El cambio de nombre en las calles genera controversia entre los vecinos de la Plaza San Severiano y Santo Cristo
Serán más de una decena de calles y plazas a las que se les asignará o cambiará su denominación respecto a como estaban
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El próximo 22 de abril el equipo de Gobierno del PP llevará a la Comisión Especial de Nomenclátor hasta trece propuestas para que calles y plazas de Cádiz reciban un nuevo nombre. Esta medida, aún pendiente de ser aprobada en dicho órgano y de ser ratificadas en pleno municipal posteriormente, ha cogido por sorpresa a muchos ciudadanos, que la comparan con los diversos cambios de nombres que llevó a cabo el anterior gobierno durante su mandato.
Entre los vecinos hay división de opiniones respecto a cómo ven la medida. Hay quienes lo ven bien siempre que esto suponga un homenaje a gente de Cádiz que haya luchado por la ciudad. Otros no están conformes porque defienden que algunas calles podrían mantener su nombre sin problema.
En la todavía Plaza de San Severiano, un vecino comentaba que "si siempre se ha conocido a la plazoleta con este nombre, no veo por qué deba cambiarse, es una medida molesta e innecesaria". El nombre que este lugar va a recibir es Plaza Víctimas de la Explosión de Cádiz, debido al polvorín de la Armada que explotó en agosto de 1947 y que dejó 150 fallecidos. Juan García, residente de esta zona, era aún menor de edad cuando la bomba explotó; y este viernes se quejaba de que "ya hay un monumento en la plaza que conmemore a las víctimas. "¿Es necesario otro homenaje?", preguntaba en tono airado.
A favor o en contra del cambio de nombre, los vecinos de uno y otro sitio coinciden en que esta es una medida para las nuevas generaciones, que la gente que ya conoce y ha crecido usando el nombre de estas calles no se va a esmerar ahora en utilizar el nuevo. "Yo sigo diciendo que voy a coger por Cruz Verde o por Corneta Soto Guerrero", afirma un vecino cercano a la calle Santo Cristo, que se justifica explicando que es con esos nombres cambiados en tiempos de Kichi con los que se ha criado y que sigue usando.
Hay vecinos que creen que mantener los nombres de las calles de la ciudad le otorga también a esta cierto encanto, "incluso conservar el azulejo del apelativo que reciben puede ser un detalle bonito para aquellos que han disfrutado y crecido en la ciudad", como apunta un gaditano. La calle Santo Cristo, cuyo nombre data de antes de 1873, iba a pasar a llamarse Calle Paca Briceño antes de que el Ayuntamiento rectificara, en homenaje a la gaditana bailaora y maestra de baile fallecida en enero de 2022, que estuvo casi 60 años instruyendo en danza. Este posible cambio que ofrecía el Partido Popular tampoco ha gustado a Juan García. "¡Cómo se va a comparar a Cristo con una bailaora!", exclamaba mezclando ironía y seriedad en sus palabras.
Más allá del nombre que tengan en cada momento, los gaditanos se sorprenden de las gestiones a realizar en caso de que las calles reciban un nuevo nombre, que además tienen que correr a cargo de los afectados. "Es algo bastante molesto"; o "está mal que tenga que hacerlo el ciudadano por su cuenta", son algunas de las opiniones más repetidas al respecto. "Con las facilidades que hay ahora con internet y siendo esto algo que, en general, no votan los vecinos, no entiendo que sea el ciudadano el que deba hacerlo y pagarlo en muchos casos", resume un trabajador de los aledaños de la calle Santo Cristo.
A pesar de las diversas opiniones a favor o en contra de la asignación de nuevos nombres, en lo que sí coinciden todos es en calificar como innecesario esta práctica en la que se ha introducido el Ayuntamiento en los últimos años. Todos consideran que hay muchos temas más importantes a solucionar en la ciudad, como la limpieza, que ha sido uno de los puntos más repetidos, aunque no el único.
"Habría que cuidar más la higiene de la ciudad, que están las calles que da pena verlas. También generar más puestos de trabajo, sobre todo para la juventud que estamos viendo que cada vez son más los jóvenes que tienen que emigrar en busca de trabajo porque no pueden quedarse en la ciudad", se lamentaba una vecina de la Plaza Candelaria. Jesuli, vecino de San Severiano, se quejaba de la gestión de las plazas de aparcamiento en muchos solares que a día de hoy se encuentran abandonados. "Hay que fomentar puestos de trabajo para la juventud, que es una pena que tenga que irse, crear más vivienda de protección oficial y llevar a cabo proyectos que inyecten dinero y movimiento a la economía gaditana", plantea otro gaditano. La regulación del precio de los alquileres ha sido otro de los tópicos comentados por varios entrevistados, que ven cómo cada vez es más difícil vivir en la ciudad donde han crecido mientras el equipo de gobierno destina sus esfuerzos a cambiar el callejero gaditano.
Dada la polémica que ha generado esta iniciativa de cambio de nombres, el alcalde Bruno García ya ha adelantado este viernes que finalmente no cambiará el nombre a las calles Santo Cristo y Chile, que iban a recibir el nombre de Paca Briceño y Mariano Marcos respectivamente. La primera dará nombre a una glorieta del paseo de Canalejas, mientras que el segundo, que fuera director de la Escuela Superior de Ingeniería (en la época en la que se proyectó la nueva sede en Puerto Real), dará nombre al tramo de la calle Porlier que separa las calles Paraguay y Ángel, continuación de la calle Virgen de la Palma.
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