Un carril bici de quita y pon en Cádiz

MOVILIDAD URBANA

El uso de materiales no adecuados y la falta de planificación han provocado que algunos tramos del carril bici de la Avenida de la Sanidad Pública se hayan tenido que rehacer hasta tres veces

La reforma del carril bici de la Avenida de la Sanidad Pública incluirá la eliminación de los cajones de las paradas de autobús

Zona del carril bici que se ha tenido que levantar por tercera vez / Lourdes De Vicente
Diego Martínez

15 de abril 2024 - 06:00

Una, dos y hasta tres veces se han tenido que rehacer algunos de los tramos del nuevo carril bici de la Avenida de la Sanidad Pública. Y no es de descartar que en algún punto aislado tenga que rehacerse por cuarta vez a tenor del último parche que aparecido esta pasada semana a la altura del cruce con la calle Girasol.

Un nuevo carril bici por cierto que, con esta reforma, aparece y desaparece además en algunos tramos, circunstancia que antes no se daba curiosamente y que ahora ocurre en la zona más próxima a la calle Trille.

La reforma del carril bici de la Avenida de la Sanidad Pública ha estado plagada de incidenciasdesde que lo proyectara el anterior equipo de gobierno. A día de hoy, diez meses después del inicio de las obras, aún están inconclusos los trabajos. Y lo peor es que al no haberse completado la obra en plazo (31 de diciembre pasado) se perdieron parte de los fondos europeos con los que se financiaba la obra, obligando al Ayuntamiento a destinar una partida con fondos municipales para poder terminar los trabajos.

La necesaria reforma del carril bici proyectada por el anterior equipo de gobierno liderado por José María González Kichi formaba parte de un ambicioso plan que contemplaba también la eliminación de los cajones de las paradas de autobús. El proyecto contaba con un presupuesto de 1,6 millones de euros y estaba cofinanciado en un 80 por ciento por la UE a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Según reflejaba el proyecto, “las nuevas vías ciclistas serán de carácter unidireccional y contarán con un pavimento asfáltico en color con el objetivo de diferenciarse del resto del acerado”. Es decir, sentido único y diseño similar al del resto de Cádiz.

Las obras contaban con un plazo de ejecución de nueve meses. Y aquí llegó el primer problema. Los trabajos no comenzaron hasta la primera quincena de junio de 2023, justo después de las elecciones. Imposible tenerlo terminado entonces antes de final de año, requisito indispensable para garantizar el 80% de los fondos europeos. A día de hoy, aún hay tramos en obras.

A pesar de todo, las obras fueron avanzando y la mejora con respecto al “carril” original era notable. Pero pronto volvieron a aparecer nuevos problemas. Alguien advirtió que el material utilizado no era el adecuado. Cuando ya estaba incluso pintado, hubo que levantar el asfalto de centenares de metros del nuevo carril bici, concretamente desde donde comenzaron las obras hasta más allá de la Avenida Marconi.

Otras obras, ajenas ya al carril bici, obligaron a levantar de nuevo algunos tramos. El último de ellos se ha producido a la altura de la calle Girasol. Por tercera vez se colocaba el asfalto en este nuevo tramo y por tercera vez habrá que pintarlo de verde. Y no es de extrañar que se levante de nuevo porque ya alguien ha advertido que el asfalto no es el mismo que el resto de la vía y que, además, presenta deficiencias en su alineado con respecto al resto. ¿Habrá cuarta vez aquí?

Y hablando de desniveles, numerosos ciclistas y usuarios de patinetes se han quejado de la existencia de bordillos levantados en los extremos de muchos tramos.

Otro problema añadido con el nuevo carril bici, y que ahora se hace más visible, deriva en cierto modo del defectuoso diseño original. En varios puntos del trazado se han detectado incompatibilidades entre el espacio para el peatón y para el carril bici.

Así, por ejemplo, el primero de ellos lo encontramos a la altura del estadio Nuevo Mirandilla. Frente a la preferencia ha “desaparecido” un pequeño tramo debido a la estrechez de la acera.

Poco más adelante, a la altura del colegio Amor de Dios, la hora de entrada y salida de los alumnos es totalmente incompatible con el uso del carril bici. Familiares aguardan la entrada y salida de sus hijos ocupando toda la acera, incluido el carril bici. Curiosamente, se pidió la peatonalización de la plaza Santo Tomás, por donde no sale casi ningún alumno de este colegio.

Otro punto cuando menos curioso es la zona próxima al centro Tartessos y a la gasolinera África, concretamente en las inmediaciones del cruce con la calle Trille. Aquí el carril bici aparece y desaparece de forma intermitente. No había forma de ganar más anchura para la acera y se ha optado por cortar por lo sano cuando se ha llegado a la zona más estrecha. ¿Están obligados aquí los ciclistas y usuarios de patinetes a ir andando? Se supone que sí, pero nadie lo hace.

Continuando con las zonas conflictivas, encontramos un nuevo punto complicado a la altura del cruce con la avenida transversal en sentido hacia el centro de la ciudad.

Justo al a altura del nuevo edificio que la promotora Abu está construyendo en el cruce con la avenida transversal el acerado es tan estrecho que se hace difícil pensar que ahí puedan convivir el carril bici, las personas que se disponen a cruzar por el paso de peatones y el tránsito normal de cualquier acerado.

De momento en este punto se mantiene un tramo antiguo de carril bici que ya contaba con nuevo diseño. La incógnita ahora es saber si también desaparecerá o no aquí este tramo de carril bici de quita y pon.

Una oportunidad perdida y un sentido único que no se respeta

La reforma del carril bici de la Avenida de la Sanidad Pública era más que necesaria. Eso es indiscutible. Sin embargo, se ha perdido una oportunidad única para haber realizado una reforma integral del mismo. Dada la configuración de la Avenida, lo ideal hubiera sido mantener un único carril bici siempre en la acera de mayor anchura, independientemente de que hubiera que cruzar en más de una ocasión, como sucede en muchas ciudades. Así se hubieran evitado zonas conflictivas, como ocurre en las proximidades del colegio Amor de Dios a la hora de salida de clases, frente al estadio o la más cercana a la calle Trille, especialmente junto a la gasolinera África. Esta alineación en una sola acera hubiera permitido además ganar decenas de aparcamientos, bien porque muchos de ellos hubieran pasado a ser en batería o bien porque al desaparecer el carril bici de esos tramos se podrían haber creado nuevos aparcamientos. Curiosamente, la reforma se ha llevado por delante aún más aparcamientos para ganar anchura en el acerado.

Yotra cuestión que se hubiera evitado es el sentido único que tienen ahora cada uno de ellos. Un sentido único que casi nadie respeta. ¿Qué ocurrirá el día que se produzca un accidente con alguien que lo esté utilizando en sentido contario?¿Habrá vigilancia policial para que se cumpla el sentido único?

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