La churrería de Cádiz que triunfa con churros por encargo: kilos y kilos para astilleros y colegios

Los churros es uno de los productos sagrados de los desayunos y meriendas gaditanas. En Cádiz hay lugares emblemáticos donde degustarlos con un rico chocolate caliente, un café o simplemente para llevar. Las colas que se forman en tornos a estos lugares míticos pueden ser a veces muy largas, sobre todo en las horas punta de la mañana y la tarde. Pero lo realmente sorprendente es lo que cuenta la famosa churrería la Guapa, que es uno de los tres kioskos que los sirven y elaboran a vista del cliente, y es que son kilos y kilos los que venden por encargo desde que implementaron este servicio.

La idea fue ofertar churros por encargo casi "al por mayor si era necesario" para empresas, celebraciones o colegios con la única condición de pedir con mínimo de un día de antelación. Esta nueva idea está teniendo bastante éxito. “Desde que implementamos este nuevo servicio todas las semanas tenemos varios pedidos grandes". Por ejemplo, contaba a este medio, "muchas veces vendemos muchos kilos Astilleros y a funcionarios de la Seguridad Social, otros pocos. Además, también tenemos la opción de llevar chocolatito caliente para acompañar los churros” aseguraba el propietario. Esta nueva medida fue implementada para que los clientes no tuviesen que esperar grandes colas.

Y es que entre la gente de Cádiz es muy típico ir comer churros antes de hacer las compras en el mercado central. En este puesto realizan dos tipos de churros, los conocidos como ‘finos’ que son los más habituales de ver en la zona y los ‘gordos’, también llamados de papa. Además de que el cliente puede observar como el churrero prepara la masa y va friendo las ruedas que luego sirve en cartuchos de papel.

Los churros de La Guapa

La conocidísima churrería de La Guapa se fundó a finales del siglo XIX y se hizo especialmente famosa a partir de 1930, cuando se hizo cargo de él Carmen Pecci, 'La Guapa', pero actualmente la regenta José Antonio Luna Velasco.

Desde que José Antonio ha tenido uso de razón, su vida ha estado relacionada con el mundo de los churros. Tanto su padre Ambrosio, como su tío Juan, desde los 15 años han estado trabajando en el sector. Tras la jubilación de Carmen Pecci en 1973 el puesto pasó a manos de Ambrosio que más tarde se lo traspasaría a su hijo José Antonio.

Sus comienzos también fueron a una edad muy temprana. En cuanto terminó el graduado escolar, José Antonio, comenzó a cubrir las bajas o vacaciones de los empleados. Tanto para él como para su familia, ser churrero es un orgullo, asegura.

En más de una ocasión ha narrado en qué reside su éxito con respecto al de Madrid, y es que "en Cádiz los churros se venden al peso y recién hechos. En ciudades como Madrid, los churros en muchos establecimientos se hacen a primera hora de la mañana, se venden por unidades e incluso llegan a servirse fríos". La calidad del churro gaditano es reconocida por el turista. En temporada alta, las colas aumentan considerablemente. Esto, compaginado con la clientela fija de toda la vida, hacen que 'La Guapa' sea de los más demandados.