Una espectacular casa con jardín y bodega

Cádiz/La vivienda que este fin de semana recorremos se ubica en la localidad de Sanlúcar de Barrameda. Sus propietarios, el joven matrimonio formado por Gerónimo Angulo Hidalgo y María Cuquerella Rivas, apasionados del arte y la historia, compraron hace unos años una casa en esta localidad. Ellos, influenciado por las casas familiares vividas en su infancia y adolescencia, adquirieron una casa antigua del siglo XVIII y, tras dos años de reforma, consiguieron recupera el brillo de antaño.

La casa ocupa una superficie de 500 metros, que se reparte entre dos plantas. La planta baja la ocupa un patio, salón de verano, comedor, bodega, estancia de invitado, cocina , patio interior y el garaje. La primera planta cuenta con una galería que comunica con el gabinete, salón principal, 5 dormitorios con sus baños y una pequeña azotea con una pileta.

Un zaguán, con loza de Tarifa y techo de madera y con un escudo familiar encima del portón, da la bienvenida a la casa.

La parte central la ocupa un patio con una columna de Carrara y un suelo de damero en su alrededor y de loza de Tarifa en la parte central. Todo ello convive con los helechos, las orejas de elefantes y la parra virgen que va trepando a la galería de la parte superior. La vegetación es la protagonista del espacio descrito. Entre los muebles y objetos decorativos de este espacio se encuentra un escudo de armas de mármol de la familia Angulo, un arcón del s.XIX, una pequeña pila de mármol adquirida en un mercadillo y diferentes trofeos de cazas. Alrededor de este patio se distribuyen las diferentes estancias de la planta baja.

En el comedor, la protagonista es una mesa de caoba de principios del siglo pasado para 12 comensales junto con su sillería tapizada en cuero original, todo ello de estilo Chippendale. En uno de sus laterales se ubica un aparador a juego con el mobiliario de la habitación y en el otro un trinchero de principio de los años veinte del siglo pasado. Entre los objetos decorativos del comedor destaca una importante colección de bandejas antiguas de loza, porcelanas y cerámicas, que cuelga de una de sus paredes.

En el salón de verano destacan los colores claros de la tapicería de sus sillones, los cuales se ubican en torno a una mesa baja en madera y cristal. Como mueble auxiliar en esta habitación se utilizan diferentes mesas antiguas en madera de caoba y pino. Un cuadro del pintor jerezano Fermín Villaescusa, que representa una escena de la bodega familiar de la firma Hidalgo, protagoniza una de sus paredes. En otro de los laterales, se ha creado en un pequeño espacio una zona de tertulia con un sillón fernandino de caoba. En la parte superior de este espacio, se ubica una colección de etiquetas antiguas de vino de la familia de su propietario.

La bodega es de los espacios más mimados por sus propietarios. Refleja en todos sus rincones la tradición y la historia familiar de sus propietarios. Unas cuantas botas ocupan parte del espacio con una colección de fotos antiguas familiares y diferentes utensilios y mobiliario procedente de otras bodegas familiares como una mesa de viña con tapa de mármol o un taquillón.

Unas escaleras ,con ladrillos de Bonares y madera, comunica con la planta superior de la casa. Entre los objetos decorativos que ornamenta la escalera destaca un escudo familiar del siglo XVIII y un bronce francés.

El salón principal lo preside una pintura de San Pablo de escuela sevilla del XVIII. También le acompaña un cuadro de San Juanito de un siglo antes y un retrato familiar firmado en el siglo pasado. Un original bodegón completa la pinacoteca de esta estancia. Todo esto está acompañado de una colección de diferentes muebles de procedencia familiar, entre ellos, un sofá fernandino, algunas consolas , destacando una vitrina de caoba y carey sobre una mesa de San Antonio.

Todos los espacios y estancias de la casa refleja la pasión de sus propietarios por la historia y el gran sentido de la estética y el buen gusto.