Las cifras de Valcárcel se complican
Traslado a Cádiz de la Facultad de Educación
En paralelo a las dudas que ha ido planteando la Junta ha ido aumentando significativamente la inversión necesaria
El proyecto ha pasado de 14 a 40 millones de euros en un año
La ciudad se las prometía muy felices con un proyecto, el de la implantación de la facultad de Educación en el histórico edificio Valcárcel, que parecía contar con todos los parabienes y todas las bendiciones para salir adelante; un proyecto, además, sobre el que Cádiz era unánime, porque después de apostar tantos años por el hotel de cinco estrellas que se sigue resistiendo en la ciudad, llenar de estudiantes universitarios el barrio de la Viña se entendía como la mejor apuesta posible en estos tiempos. Pero con el cambio de gobierno en la Junta de Andalucía, la certeza comenzó a diluirse y el inicio de las obras que parecía acariciarse cada vez se antoja más lejano. Y es que en torno a Valcárcel parecen coincidir dos caminos opuestos pero que se están recorriendo en paralelo: mientras más dudas se atisban por parte de la Junta de Andalucía para sacar adelante el proyecto, más crece la cuenta de gastos que sería necesaria cubrir para hacerlo realidad, por lo que las cifras cada vez complican más que la operación Valcárcel salga adelante.
El punto de partida del traslado a Cádiz de la Facultad de Educación se cifró en 14 millones de euros. Una inversión que el consejero de Universidad de la Junta, Rogelio Velasco, puso patas arriba en octubre del pasado año en plena celebración del cuarenta aniversario de la UCA. A partir de ahí se inició una ofensiva de la propia universidad, el Ayuntamiento y la Diputación para reivindicar un proyecto que ya estaba cuanto menos apalabrado por la administración autonómica en tiempos socialistas. Y así se vislumbró una posible solución para financiar la operación mediante la Junta, la UCA y fondos europeos, incluso con colaboración económica municipal.
Pocos días después de esta intervención de Velasco en el Palacio de Congresos que heló las ilusiones en torno a Valcárcel, el proyecto elevó la partida económica hasta los 20 millones de euros. Seis millones de euros más en apenas unos días, los que transcurrieron desde la visita a Cádiz del consejero hasta la visita a Sevilla del alcalde de Cádiz y del rector de la UCA.
No obstante, esta partida económica volvía a crecer con la llegada del año 2020, pasando a hablarse al inicio de la pandemia de un proyecto de 25 millones de euros. Once millones de euros más que cuando Valcárcel era una aparente realidad. Cinco más que cuando se buscaron esas cuatro vías posibles de financiación.
Y ahora, en los últimos meses, la Universidad habla ya de 40 millones de euros, casi el triple de lo que costaba hace un año traer a Cádiz la Facultad de Educación. ¿Qué ha ocurrido para que esa inversión anunciada se haya disparado de manera tan notoria? De hecho, desde la UCA se cifra en 27 millones de euros únicamente la rehabilitación del histórico edificio, cifra ampliamente superior a esos 14 millones iniciales para un proyecto (el de rehabilitar una finca) que no debe sufrir muchas alteraciones en cuestión de meses.
Llegados a este punto, dentro de esa espiral en la que la ciudad se mueve en busca de conseguir que Educación vaya a la Viña, la cifra que actualmente se da obliga a pararse en seco. Porque más allá de la singularidad indiscutible del edificio Valcárcel y de los muchos elementos positivos que nadie duda de que supondría para la ciudad, conviene valorar si la inversión de cuarenta millones de euros es adecuada para abrir una nueva facultad. ¿Qué coste tiene la rehabilitación de la actual sede de Educación, que antes se decía que era más cara que Valcárcel? ¿Cuánto vale construir una nueva facultad diseñada ex profeso para sus necesidades y no adaptándose a un edificio que no se puede variar un ápice por su alto grado de protección urbanística y arquitectónica?
Por citar algunos ejemplos de las últimas intervenciones universitarias, se puede recordar que la nueva escuela de Ingeniería de Puerto Real costó 30 millones de euros, que la Facultad de Educación de la Universidad de Sevilla tuvo un coste de 25 millones de euros; o que en Granada se construyeron las facultades de Medicina y Ciencias de la Salud (que une Enfermería y Fisioterapia) por 64 millones de euros.
Además de todo esto, entre ahora en juego un último factor. La UCA acaba de recibir una partida de 22 millones de euros para inversiones, partida de la que la propia Universidad ha decidido dejar fuera a Valcárcel, para lo que sigue reclamando la financiación autonómica. Así las cosas, la partida de inversiones habría que elevarla hasta los 62 millones de euros (los 22 ya librados, procedentes de los remanentes de tesorería no afectados de la UCA, que era una vía de financiación propuesta en noviembre que ha quedado anulada por decisión de la propia universidad, y los 40 millones en los que ahora se cifra el proyecto). Una partida económica excesivamente elevada, quizás, para que las aspiraciones de la ciudad de que Educación se establezca en la Viña se puedan hacer realidad. Las cifras de Valcárcel se han complicado.
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