La calle Valverde y la guerra de África
Historias de Cádiz
Estancia de Leopoldo O’Donnell, presidente del Gobierno y ministro de la Guerra, en el domicilio particular del alcalde de Cádiz l Revista militar y preparativos para la campaña
La calle Valverde, antigua del Beaterio, lleva este nombre desde el fallecimiento del alcalde de Cádiz, Juan Valverde Cubells, y como agradecimiento de la ciudad a la extraordinaria labor llevada a cabo por dicho regidor. Valverde residía en el número 10 de esa calle y allí falleció en 1871 cuando ocupaba la presidencia del Ayuntamiento.
Juan Valverde tenía amistad íntima con el general Leopoldo O’Donnell, duque de Tetuán, ministro de la Guerra y jefe del Gobierno durante el reinado de Isabel II. Este general, uno de los personajes políticos más importantes del siglo XIX, cuando llegaba a Cádiz se alojaba siempre en la calle del Beaterio número 10, domicilio de Valverde.
En 1859 España atravesaba una época de prosperidad gracias, en parte, a los beneficios obtenidos por la desamortización de los bienes de la Iglesia. O’Donnell, jefe del Gobierno y de la Unión Liberal, consiguió en el Congreso el apoyo para intervenir decididamente en Marruecos y garantizar la seguridad de Ceuta y Melilla. O’Donnell, sin abandonar la presidencia del Gobierno, decidió marchar a África y tomar directamente el mando de las tropas. Cuenta la historia que la Reina Isabel II, subyugada ante el valeroso gesto de su jefe del Gobierno, le dijo al despedirse: “Si yo fuera hombre marchaba contigo a la guerra”. A lo que el Rey consorte, Francisco de Asís, que tenía fama de poca virilidad, añadió: “Lo mismo te digo, lo mismo te digo”.
El general y jefe del Gobierno acudió previamente a Cádiz para ultimar las planes de guerra, alojándose, como siempre, en el domicilio de Valverde.
En noviembre de ese año de 1859 la calle del Beaterio, con la presencia del presidente del Gobierno, fue un continuo ir y venir de carruajes que llevaban a personajes y a militares para conferenciar con O’Donnell y recibir las oportunas instrucciones. Cientos de gaditanos acudían a presenciar las entradas y salidas de una casa convertida por unos días en Jefatura del Gobierno.
El 17 de noviembre, O’Donnell, acompañado de Valverde y otras autoridades, presidió una impresionante parada militar entre El Puerto de Santa María y Sanlúcar, con más de diez mil soldados y dieciocho generales. Al día siguiente tuvo lugar un Consejo de Generales en el interior de la casa de la calle del Beaterio para fijar las planes definitivos de la campaña en Marruecos. Junto a O’Donnell asistieron, entre otros, los generales Prim, Ros de Olano, Zabala, Echagüe y el almirante Díaz.
Pocos días más tarde comenzaba la campaña con la victoria en Los Castillejos y finalizando meses más tarde con la toma de Tetuán. Los combates fueron durísimos y a Cádiz llegaron numerosos soldados heridos. Valverde, que además de alcalde presidía el Casino Gaditano, organizó el llamado “Hospital de Sangre Gaditano”, con 170 camas. El Casino organizó una colecta y recaudó la entonces fabulosa suma de 300.000 reales para atender a los heridos. Para dicho hospital de sangre fue cedido el viejo Hospital de San Fernando, donde hoy se levanta el Mora.
El regreso de las tropas a la península fue triunfal, y O’Donnell recibió toda clase de homenajes y felicitaciones. Fue nombrado duque de Tetuán y la ciudad de Cádiz decidió cambiar el nombre de calle Ancha por el de Duque de Tetuán, cambio que perduró hasta hace poco tiempo.
En 1862 los Reyes visitaron oficialmente Andalucía acompañados por el general O’Donnell. Al llegar a Cádiz, la Reina, su esposo, el Príncipe de Asturias y los principales personajes de la Corte se alojaron en el palacio de la Aduana, mientras que el jefe del Gobierno prefirió residir en el domicilio de su amigo Valverde en la calle del Beaterio.
Juan Valverde y Cubells había nacido en Valencia en 1811. Era un simple estudiante cuando el Gobierno acordó el cierre de las universidades, por lo que tuvo que dedicarse a estudiar francés, matemáticas y teneduría de libros y así dedicarse al comercio. Muy joven aún llegó a Cádiz con el fin de marchar a América. En nuestra ciudad vio posibilidades de prosperar y entró como empleado en la casa de comercio de Martínez de Larraz, la más importante de la zona en aquellos años. Poco tiempo después decidió abrir su negocio propio de tráfico de géneros e importación de numerosos artículos de América. En unos años adquirió próspera situación.
En 1851 entró Valverde en política, en la Unión Liberal de su amigo O’Donnell y como simple concejal. Le fue encargada, junto a otros, la gestión para la llegada del ferrocarril a Cádiz, lo que consiguió con múltiples esfuerzos.
Valverde fue elegido alcalde en 1860 y su gestión debe calificarse, con toda justicia, de acertadísima. A título de ejemplo podemos citar el traslado de la Pescadería al muelle, la ampliación de las Casas Consistoriales, el derribo de los viejos puestos de la plaza de San Fernando para poder levantar el Gran Teatro y el traslado de la fábrica para el alumbrado público a los Extramuros, dejando libre la actual plaza de la Merced.
La primera gran reforma de la plaza de Mina también se debe a Valverde, así como el plan para derribar las viejas casas situadas frente a la Catedral para dar paso a una digna plaza.
El alcalde Valverde fue el primero en comprender la importancia de los festejos y organizó el Carnaval dotándolo de atractivos para vecinos y forasteros. Este alcalde fue el creador de la Velada de los Ángeles, fiesta que llegó a ser de las más populares de Andalucía y que trajo a Cádiz multitud de visitantes a lo largo de muchos años.
Valverde falleció el 6 de julio de 1871 cuando ocupaba la presidencia del Ayuntamiento.
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