Cinco retos para la nueva directora del Museo de Cádiz

Un repaso por algunas de las cuestiones más acuciantes del centro cultural que desde hace una semana dirige la isleña Laura Esparragosa, tras abandonar el cargo el gaditano Juan Ignacio Vallejo

Entre estos desafíos se encuentran cuentas pendientes desde hace décadas y recientes objetivos fruto de los nuevos tiempos

Laura Esparragosa, nueva directora del Museo de Cádiz

La bailaora María Moreno frente a los sarcófagos fenicios, durante la presentación de un festival en el Museo de Cádiz. / Julio González

Cádiz/Todavía no se ha cumplido una semana desde que trascendió que Laura Esparragosa Díaz (San Fernando, 1980) tomaba las riendas del Museo de Cádiz. Un empeño que vino a ocupar tras la marcha del que fue director durante los seis últimos años, el gaditano Juan Ignacio Vallejo, que, tal y como adelantó este periódico hace algo más de un mes, había decidido abandonar el cargo para proseguir su carrera funcionarial dentro de la, entonces, propia delegación territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta, convertida desde hace unos días en delegación de Cultura y Deporte a secas.

De esta forma, el legado de Vallejo, con sus luces –en su etapa antes del Covid brilló con la organización de programas de visitas que comandaba él mismo y con una apuesta y renovación de las redes sociales que lograron posicionar muy bien al centro gaditano en el mundo digital– y con sus sombras, alimenta el histórico de cuentas pendientes del Museo de Cádiz que pasa a manos de Esparragosa. Así, al igual que le ocurrió a Vallejo en su momento, la nueva directora se deberá enfrentar a una serie de retos que vienen arrastrando desde hace décadas junto a recién nacidos objetivos que exigen los nuevos tiempos. 

Aquí, un pequeño resumen de algunos de estos desafíos.

1.- Mejorar las cifras de visitas

El gran reto que tiene por delante cualquier gestor, de cualquier museo, de cualquier ciudad del mundo, quizás, en el Museo de Cádiz tiene una significación especial ya que no se trata de ampliar público sino de recuperarlo.

Así, según los últimos datos emitidos desde el propio Gobierno andaluz, en 2023 visitaron el centro 95.833 personas, lo que supone un descenso con respecto a 2022 cuando se cerró su registro con 113.148 visitas, y ni hablemos de los últimos años antes de la pandemia cuando el inmueble contaba con 119.096 (2018) y 116.523 (2019) usuarios anuales.

Desde la delegación territorial, todavía con Jorge Vázquez a los mandos (actualmente Tania Barcelona es la responsable), se achacó esta anemia a la obra que durante 2023 y todavía este 2024 está realizado el Ministerio de Cultura en el Museo y por la que durante más de 9 meses han estado clausuradas la sala estatuaria romana y el patio de exposiciones temporales.

Como ya informó este periódico, la estancia donde se puede ver el monumento a Trajano abrió al público en abril (no sin ciertos problemas de goteras que el Ministerio disculpó con que la obra todavía no estaba terminada), mientras que la sala para muestras está todavía cerrada, al igual que toda la primera planta del museo (parece ser que también por estas obras), dedicada sobre todo a los fondos pictóricos entre los que destacan las obras de Murillo y Zurbarán.

Además de este argumento, también es cierto que el nivel de actividades y ciclos estables que se celebraban en el Museo de Cádiz antes de 2020 no se ha logrado recuperar después del confinamiento. Así, aunque se han celebrado algunos hitos, no se alcanza a igualar el pulso que había logrado implantar Vallejo con sus visitas guiadas o, en tiempos de Juan Alonso de la Sierra, con rótulos como Música en el Museo, Voces en el Museo o Invitados en el Museo.

2.-La ampliación y el proyecto Casa Pinillos

Precisamente, Juan Alonso de la Sierra es quien dio a este periódico un titular que, visto a la luz del presente, nos proporciona la medida del listado de debes que se tiene con el Museo. “El gran reto de este año es ver el inicio de las obras de ampliación, decía en una entrevista balance de su primer año al frente de la gestión del museo provincial. Era 2008.

Unas obras que no llegaron, y que parece que nunca llegan, ni extendiendo el inmueble hacia la antigua Escuela de Arte, en el callejón del Tinte, ni salvando la esquina con Antonio López para mirar a la Casa Pinillos que, de facto, es parte del Museo de Cádiz, pero no cuenta con una museografía estable desde su apertura, allá en septiembre de 2011, y ni siquiera con un horario diario. 

De hecho, el actual alcalde de Cádiz habló en campaña de utilizar el inmueble –donado por Carmen Martínez de Pinillos para ampliar el Museo de Cádiz, no para otros menesteres– para hacer la Casa del Comerciante de Indias, una idea que, según aseguró en mayo de 2023, ya contaba con un proyecto de musealización concreto. 

Del acuerdo, o no acuerdo, con el Ayuntamiento de Cádiz y de apretar, o no, las tuercas al Ministerio de Cultura en sus responsabilidades para ampliar el centro, dependiente del Gobierno pero gestionado por la Junta de Andalucía, son, qué duda cabe, otros de los asuntos que esperan a la nueva directora del Museo Provincial.

3.- El cobro de la entrada

Y de metas trazadas hace una vida, a una novedad en el camino. Todo apunta a que a Laura Esparragosa Díaz le cogerá de lleno la medida que ya antes de la pandemia dibujaba el Gobierno de Moreno Bonilla y que se ha vuelto a revitalizar en este último año: El cobro de entrada en los museos andaluces.

Eso sí, se decía que la norma entraría en vigor antes de verano, y todavía estamos esperando, a lo que se suma que en Sevilla está de reestructuración y entre los cambios anunciados por el presidente de la Junta de Andalucía se ha vuelto a transformar la Consejería, ahora de Cultura y Deporte, con la vuelta de Patricia del Pozo a esta responsabilidad.

4.-Mejorar la musealización existente

Y si hay que pagar una entrada, hablemos de por qué pagamos. Indudablemente –y además de por otras interesantísimas piezas arqueológicas y pictóricas– una joya como los dos sarcófagos fenicios bien justifican por sí mismos el cobro del importe, pero también es cierto que la forma en la que nuestro patrimonio está expuesto al público está lejos de ser perfecta. 

Así, además del actual cierre de plantas y zonas (el museo no está al 100%), faltan cartelas en inglés, una puesta en escena más atractiva o, al menos, más acorde a los nuevos tiempos y también convendría mostrar algo de interés (y aporte económico) para adquisiciones o para trazar acuerdos de préstamos con otras pinacotecas nacionales.

5.- La imagen en redes sociales

Como ya se ha mencionado, durante los primeros años de Juan Ignacio Vallejo al frente del Museo de Cádiz, se realizó una encomiable actividad en redes sociales. Así, en 2019 se convirtió en la tercera institución cultural más influyente de España y entre las 20 más importantes a nivel europeo de la MuseumWeek, y hasta fue el primer museo del mundo en ofrecer una Instaruta en sus dependencias. Sin embargo, esa actividad (que sí se mantuvo en el confinamiento) fue decayendo y, aunque los perfiles del Museo de Cádiz siguen siguen siendo bien interesantes, es cierto que se ha perdido cierta chispa en el lenguaje y los temas propuestos que quizás la nueva directora pudiera recuperar. 

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