El cambio de imagen de la calle Veedor en Cádiz, aún con coches y con la eterna obra del Casino
La vía, una de las arterias más antiguas de Cádiz, ha perdido buena parte de su carácter comercial
Residentes en la zona piden que vuelva a ser peatonal
El Casino Gaditano, otra víctima de la borrasca Bernard
La calle Veedor se formó, en el proceso de expansión de Cádiz hacia la Caleta, a mediados del siglo XVII, entonces con el nombre de Santa Catalina. Aunque la vía ha tenido varios nombres a lo largo de casi cuatro siglos, Veedor ya forma parte de nuestro nomenclátor sin riesgo a su sustitución. Referido al jefe del presidio y las fortificaciones de la ciudad en 1653, Juan López de Toñanejos, la denominación de su puesto de trabajo ha pervivido al del propio homenajeado.
Con tanta historia encima, Veedor ha ido evolucionando a la par que ha ido cambiando la propia ciudad. Ha sido un cambio pausado dentro de su posicionamiento estratégico como puerta de acceso al Mentidero desde la céntrica plaza de San Antonio. Pero este cambio se ha acelerado en los últimos años, hasta el punto, como reconocen muchos de sus vecinos más antiguos, que ya poco tiene que ver con el viejo Veedor, más allá de sus edificios que sí aguantan en pie, y casi todos con buen estado de salud.
"Se ha cerrado buena parte de las tiendas que la mantenían aún como una calle comercial. Cuando coincidieron en el tiempo Prenatal y Galerías Mónaco esto se llenaba de gente. Aquí también ha funcionado una pescadería, un local de venta de aceitunas, otras tiendas de moda y una droguería", recuerdan. Se mantienen, eso sí, la considerada como el freidor más antigua de la ciudad, así como otro referente histórico como es la Parra del Veedor, la tienda de electricidad como uno de los últimos ejemplos de este sector en Cádiz. Y, por supuesto, el Veedor del recordado Paco Chicón, frente al novedoso restaurante Berza, evidentemente especializado en comida tradicional. Y pronto llegará un estudio de diseño que se ubicará en el edificio que se está rehabilitando en la esquina con la plaza del Mentidero.
Aunque lo que hay mantiene aún alto el pabellón comercial de esta calle, lo cierto es que ha perdido el dinamismo de tiempos pasados, como está pasando con muchas calles de todo el entorno, frente al empuje de las calles del centro.
A ello no ayuda, afirman los vecinos, la carga del tráfico rodado que soporta Veedor. Consideran un error muchos de ellos que se eliminase su carácter peatonal, impulsado por el anterior gobierno municipal. "Nos tragamos todo el tráfico que entra en San Antonio y sobre todo el del aparcamiento, y todo a pesar de que se desemboca en una plaza como la del Mentidero cada vez con más vida (por la presencia de numerosos locales de hostelería) y la cercanía del colegio Carlos III (aunque aquí la calle vecina a este centro educativo está parcialmente cerrada a la circulación)". Por ello, se tiene claro que para recuperar algo de la vida comercial y hostelera de Veedor "tiene que volver a ser una vía peatonal".
Pero hay más "inconvenientes". Se relata así el largo tiempo, más de un año, con los andamios ocupando la totalidad de la fachada del edificio del Casino Gaditano, una de las puertas de entrada a Veedor. "El Ayuntamiento, que es propietario de este inmueble, parece que no sabe qué hacer con el mismo. No tiene explicación que lleven tantos meses para arreglar los desperfectos de la finca. Y mientras tanto, todo lleno de andamios y complicando aún más la entrada a la calle, sobre todo cuando coincide con el paso de vehículos", se lamentan residentes en esta vía.
El tiempo también ha ido modificando en parte al propio vecindario de Veedor. La mayoría de las fincas o se han rehabilitado ya o se encuentran en buen estado, apenas una o dos están necesitadas de arreglos. Algunas, también, han dejado de ser casas de vecinos y están habitadas por una única familia, propietaria de las mismas casas. Esta situación, cuentan en la calle, "supone una peculiaridad en la misma ciudad".
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