El centro comercial de Cádiz pierde valor

Comercio | La evolución del sector

El cambio de estrategia de Inditex en los cascos urbanos de las ciudades y los efectos de la pandemia del Covid-19 generan incertidumbre entre los comerciantes por su futuro

Escaparates de la tienda Bershka en el Palillero esta mañana.
El escaparate de la tienda Bershka en el Palillero. / Julio González

Cádiz/Cádiz es una ciudad que vive acostumbrada a intentar sobrevivir a los azotes de las diferentes crisis que ha tenido que sufrir. Sin embargo, la generada por la pandemia del Covid-19 ha pillado de imprevisto a la capital gaditana, que depende económicamente de dos de los sectores que más se han visto perjudicados: el turismo y el comercio. Ambos tienen su principal enclave en el centro de la ciudad, por lo que es el lugar en donde más se van a notar sus efectos en los próximos meses.

Centrándonos en el comercio –aunque parte de su subsistencia también reside en la llegada de visitantes–, los movimientos que se han producido en los últimos meses, con Inditex como principal protagonista e imán sobre el que gira todo, hacen que los comerciantes del centro histórico estén sumidos en una inmensa incertidumbre de la que no saben cómo van a salir.

En pocos meses, la empresa de Amancio Ortega ha echado el cierre en Cádiz capital a las dos tiendas de Zara en Columela y la de Lefties en Astilleros, prevé clausurar la de Bershka en Palillero en las próximas semanas y mantiene en el aire el futuro de Massimo Dutti en Columela. Cuatro golpes de grandes marcas que se circunscriben dentro de su nueva estrategia empresarial de abandonar los centros de las ciudades medianas para centrar todos sus esfuerzos en las grandes tiendas situadas en los centros comerciales y la venta online.

Un nuevo rumbo que hace que los cascos antiguos de las ciudades pierdan valor comercial. Tras los últimos pasos, de Inditex sobrevivirían en Cádiz las tiendas de Stradivarius y Oysho. Aunque no hay ninguna certeza clara, todo hace indicar que poco a poco todas puedan marcharse de Cádiz, especialmente por la fuerte influencia que está teniendo en estas decisiones la nueva política de la gerencia de Bahía Sur desde el cierre de El Corte Inglés.

Los propietarios se resisten a la bajada de las rentas, que ya se nota en vías secundarias

El presidente de la asociación Cádiz Centro Comercial Abierto, Manuel Queiruga, es muy claro al señalar que "existe el riesgo de que se vayan todas las marcas. El rumor está en la calle, ya que el grupo Inditex va a todos lados junto, por lo que es muy raro que se quede una tienda sola en la ciudad".

Y es que uno de los temores del comercio gaditano es que se pierda "el efecto llamada" de las grandes marcas. "Sin desmerecer que tenemos grandes tiendas tradicionales de ropa, Zara marca tendencia. Si eso lo eliminas y todo se focaliza en Bahía Sur, ¿a dónde va a ir la gente de la Bahía a comprar ropa?", se cuestiona Queiruga.

Respecto a los alquileres, el presidente de Cádiz Centro Comercial Abierto expone que, "en general, lo que los socios nos transmiten es que un grupo minoritario de propietarios sí ha colaborado con ayudas puntuales durante el confinamiento con la reducción total o parcial de las rentas, pero la inmensa mayoría mantiene los precios y no está dispuesto a negociar. No admiten ninguna bonificación y se agarran al contrato. Diferente es cuando el local se queda vacío".

A partir de ahí, sí señala que "estamos observando que se están incrementando los meses de carencia, aunque se mantiene el precio. En algunos casos, los propietarios están siendo conscientes del momento delicado".

El futuro cierre de Bershka puede provocar un efecto cascada en las firmas

Uno de los ejemplos fallidos de intentar impulsar el comercio de la ciudad fue la construcción del barrio de Astilleros. Con la apertura en 2001 del Centro Comercial Bahía de Cádiz, de ElCorte Inglés, se esperaba que su influencia iba a atraer a las grandes marcas a esta zona. De hecho, Zara, Bershka o Pull&Bear se instalaron en este lugar. Sin embargo, poco a poco todas las grandes firmas fueron cayendo. La última fue Lefties, dejando esta zona de extramuros sin franquicias atrayentes.

Fuentes del sector comercial apuntan que el principal problema fue el retraso en la apertura del puente de la Constitución de 1812, que se inauguró 14 años después de la apertura de El Corte Inglés, lo que hizo que el acceso a esta zona fuera mucho más complicado para los clientes llegados desde las poblaciones cercanas. Un tiempo perdido que hace que "esta zona sea irrecuperable".

El ejemplo de esto se encuentra en los locales que se encuentran vacíos y la comparativa de los precios de principios de siglo con los de la actualidad. Tal y como explica el responsable de locales de Hispania Servicios Inmobiliarios, Ángel Solano, "por un local de 200 metros cuadrados se podían pedir 5.000 o 5.500 euros al mes. Ahora, si consigues alquilarlo por 1.500 euros estás triunfando, pero con una rentabilidad mínima". De hecho, cuenta Solano que "nosotros tenemos allí un local que lleva como tres años cerrado y apenas tiene visitas. Tiene unos 150 metros cuadrados y cuesta 1.200 euros al mes. En un año, solo ha tenido dos visitas".

Dentro de su trabajo, Solano sí está palpando los cambios en la ciudad respecto al comercio. Así, apunta que "en las calles de segundo orden, sí están bajando los precios de los alquileres entre un 20% y un 25%". Por su parte, en las calles más comerciales, entre las que se encuentran Columela, Pelota, Compañía, San Francisco, Novena o Ancha, indica que "en Compañía no hay ningún local disponible, por lo que ahí el precio se mantiene, al igual que en Columela". Aunque remarca que la tendencia es que los precios acaben bajando en toda la ciudad.

Un caso especial que Solano muestra es el del barrio de La Laguna, que es la zona de Cádiz "en la que más locales hay disponibles" debido a los efectos de la pandemia del coronavirus, lo que ha hecho que muchos comerciantes hayan echado la baraja.

Con todo, las consecuencias del Covid-19 se están notando de manera considerable en el comercio de la ciudad. "Cada vez hay más locales disponibles con muy poca demanda. En la inmobiliaria tenemos unos 60 locales en alquiler, de los que hay 45 carteles puestos, y se ha notado mucho la bajada de llamadas", asegura.

Entre los locales que quedan disponibles en la ciudad, el que regenta Bershka en la actualidad en la plaza del Palillero puede ser uno de los más apetecibles. Un espacio comercial que Solano estima que puede superar los 7.000 euros de renta. Un precio que solo pueden alcanzar las franquicias, un mercado que "ahora mismo está paralizado".

El barrio de Astilleros es el lugar en donde más valor han perdido los locales comerciales

Respecto a los cambios que se están produciendo en el comercio gaditano a causa del Covid-19 y los efectos provocados por el cambio de estrategia de Inditex, el propietario de Hispania Servicios Inmobiliarios, Ramón Rodríguez de Trujillo, comenta que "lo que estamos detectando es que están cerrando comercios y a los propietarios les cuesta creerse lo que está sucediendo".

Rodríguez de Trujillo califica como "una revolución" lo que está viviendo el comercio, yendo más allá de la crisis provocada por la pandemia del Covid-19 por la pujanza del comercio online. "El comercio no va a volver a ser lo que era. La gente se ha creado miles de cuentas en Amazon y el que compra en Amazon difícilmente vuelve a comprar físicamente", afirma.

En cuanto a la situación del valor de los locales comerciales, por su experiencia argumenta el propietario de Hispania que "no ha dado tiempo a que los propietarios asuman la falta de demanda que obligará a la bajada de precios. Es un proceso lento. Sabemos que va a ocurrir ya que la demanda ni está ni se le espera, por lo que sabemos que los precios van a bajar inevitablemente".

Sobre la evolución del sector, resalta que "existirán tiendas que sí tengan sentido, como, por ejemplo, la hostelería, ya que el pescaíto frito no se puede comer online, o las peluquerías. Otros establecimientos seguirán existiendo como hasta ahora y ampliarán porque tendrán más metros cuadrados disponibles, mientras que otras tiendas dejarán de tener sentido".

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