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Cádiz recupera las terrazas, algunas enormes, en sus nuevas promociones de viviendas

Tras la pandemia muchos compradores buscan más espacios abiertos en sus casas

Llegan al mercado inmobiliario proyectos con piscinas e incluso con jardines

Las Casitas Bajas, uno de los últimos grandes suelos donde construir, con un futuro complicado

Las terrazas de las nuevas viviendas de la promoción del Grupo GS en Juan Ramón Jiménez. / J. A. H.

La tragedia que trajo a Cádiz y a toda España la pandemia de coronavirus provocó también algunos cambios en nuestra forma de vivir. Los meses de aislamiento obligado hizo ver a muchas familias que sus viviendas no eran adecuadas para estas situaciones de crisis sanitaria. Pisos pequeños, escasas ventanas o todo interior y, sobre todo, sin un balcón desde el que poder tomar el aire libre.

El retorno a la normalidad llevó a una parte de estas familias a buscar una nueva vivienda de espacios abiertos. Afrontaron esta operación, evidentemente, quienes tenían capacidad económica para ello, ya fuera al conseguir fondos con su antigua residencia como poder asumir un préstamo bancario, en ese momento aún con intereses bajos.

En todo este proceso se chocaba con un problema histórico para Cádiz: la falta de vivienda, y más de nueva planta. Así, todas las promociones inmobiliarias que se han ido terminando, o están en proceso de ello, desde el final de la pandemia se han vendido con una rapidez inesperada, y con un elevado porcentaje de compradores ya residentes en la capital.

Junto a este movimiento inmobiliario, que aún se mantiene con unos buenos niveles de venta incluida las viviendas de segunda mano, la pandemia ha provocado un cambio, buscado o no, en el diseño tradicional de las nuevas construcciones por parte de los promotores.

Llega así una apuesta decidida por la apertura de grandes terrazas abiertas. Ya no son los tradicionales balcones de fincas del casco antiguo, o de sus cierros, ni los balcones reducidos construidos hasta este momento en buena parte de los edificios de Puerta Tierra, especialmente en promociones levantadas a partir de los años 70 del pasado siglo.

Ahora, lo que ya se ha construido y lo que está en fase de ejecución, ofrece en sus fachadas la apertura de grandes terrazas, algunas incluso inmensas, como una de las grandes ofertas de las nuevas viviendas. Así pasa en la promoción del Grupo GS en Juan Ramón Jiménez, y las que tiene en ejecución el Grupo ABU. En este caso, tienen casi listo el edificio de la antigua calle Cooperativa, con terrazas acristaladas, que igualmente se vislumbran en la finca de la plaza de San Severiano, también en construcción. Esta firma sevillana trabaja también en el que será el edificio residencial más alto de la ciudad, con 20 plantas, donde también predominarán visualmente sus imponentes espacios abiertos en cada piso. También ocurre así en la promoción levantada recientemente en el barrio de La Laguna.

La apuesta por estos espacios abiertos, que son al siglo XXI lo que fueron los históricos cierros del XIX, no se han quedado en las terrazas. Las promociones que ahora se anuncian incluyen en su gran mayoría la correspondientes piscina en las azoteas de las fincas, en una ciudad con ocho kilómetros de unas de las playas mejor consideradas en clave urbana de toda Europa. Se dan incluso este complemento en fincas rehabilitadas o de nueva planta en el casco antiguo, aunque el anterior gobierno municipal planteó una modificación del PGOU para prohibir su expansión, al considerar que se tocaba de lleno a la tradicional imagen de las azoteas gaditanas.

Y llegan también las promociones con jardines

Pero en la búsqueda de espacios libres tras las pandemias, los promotores, y sus arquitectos, han dado un paso más y ya han puesto en el mercado edificios con pequeños jardines. Estos proyectos pueden considerarse como milagrosos en una ciudad con tan poco suelo libre y con el metro cuadrado residencial disparado de precio. Jardines comunitarios o individuales. Así se promueve en el edificio de ABU en San Severiano e incluso en fincas levantadas en pleno centro histórico, como en alguna de las del barrio de Santa María. Y junto a ello, locales para reuniones vecinales, para la promoción de empresas e incluso para gimnasios.

La ciudad ha recuperado con fuerza los áticos complementados de grandes terrazas. Aquí gana el casco antiguo, donde algunas ofertas puestas en el mercado incluyen espacios abiertos para los nuevos vecinos con superficies superiores a las propias casas, como pasó recientemente con un piso a la venta en la Alameda

Queda por ver si esta fiebre que nos ha traído un nuevo diseño habitacional (y que contrasta con la ausencia de oferta de pisos de mayor tamaño, frente a una normalización de casas por debajo de los 100 metros útiles), se va a mantener en las futuras promociones que tiene pendiente la ciudad.

Hay que ver qué pasará en proyectos que se van a levantar en suelo muy potentes por su ubicación, como el de Casitas Bajas. Aquí queda por concretar, que no es poco, si será público-privado o todo de renta libre, obteniendo el Ayuntamiento importantes ingresos por la porción de la manzana que es de su propiedad (como pasó con el anterior gobierno que vendió el terreno de Cooperativa a una promotora privada). Ciertamente, las promociones privadas tienden a cuidar más el diseño exterior, terrazas incluidas, frente a las de protección oficial.

También se está pendiente de ver el diseño de la Torre Victoria, que el Grupo Q tiene que levantar aún, también para renta libre, en los Chinchorros. Y habrá que ver las diferencias de diseño entre lo público y lo privado en Navalips.

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