La Casa Palacio de Cádiz donde vivió un rey de España a la fuerza
El edificio lo ocupa desde hace unos años la Cámara de Comercio
Es uno de los inmuebles con una arquitectura más espectacular de la ciudad
La nieve que llegó a Cádiz para Fernando VII
La Cámara de Comercio de Cádiz ocupa desde hace unos años el edificio de una de las casas palacios más espectaculares de la ciudad, la levantada a principios del siglo XIX por el comerciantes de Indias Luis Gargollo y Munar. Ubicada en la calle Antonio López, una finca vecina a este palacete, y también propiedad de la Cámara de Comercio, se va a convertir en sede de un nuevo proyecto para un vivero de empresas 4.0.. En este caso, el inmueble se levantó en el siglo XVIII, aunque está integrado perfectamente en el complejo de esta entidad empresarial.
El edificio principal, la primitiva residencia de la familia Gargollo, es uno de los grandes referentes de la arquitectura neoclásica de Cádiz. Aunque la ciudad acogió a varias de las grandes fortunas españolas durante décadas, y siglos, la burguesía gaditana fue siempre muy reservada a hacer ostentación de su riqueza en grandes casas, y más en sus fachadas que en sus interiores. Apenas esta finca de la calle Antonio López, la casa de Veedor o el palacio de Moreno de Mora en Ancha tienen una porte similar a los palacetes que se levantan en otras grandes ciudades del país y de media Europa.
Luis Gargollo y Munar nació en 1761 en Cantabria, llegando a Cádiz en 1785 (murió en 1831). Como comerciante de Indias logró rápidamente una inmensa fortuna, como otros vecinos del norte de España que acabaron asentándose en nuestra ciudad. En 1801 encarga a José Gabarrón la construcción de su nueva residencia en la calle del Calvario, hoy Antonio López, aunque será el arquitecto gaditano Pedro Albisu el que gestione el proyecto.
Junto al inmenso patio interior, los grandes techos de sus dependencias y el mejor mármol en sus escaleras, la fachada es uno de los referentes de esta espectacular casa palacio, con la presencia de las ménsulas bajo el potente balcón, una imagen que fue elegida para los carteles que promocionaron la ciudad hace ya unas décadas.
El edificio fue residencia obligada del rey Fernando VII en pleno Trienio Liberal. Mientras que se arreglaban sus dependencias en el edificio de la Aduana, el comerciante cántabro dejó su casa, durante unos días, para tan importante invitado, aunque este siempre permaneció por obligación en Cádiz, ciudad liberal a la que nunca tuvo afecto. Gargollo fue secretario de la Junta Superior de Defensa y Gobierno de Cádiz durante la guerra con Francia.
La finca se venderá en 1854 al marqués Antonio de Vinent, que años más tarde la alquilará al Banco de España, que tendrá en Cádiz su primera sucursal en toda España, más allá de su sede central en Madrid. Hay que tener en cuenta que Cádiz tuvo su propio Banco, en cuya constitución participó Luis Gargollo y que mantuvieron sus hijos. En 1877 la entidad estatal se hizo con la propiedad del inmueble, hasta que, ya en la época actual, se marchó a un edificio de nueva planta frente a la Puerta de Tierra en el solar donde en su momento se levantó la primera sede de la Zona Franca de Cádiz. En 2004 el Banco de España cerró parte de sus sucursales, entre ellas la gaditana. El edificio lo ocupa ahora, de manera provisional, la subdelegación del Gobierno.
La casa palacio, tras la salida del banco emisor, fue ocupada por la Cámara de Comercio, que realizó una más que cuidada rehabilitación de la misma, mimando toda su arquitectura y su historia.
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