“El Camino de Santiago supone una aventura personal; un reto físico y emocional”
Manuel Barea Patrón | Presidente de la Asociación Jacobea Vía Augusta de Cádiz
El presidente de la Asociación Vía Augusta publica con Almuzara ‘Caminos jacobeos desde Cádiz’, un libro sobre la peregrinación hasta Compostela con inicio en la provincia
El camino que empieza en Cádiz

El nuevo libro de Manuel Barea Patrón lleva la firma editorial de Almuzara. ‘Caminos jacobeos desde Cádiz’ es el título de un libro tan personal como útil en el que el presidente de la Asociación Jacobea gaditana Vía Augusta desgrana hasta el último detalle cómo es el Camino de Santiago empezado desde la provincia de Cádiz. Prologado por el investigador e historiador Francisco Glicerio Conde Mora, la obra ofrece una aproximación al hecho jacobeo y recomendaciones al caminante; el recorrido por las siete etapas de la Vía Augusta y las siete de la Vía del Estrecho, y finaliza con unas reflexiones del caminante según su propia experiencia.
Pregunta.–¿Qué es ‘Caminos Jacobeos desde Cádiz’?
Respuesta.–Se dice que los caminos a Santiago comienzan en la puerta de la casa del peregrino. Por distintos motivos, sobre todo históricos, el principal es el Camino Francés, desde Roncesvalles. Pero desde hace décadas la península Ibérica, y Europa, están atravesadas por una red de caminos que van confluyendo a medida que nos acercamos a Compostela. En el caso andaluz, el principal es la Vía de la Plata que comienza en Sevilla. Pero el caminante tiene en nuestra provincia a su disposición tres caminos: la Vía Augusta (Cádiz-Sevilla); la Vía del Estrecho (Algeciras-Puerto Real, y enlace con la anterior); y la Vía Serrana (La Línea de la Concepción-Ronda-Sevilla, por el valle del Guadiaro). En este libro se habla de los dos primeros: la Vía Augusta y su conexión desde la comarca campogibraltareña desde Algeciras.
P.–Se califica la ruta, en la promoción del libro, de poco conocida pero “impresionante”. Cuáles son las claves del Camino de Santiago desde la provincia.
R.–Aunque lo de “impresionante” suena a guiño de la editorial, no cabe duda de que el patrimonio que conocerá el peregrino tiene una base histórica. Por ejemplo, en la Vía Augusta ciudades como Cádiz, San Fernando, El Puerto o Jerez. Y ya en la provincia de Sevilla, sobre todo Utrera, Alcalá de Guadaíra y la misma capital hispalense. Y en la Vía del Estrecho el recorrido por el Parque Natural, por los acantilados costeros, dando vistas a la costa marroquí, o las ciudades de Algeciras y Tarifa, el yacimiento romano de Baelo Claudia, poblaciones de La Janda como Tahivilla (que cuenta con albergue de peregrinos), Benalup-Casas Viejas o Medina Sidonia. A ello hay que añadir su rica y diversa gastronomía. De todo ello se habla en el libro detenidamente.
Los caminos están señalizados por nuestra asociación, en colaboración con ayuntamientos, a los que donamos azulejos y flechas para orientación del caminante. Ya sabemos que hoy día todo está en wikiloc, pero una flecha, por experiencia, anima mucho al peregrino, da alas, confirma la senda, tranquiliza….
P.–¿Ha pretendido huir de hacer una ‘guía de viajes’?
R.–En efecto, no es una guía de viajes al uso, hay muchas en la red. He preferido narrar la experiencia del caminante, la mía, pues estos caminos los he recorrido en solitario, he pernoctado en cada población, las fotos son del autor, y ello permite una inmersión en la experiencia caminera. En todos los caminos que he recorrido, y ya son casi treinta, siempre he llevado a mano un cuaderno para anotar mis experiencias, mi diario. Y en este libro lo comparto con el lector. Cada etapa lleva una introducción, su recorrido completo comentado, un apartado dedicado a aspectos históricos, culturales, patrimoniales y etnológicos, y finaliza con extractos del diario del caminante.
P.–¿Sigue subiendo el número de peregrinos que empiezan el camino desde Cádiz?
R.–Cada vez más, especialmente peregrinos internacionales. En marzo, y a pesar de las lluvias, hemos atendido a peregrinos italianos, madrileños, de Taiwán, de Alaska, de Nueva Zelanda, de Australia, y estos son los que se dan a conocer pasando a saludarnos, a solicitar la credencial o a sellarla. Nos parece muy importante practicar la hospitalidad con el peregrino, una práctica ancestral que revivimos cuando los atendemos en nuestra sede, en la calle Sopranis, 15.
P.–¿Por qué sigue tan vigente el Camino de Santiago? Incluso para los que no lo hacen por motivos religiosos.
R.–El año 2024, que no era Año Santo, se han identificado en la Oficina del Peregrino de Santiago de Compostela 499.000 peregrinos que han recogido sus compostelas. Hay muchos que no la solicitan por lo que fácilmente la cifra supera el medio millón. Ha sido un récord histórico. Por comunidad la que más aporta es Andalucía, seguida de Madrid y la Comunidad Valenciana. En cuanto a peregrinos internacionales, lideran los estadounidenses seguidos de italianos y alemanes. El perfil es una persona adulta entre 45 y 65 años. En cuanto a motivos, el 60% lo hace por experiencia cultural, un 25% como desafío personal y un 15% por razones espirituales. Claramente, la tendencia desde hace años es hacia mayores motivaciones laicas que religiosas, según datos de la Oficina del Peregrino de Santiago de Compostela.
Por otra parte, a veces se elige el camino como forma de terapia personal, de huir del hastío o del cansancio de las noticias que leemos en la prensa, de cómo está el mundo, la sociedad, ante el fracaso de la confianza en el Estado, y se elige el camino como refugio individual, al menos por un tiempo. Pero también tiene su parte positiva: conocer, ver mundo, viajar por las ricas y diversas tierras de España…
P.–Hay mucho, entonces, de opción personal en hacer el Camino.
R.–El camino supone una aventura personal, un reto total, físico y emocional. La etimología de la palabra lo dice claramente “peregrino”: ‘per agrare’, ‘ir por los campos’, ejercer de viajero (no de turista), conocer tierras extrañas, nuevas, experimentar el viaje. En mi caso siempre ha sido a pie. De Cádiz a Santiago son unos 1.250 kilómetros. Mi vida laboral y personal no me ha permitido hacerlo de una vez, pero lo dividí en tramos y conseguí culminarlo, saliendo de la iglesia de Santiago de Cádiz (el kilómetro cero de la Vía Augusta) y finalizándolo en el Obradoiro de Compostela, con el colofón del camino a Finisterre. De la punta de Eurasia, Tarifa, al Finis Terrae de los romanos.
P.–¿Algún reto futuro en torno al Camino de Santiago desde Cádiz?
R.–La provincia es punto de llegada de muchos peregrinos nacionales e internacionales. Nuestra asociación, cuyo nombre es Vía Augusta, lleva atendiéndolos desde su fundación en 2009. Sería bueno que las instituciones se concienciaran y figurase en los folletos de divulgación de nuestras ofertas culturales y patrimoniales que en la provincia de Cádiz existen tres caminos jacobeos, y se diesen a conocer en las páginas webs e internet, en Wikipedia, indicando que por cada población pasa una vía jacobea. En este sentido desde siempre nos hemos ofrecido a colaborar. Y ya, sería magnífico que hubiese un hito, un miliario, indicando que Cádiz es el kilómetro cero de la bimilenaria Vía Augusta, que conectaba Gades con Roma.
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