El casco antiguo de Cádiz se cerrará a buena parte del tráfico antes de febrero, en fase de pruebas y sin multas
El Ayuntamiento pondrá en marcha la Zona de Bajas Emisiones en pruebas mientras se ultima la elaboración de la ordenanza
El objetivo es que esté en funcionamiento antes de mitad de año
La reforma de las paradas del autobús choca con el tráfico privado
El Ayuntamiento de Cádiz ha pisado el acelerador para culminar en el menor plazo posible todo el proceso de implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en el casco antiguo de la capital.
Esta operación, impuesta desde el Gobierno central y la Unión Europea, aunque limitada a los municipios de más de 50.000 habitantes, supone habilitar un espacio urbano donde quede limitado, o anulado, el paso de vehículos más contaminantes.
Con la libertad dada a los municipios a la hora de elegir la zona afectada por esta norma, el anterior gobierno municipal de José María González tiró por alto y apostó por incluir a todo el casco antiguo, menos a su ronda de circunvalación, en la nueva ZBE. Igualmente se incluyó el tramo semipeatonal del Paseo Marítimo.
En total son 150 los municipios que deben poner en marcha su correspondiente ZBE. Sin embargo, hasta ahora no se llega a una veintena los que han cumplido con la orden estatal. Hay que tener en cuenta que la normativa a aplicar tardó en aprobarse por parte del Ministerio de Transición Ecológica. A todo ello se le unió el cambio de gobierno en Cádiz y el complicado proceso para culminar este proyecto, tanto técnico como administrativo.
La concejalía de Movilidad Urbana ya cuenta con una oficina informativa para el desarrollo de la ZBE, igualmente ha instalado todas las cámaras que controlarán el acceso al casco antiguo y se ha dejado en manos de EMASA la gestión de este servicio. También se ha trabajado en el proyecto técnico ambiental que complementa este plan y se han mantenido encuentros con la DGT, el Catastro y Hacienda para cerrar el censo de residentes en el casco antiguo con vehículos en propiedad, así como de determinadas empresas (hoteles, supermercados, talleres de coches), que necesitan del acceso de determinados vehículos para su normal funcionamiento.
Y junto a todo ello, un paso administrativo esencial: la redacción de la ordenanza municipal sobre la que se basará el funcionamiento de la ZBE, y que incluirá la cuantía de las multas que se puedan imponer a quienes se cuelen por las calles de intramuros sin la correspondiente autorización.
Este documento, para cuya redacción se ha tenido en cuenta la valoración de diversos colectivos ciudadanos, está ya en su fase final de redacción.
Pendiente de que la ordenanza se apruebe de forma definitiva, el objetivo del Ayuntamiento de Cádiz es poner ya en marcha la ZBE con un periodo de pruebas.
La intención es que durante unos meses los usuarios del automóvil del casco antiguo asuman las limitaciones de acceso que van a tener en intramuros cuando funcione a pleno rendimiento la ZBE. Que vayan aprendiendo las normas que habrá que seguir y, también, las multas que se le pueden imponer si cometen infracciones. A todos estos ciudadanos se les aportará información sobre las limitaciones de acceso.
La idea es que esta fase comience a funcionar antes de que concluya este mismo mes de enero, según indican a este diario fuentes de la concejalía de Movilidad Urbana.
A la vez, se irá culminando la elaboración de la ordenanza de la ZBE, y solventando los problemas que puedan descubrirse en este periodo de pruebas.
Con todo, la intención del Ayuntamiento de Cádiz es que la ciudad tenga a pleno funcionamiento la Zona de Bajas Emisiones antes de mediados de este año.
Una ciudad más habitable
Lo cierto es que Cádiz ha avanzado mucho en las últimas décadas en cuanto a mejora de la movilidad urbana.
El casco antiguo ha incrementado de forma notable sus calles y plazas peatonales. Incluso hay barrios como Santa María, Pópulo o San Juan donde se limita al máximo el paso de vehículos, aunque siempre se cuela alguno sobre todo si es de dos ruedas.
Las calles más comerciales llevan años cerradas al tráfico rodado y operaciones realizadas por ayuntamientos de diversos colores políticos de peatonalización de plazas, como Catedral, San Juan de Dios y España, han resultado un gran éxito.
Hoy nadie discute medidas de este tipo. Todo lo contrario. Con ellas ha mejorado la movilidad urbana y ha favorecido al comercio local.
A todo ello se le unne actuaciones emprendidas en la anterior etapa en Movilidad Urbana, con el edil Martín Vila, de reordenar todos los aparcamiento en superficie con la puesta en uso de la zona verde, limitada a residentes y que se ha ido expandiendo por otras calles de la capital.
La creación de la ZBE es un paso más en la lucha contra la contaminación en nuestras ciudades. Para ello, junto a las cámaras de control de la circulación, se contará con un sistema de control de los niveles de contaminación de la atmósfera. Pendiente de la nueva ordenanza, en un principio se planteaba incluso el cierre total del casco antiguo en el caso de que los indicadores de la calidad del aire empeorasen.
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