El Centro Andaluz de las Letras finaliza en Cádiz el ciclo sobre rap con Carmen Xía y Andrea Santalusía

La poeta Olalla Castro dirige este programa sobre los vínculos entre Literatura y Rap con sesiones en todas las provincias andaluzas

La Biblioteca Provincial de Cádiz acogerá la cita el jueves 27 de marzo

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La rapera Andrea Santalusía.
La rapera Andrea Santalusía.

El Centro Andaluz de las Letras, dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte, ha organizado un ciclo sobre rap titulado ‘Rap: el arma es la palabra’, que viene celebrándose en todas las provincias andaluzas y concluirá esta semana en Cádiz. En esta sesión, las invitadas serán la cantante, compositora y letrista Carmen Xía, y la música y rapera Andrea Santalusía. La Biblioteca Pública Provincial será escenario de un diálogo entre ambas sobre los procesos de escritura de sus letras, el trabajo que llevan a cabo con el lenguaje y los temas que abordan. La cita está prevista el jueves 27 de marzo a las 19.00 horas con entrada libre.

El ciclo ‘Rap: el arma es la palabra’ pretender dar a conocer este género de la mano de figuras consolidadas y emergentes de la música urbana con la intención de ofrecer una panorámica del rap que se está haciendo en las distintas provincias de Andalucía, mostrar la diversidad de propuestas que engloba y, sobre todo, indagar en los procesos de escritura y por tanto, en los vínculos entre literatura y rap.

“El ciclo pretende además visibilizar el trabajo y la creatividad de las emecees, durante décadas a la sombra de sus compañeros", sostiene la poeta Olalla Castro, comisaria del programa. Castro es doctora en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, licenciada en Periodismo, además de cantante y letrista.

La cita gaditana contará con Carmen Xía y Andrea Santalusía. Carmen Xía, natural de Cádiz, es gran aficionada al flamenco y amante del folclore andaluz y la copla. Encuentra en su tierra una fuente de inspiración para su arte, que luego proyecta y fusiona con otras músicas contemporáneas como el hip-hop y el breakbeat. En sus letras y composiciones destacan una fuerte carga de crítica social y un humor ácido e irónico. ‘La herida’ su álbum debut, se publicó en marzo de 2022, convirtiéndola en una revelación para el público y la crítica. En 2024 ha editado su segundo álbum ‘El cuerpo’, en el que conjuga rap, copla y electrónica para adentrarse en una reflexión sobre los cuerpos, la sociedad y el cuidado colectivo. En él colabora con artistas del panorama estatal de la talla de Tribade, Bewis de la Rosa o Califato ¾.

Andrea Sanralusía nace en Sevilla y la música le acompaña desde siempre. En el hogar familiar mama músicas muy diversas y se empapa del folclore andaluz. Desde la adolescencia la acompaña el rap, influencia decisiva en su estilo actual. Su carrera musical comienza desde temprana edad en el conservatorio, con la guitarra clásica. A lo largo de su vida se forma en diferentes instrumentos, siendo la voz el principal. Ha colaborado con grupos como Califato ¾ o La plazuela y con artistas como Carmen Xia o Suzio Tarik. A lo largo del 2023 vio la luz su primer disco en solitario, ‘Mi arma en candela’, conformado por el tríptico ALNITAK, ALNILAM y MINTAKA. Desde 2020 comparte con Manuel Chaparro el proyecto de música electrónica experimental y poesía andaluza medieval ‘Andreh y Manuela’, con el que en 2022 publicó el álbum ‘La verdad en la tierra’, que recupera la poesía de Al-Ándalus a través de los versos de Hafsa Al-Rakuniyya, Al-Mutamid, Wallada o Ben Sahl.

El encuentro de Cádiz es el último de los ocho programados en las capitales andaluzas, tras su arranque en Granada y su pase por Málaga, Huelva, Córdoba, Jaén, Almería y Sevilla. El cartel de artistas lo han formado Joha, All.Carlito, Elphomega, Eskarnia, Icy Amane, Peláez, Percless, Lasyra, Haggs, Insert Soul, Silverpoppy, Mindspace 404, Carolina Treboada y Migué Chupete.

El rap, según la investigación de Olalla Castro a propósito de ‘El arma es la palabra’, surgió en los barrios negros y latinos de Estados Unidos en los años 70 ligado al movimiento por los derechos civiles, pero bebe de la tradición oral afroamericana (el jive scat, los dozens, los toasts) y devuelve así la poesía a sus orígenes musicales, convirtiéndola de nuevo en un canto. Lo que comenzó como una forma de recitado rítmico callejero se acabó convirtiendo en una música combativa y de hermanamiento, una herramienta de denuncia de las duras condiciones materiales de existencia de la juventud racializada de los guetos, asediada por la pobreza y el racismo.

En opinión de Castro, “existe un rap andaluz apegado a esos orígenes del género, preocupado por plasmar la realidad de nuestros barrios sin reducirla a estereotipos, abordando los problemas actuales de nuestra juventud y, a la vez, reivindicando y celebrando nuestras formas de resistencia”.

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