La calle de Cádiz cerrada desde hace años y que está rodeada de tesoros de nuestra historia

Durante décadas, cuando el obispo de la diócesis de Cádiz residía en la finca de la plaza de Fray Félix apenas tenía que recorrer unos metros para acceder a la Catedral. Una campana anunciaba su llegaba, mientras cruzaba una pequeña plazuela que acabó llamándose del Obispo.

El cierre de la que fuera residencia del titular de la diócesis para su transformación en un centro de atención y formación para inmigrantes y jóvenes, y el descubrimiento en su subsuelo de importantes restos arqueológicos transformó la zona. Se urbanizó la vía, conectando por un lado con la plaza de la Catedral y por otro con el Campo del Sur y el espacio Entrecatedrales.

Con la apertura al público del yacimiento arqueológico Casa del Obispo, este espacio acabó convirtiéndose durante determinadas fechas del año en un espacio para la celebración de cenas teatralizadas, organizadas por la empresa que gestionaba en ese momento el espacio cultural.

Todo ello provocó que se instalasen verjas en los tres accesos a esta plazuela, para impedir el normal paso de los peatones, aunque es una vía pública de libre tránsito.

Así lleva la zona ya años. La única calle (pues la verja ocupa también parte de la vía que conecta con Fray Félix) cuyo paso peatonal está sorprendentemente prohibido. En Puerta Tierra sí hay patio cerrados al paso exterior mediante rejas, aunque son todos de carácter privado.

El cierre, además, impide la visión y el acceso a la Catedral por una de sus puertas laterales, la misma que resultó dañada por un incendio hace unos años.

El Ayuntamiento tiene pendiente reabrir el yacimiento de la Casa del Obispo, tras un largo litigio que se ha contado por años con la empresa privada que se encargaba de su gestión. Sin embargo, la Iglesia quiere recuperar, a su vez, este espacio.