que resulte adjudicataria se encargará de la urbanización exterior, donde se proyecta una gran zona verde para la verde. Es decir, que este proyecto “costará 0 euros a la ciudad”, como pretende el Ayuntamiento, que avanza que ya hay algún que otro interesado detrás de hacerse con esta operación.
También se muestra optimista el alcalde con respecto a su última propuesta de convertir la trasera de Valcárcel en una plaza pública. Defiende García que esta operación es muy beneficiosa para el barrio de la Viña, e insiste en que el edificio proyectado en su día es prescindible, además de abaratar una operación que empezó en 14 millones y se disparó hasta los 65 millones (en relación al traslado de la Facultad de Educación a Cádiz, ya desechada). “El barrio de la Viña ganará mucho urbanísticamente”, asegura también el concejal de Urbanismo, José Manuel Cossi.
Para esta urbanización piensa el Ayuntamiento emplear los 5 millones de euros comprometidos en la operación de Valcárcel, de modo que la ciudad se haría cargo de esa reurbanización exterior que también se incluía en el proyecto original, dejando a la Junta de Andalucía y a la UCA la rehabilitación del edificio y el posterior equipamiento adaptado al uso que definitivamente se le otorgue.
En este sentido, ha adelantado Bruno García su disposición a invertir más de los 5 millones inicialmente comprometidos. Para ello, recuerda que el dinero que como mínimo espera ingresar la ciudad por el Campo de las Balas -6,2 millones de euros, que es la tasación de ese suelo- ya no necesita destinar al Cementerio y a la Avenida de Astilleros los 600.000 euros previstos inicialmente para cada proyecto, al recurrir al préstamo bancario de 27 millones para financiar íntegramente ambos proyectos. Por ello, si la urbanización de la trasera de Valcárcel necesitara más de 5 millones, el Ayuntamiento estaría en disposición de aportar como mínimo 1,2 millones de euros más, aunque también se da por hecho que la operación del Campo de las Balas se cerrará por más de 6,2 millones de euros, a tenor del interés que existe en quedarse con la pastilla hotelera y del proceso mediante subasta que se va a arbitrar; es decir, proceso por el que ganará el inversos que más dinero ofrezca por el suelo.
No obstante, no todo es tan positivo en torno a la operación del Campo de las Balas, ya que apunta García que la enajenación del suelo lleva consigo el compromiso de entregar al Ministerio de Defensa el 50% de la plusvalía que genere la operación, lo que aminoraría los ingresos que se obtengan. Salvo que el Gobierno central renuncie a esa cuantía…
A todos estos proyectos suma el alcalde la vivienda, que insiste en que es una de sus grandes preocupaciones. No en vano, contabiliza ya Bruno García 11 millones de euros trasladados a Procasa desde que llegó a la Alcaldía hace año y poco, lo que garantiza la ejecución de las 107 viviendas ya anunciadas en diferentes promociones, además de seguir arreglando el propio parque de viviendas municipales.
Otros proyectos en marcha
Al margen de esto que el Ayuntamiento ya da por garantizado, a falta de que se desarrolle la tramitación y proyecto de cada expediente, no olvida el alcalde la actuación pendiente en las viviendas conocidas como Tacita de Plata, en la trasera del hospital Puerta del Mar, que asegura estar inmersas en varias posibilidades de financiación para que también se puedan ejecutar en los próximos años. De hecho, el gobierno municipal acaba de descartar una operación público-privada para desarrollar esa actuación que generará más de 200 nueva viviendas “porque queremos que el 100% de las viviendas sean sociales”, por lo que asumirá íntegramente la transformación de esta pequeña barriada.
En materia de vivienda tampoco rehuye García hablar de la Lonja de frutas, en Cortadura, que está llamada a ser trasladada de emplazamiento para construir allí nuevas viviendas, tal y como establece el PGOU. En este sentido, asegura el alcalde que también se está trabajando, siendo por ahora lo más complicado la búsqueda del nuevo sitio para la lonja, para lo que se está en conversaciones con otras administraciones.
Y al margen de todo esto, también apunta Bruno García a otra serie de proyectos que estarían en la hoja de ruta próxima del Ayuntamiento y que una vez garantizado todo lo anterior podrán ser incluidos en presupuestos municipales, que sí permitirán “inversiones como estas que son asumibles dentro de las cuentas” de la ciudad. En concreto, se refiere García a la reurbanización del Cementerio de los Ingleses, valorada en 700.000 u 800.000 euros, en la actuación en las calles Mirador o Dársena; o en la intervención en la plaza Manuel Santander de la Viña, donde está prevista una completa peatonalización que acabará también con las aceras y mejorará esa zona de juegos infantiles allí habilitada.
En definitiva, el Ayuntamiento parece haber pisado el acelerador en este arranque de curso, decidido a meter una -o dos- marchas más en la gestión para empezar a sacar adelante los grandes proyectos que llevan años pendientes. De este modo, se dibuja en el mapa de la ciudad para los próximos meses unas obras que abarcarán desde la Plaza de Sevilla hasta el final de la Avenida de Astilleros, con la enorme transformación que supondrá para toda esa zona a la espera de que Barceló comience las obras del hotel de la estación, que Adif retome la construcción del aparcamiento, la nueva calle de acceso a la estación y la calle peatonal que separa la Aduana de la antigua estación de tren, y que el proyecto del mercado gastronómico se resucite, entre otras operaciones que deberían ir desarrollándose en este entorno estratégico en los próximos años. En ese mapa también aparece marcado en rojo el extremo norte de la ciudad, con las obras de Valcárcel, la transformación del Campo de las Balas, o esa posible adaptación del castillo de San Sebastián al uso que finalmente se determine si Ayuntamiento y Estado alcanzan un acuerdo. Y en rojo estará el Muelle Ciudad en esas obras que la Autoridad Portuaria anuncia para los próximos meses dentro del proyecto de integración puerto-ciudad, otro de los grandes avances pendientes.
En la Ciudad de la Justicia se da por hecho que en 2025 empezarán las obras de rehabilitación de las naves de los antiguos depósitos, como se da también por hecho que el proyecto planteado a la Junta por tres empresas privadas para construir el nuevo edificio judicial saldrá adelante en los próximos meses, garantizando al fin la construcción y puesta en marcha de este equipamiento que, al mismo tiempo, liberará otros suelos y espacios que abrirán nuevas oportunidades para la ciudad.
La transformación del Cerro del Moro también debería entrar en su recta final el próximo año, al igual que el proyecto del Cementerio coincidirá en el tiempo con la culminación de la transformación de los Chinchorros para cambiar por completo la imagen de toda esa zona de la ciudad.
Todo esto aparece ya como cierto, como prácticamente garantizado, en el mapa del futuro de la ciudad. A todo ello deben sumarse otras grandes apuestas que a día de hoy siguen estando pendientes de confirmación, con el nuevo hospital regional a la cabeza. Cádiz parece retomar el pulso de las grandes aspiraciones y está a las puertas de una nueva gran transformación que si nada se tuerce empezará a verse en los próximos meses.
El tiempo, un factor en contra
Tantos proyectos sobre la mesa, tanta ambición recuperada en San Juan de Dios, tantas apuestas de calado, tienen ahora un claro factor a la contra, o de incertidumbre. ¿Cuándo verá la ciudad realmente ponerse en marcha cada uno de los proyectos que el gobierno de Bruno García da por ciertos ya? ¿Cuándo se pondrá la primera piedra a cada uno de ellos?
Esta es ahora la gran duda, motivada por la excesiva lentitud que el Ayuntamiento viene demostrando con todos los trámites que tiene por delante y que se alargan durante meses, muchos meses, sin que se adivinen avances. Así está ocurriendo con los pliegos que tienen que actualizarse, con los contratos que tienen que licitarse y con los expedientes que tienen que tramitarse, con ejemplos ya conocidos como la renovación de los suelos de los parques infantiles (que han necesitado más de un año sólo para redactar los pliegos) o la simple instalación de un semáforo nuevo en la Avenida (que se decidió en marzo y aún no se ha colocado).
Tal es el escenario municipal en lo administrativo, que ya se da por hecho que el préstamo de 27 millones de euros terminará de pagarse mucho antes de que se ejecuten las tres obras que va a financiar, algo cuanto menos anecdótico. ¿Cuánto tardará el Ayuntamiento ahora en tener los proyectos definitivos de la urbanización de la Avenida de Astilleros o de la transformación del Cementerio? ¿Cuándo saldrá a licitación la rehabilitación integral de las Puertas de Tierra?
Como ejemplo negativo que demuestra esta incertidumbre tiene el gobierno municipal el proceso de enajenación del Campo de las Balas, que lleva meses sobre la mesa y que aún no ha salido a subasta, pese a que el presupuesto contempla que la operación se haría este año 2024 (algo que todos dan ya por imposible, lógicamente).
La ciudad parece haber recobrado el ánimo de adentrarse en grandes operaciones, el listón de la exigencia ha vuelto a subir. Ahora debe superar el enorme muro administrativo que hasta ahora viene ralentizando de manera excesiva cualquier actuación en el área municipal. Ahí está de ejemplo el pliego de autobuses, que sigue a la espera de aprobarse y licitarse nueve años después de que empezara a trabajarse.
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