A chiringuitear al juzgado

Otra vez la política se va al poder judicial a zarandearse

José María González y Juan Manuel Pérez Dorao.
José María González y Juan Manuel Pérez Dorao.
P.I.

04 de septiembre 2018 - 01:35

Cádiz/El conflicto, por llamarlo de alguna manera, de los chiringuitos va a acabar a los juzgados. Nos lo podíamos suponer cuando las reglas de este juego, el de los chiringuitos, no hay quien las entienda. Esto antes era muy fácil: llegaba el verano, se pedía la ocupación de un espacio (pequeño), se colocaban unas cuantas tablas de madera y los bañistas iban allí y les ponían en unos mostradores de chapa unos botellines y unas sardinas. Qué tiempos. A mediados de septiembre se iban los bañistas, se desmontaban los tablones de madera y hasta el próximo verano, lucas.

Pero no, amigos, esto no es así. Y en Cádiz, además, la cosa se sofisticó. Se obligó a que los chiringuiteros dejaran de ser chiringuiteros y pasaran a ser empresarios de establecimientos de casi lujo. Los chiringuitos tenían que ser de tal o cual manera y en alguno, de lo bien montado, incluso te da reparo entrar en traje de baño.

Toda sofisiticación, en este país, acarrea una reglamentación. No una reglamentación cualquiera, sino una acorde con la sofisticación. Ya vimos, por cierto, el pasado invierno, por dónde se puede pasar una tormenta cicloexplosiva como Emma la reglamentación sofisticada de los chiringuitos.

Pero lo que es seguro es que aquí los que no tienen culpa de nada son los empresarios. No se les puede culpar de querer sacarle más beneficio al asunto porque su trabajo es sacar beneficios, para eso arriesgan. Y si les dejaran poner una piscina climatizada en la playa pues la pondrían s i un estudio de mercado así lo apuntara (al menos los serios). Por tanto, se flexibiliza una norma y ellos dicen ok, me interesa, podría arriesgar mi dinero en esto. ¿Qué es lo que tengo que hacer? Y en el 'qué es lo que tengo que hacer' es donde se encuentra buena parte de la explicación del paro estructural de nuestro país. Ahí es cuando les empiezan a volver locos. Los empresarios entraron al trapo diciendo vamos a acomodarnos a la nueva reglamentación de costas. Ah, hermano. vamos a amoldarnos a la reglamentación. Ahí las has pifiado. Te cae un expediente seguro. Este año les han caído cuatro.

Mientras tanto, por otro lado, los políticos hacen su trabajo: enredar la madeja. Y se enreda tanto que ya uno no sabe ni dónde está el cabo . Ciudadanos lo ha encontrado. El alcalde ha prevaricado porque ha hecho una transmisión de concesiones sin haberla sacado a concurso. El problema es que aunque no le hubiera inmportado hacerlo y le ha dicho a los empresarios que cualquier día transmiten, no han transmitido. Pero la rueda ya está en marcha y algún día, quién sabe cuándo, este asunto le llegará a un juez y el juez mirará miles de folios (cuatro días que dejes un caso y ya tienes miles de folios) como un mono un puzle de seis piezas y pensará: si yo de chiringuitos lo único que sé es lo buenas que estaban las sardinas con ese botellín cuandos los chiringuitos eran chiringuitos.

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