Una ciudad dentro de Cádiz

El Campus de la Universidad en Cádiz

El impacto de la UCA en la capital va más allá del meramente académico: refuerza la economía y apoya la cultura y la sociedad

Una de las actividades organizadas por la UCA en el Edificio Constitución 2012
Una de las actividades organizadas por la UCA en el Edificio Constitución 2012 / Jesús Marín

Durante años, hasta su obligado y abrupto cierre, Madueño fue el proveedor de bocadillos de miles de estudiantes universitarios de Cádiz, aprovechando su perfecta ubicación en la misma frontera del Campus con el resto de la casco histórico. El local, modelo del típico almacén gaditano, ha sido uno de los negocios privados que más se benefició del impacto económico que tiene la presencia de la UCA.

El cierre de Madueño le ha impedido formar parte de una segunda etapa de florecimiento del Campus de Cádiz. Aquí, donde nacieron los primeros estudios universitarios de toda la provincia, los años de abandono a la par que se producía la expansión de la UCA por otras localidades dejaron en una posición muy delicada la relación de los estudios superiores con su capital natural. Ahora, un cambio de ciclo sitúa al Campus en el camino adecuado, y lógico, para ser una de las patas del desarrollo social, cultural y económico de Cádiz.

En apenas unos meses se han recuperado edificios que se encontraban abandonados desde hace décadas, como el Colegio Mayor y el Olivillo, mientras que se avanza en el tortuoso retorno a la capital de la Facultad de Ciencias de la Educación, y se espera el desarrollo del convenio firmado entre la UCA y el Ayuntamiento que dará un uso más adecuado al infrautilizado Centro Reina Sofía, permitirá la conclusión del Teatro Pemán y abrirá al uso académico la precaria pérgola del parque Genovés.

Pendientes de las elecciones a rector, concluido el último mandato de Eduardo González Mazo, mucho tendrá que esforzarse su sucesor para igualar al menos el trabajo realizado y proyecto en estos ocho años. La intención de alguno de los candidatos de mirar más hacia Jerez y Algeciras, que en este tiempo también han experimentado un desarrollo académico más que notable, debería de poner en alerta a las instituciones gaditanas a fin de evitar otro parón y marcha atrás.

Lo cierto es que el Campus de Cádiz se ha ido convirtiendo en los últimos años en una ciudad dentro de otra. Hoy, con sus nueve mil miembros, entre estudiantes, profesorado y personal de administración y servicios, se prepara para, a medio plazo, recibir a la comunidad de Ciencias de la Educación, con lo que se llegará a las doce mil personas. Como el barrio más poblado de la capital.

En este tiempo, también, el Campus ha dejado de ser un mero contenedor de escuelas y facultades que han ido pasando el tiempo de puertas adentro. Hoy ya no. Hoy todos sus centros, con mayor o menor fuerza, están abiertos a la sociedad siendo ya un elemento referente de nuestra cultura, siguiendo la estela abierta hace más de medio siglo por los Cursos de Verano.

El edificio de la Constitución de 1812-La Bomba cuenta con una extensa programación cultural, con exposiciones, conferencias, jornadas académicas, conciertos...; las aulas de estudio están abiertas a todos los jóvenes de la ciudad; la UCA juega un papel relevante en la programación que complementa, cada cierto tiempo, la llegada a Cádiz de los grandes veleros; el año pasado finalizaron sus estudios en el Campus de Cádiz 129 vecinos matriculados en el Aula de Mayores Aula de Mayoresy cada año son más de 500 los matriculados, pisando muchos de ellos por primera vez un aula universitarias, o ampliando los estudios realizados décadas atrás.

El Campus de Cádiz organiza y colabora en eventos culturales, también abiertos a todos, como el cine o el teatro a los que se une las jornadas científicas o, más recientemente, la llegada del CEI-mar con el laboratorio abierto en el castillo de San Sebastián.

Ahora, además, se abre un nuevo espacio expositivo tras la conversión del Reina Sofía en sede del Rectorado, mientras que el Teatro Pemán tendrá un uso compartido entre el Ayuntamiento y la UCA.

Hay más. La Universidad de Cádiz se sitúa entre las preferidas de toda España por parte de los alumnos Erasmus. Cada año llegan a sus campus, y especialmente al de la capital, entre 700 y 800 jóvenes de medio mundo.

Este grupo marca diferencias respecto al estudiantes nacional que cursa sus estudios en los centros ubicados en el Campus de Cádiz. Si estos, se supone, tienen como prioridad el estudio, el erasmus tiene en su adn una amplia preferencia a lo festivo. A la vez, llegan siempre con más euros en el bolsillo y, en mayor medida, optan por pisos de alquiler antes que ocupar plaza en residencias universitarias, donde el horario está más controlado... y la celebración de fiestas.

La UCA cuenta con unos 200 grupos de investigación. Ha ido ampliando grados y ahora apuesta, pendiente como siempre de la Junta, por la llegada de la Facultad de Bellas Artes. En un Campus que defiende las ciencias humanísticas cabe destacar master como el de Arqueología Náutica. Tiene una oferta de 30 plazas y una demanda de 300 demandantes de toda España.

Una oferta de prestigio a la que pronto se unirá el Centro de Transferencia Empresarial que ha permitido recuperar el edificio del Olivillo... cerrado desde hace cerca de tres décadas y en cuya planta subterránea se habilitará un centro de interpretación del yacimiento romano localizado en la zona, algo nada habitual entre las administraciones públicas en la capital.

El Campus de Cádiz genera una importante cantidad de dinero que beneficia a la ciudad

Es complicado cuantificar el movimiento económico que se produce con la presencia de la Universidad en la ciudad. En octubre de 2012 el Consejo Social presentó un extenso estudio, dirigido por el catedrático Manuel Larrán, sobre la Universidad y la economía provincial. Entonces se indicó que la UCA generaba 5.100 empleos y 339 millones de euros de renta en el conjunto de su entorno. “El impacto de la Universidad de Cádiz va más allá de la Universidad de Cádiz. No es sólo académico, docente y científico. No se queda en la comunidad universitaria. Trasciende a la comunidad universitaria y revierte en la sociedad”, destacaba entonces Eduardo González Mazo. “La Universidad de Cádiz es una institución imprescindible para la provincia, para Andalucía y para España. Somos una institución generadora de conocimiento y, también, generadora de riqueza”.

Un ejemplo sacado de estos datos. Cada alumno generaba un gasto medio de 5.723 euros en el Campus de Cádiz, lo que para la ciudad suponía entonces en un curso 58 millones. Con el incremento de matriculados y la futura llegada de los estudiantes de Ciencias de la Educación, la cifra tendrá que ir incrementándose. Por lo pronto, para actualizar datos, el equipo de Larrán, decano de la Facultad de Económicas, está preparando una nueva edición de este estudio.

Como Madueño, en pleno centro académico está un gimnasio, Millenium, donde muchos universitarios queman el estrés. Un 20% de los clientes son miembros del Campus, destaca a este diario José Joaquín Parodi. La marcha de la Escuela de Ingeniería fue un mazazo del que se fueron recuperando poco a poco. Conociendo como conocen los ritmos de la administración miran de reojo la futura llegada de la Facultad de Ciencias de la Educación.

La ciudad también mira este proyecto de reojo. Que no salga adelante o que se eternice está ya en manos del nuevo gobierno de la Junta, y en cuestión de semanas, del nuevo rector.

El Colegio Mayor genera vida en todo el Mentidero

La gestión de la UCA en los últimos años ha permitido recuperar edificios que, por los años de abandono que acumulaban, iban camino de la ruina estructural.

El Colegio Mayor es uno de ellos. Reabierto este curso, ni en estética ni en servicios tiene nada que ver con el viejo edificio cuya vida iba pareja a una universidad avejentada.

En su nueva época, el centro también se abre a la sociedad, hasta el punto que ha ofrecido sus instalaciones a la cercana asociación de vecinos del Mentidero, a la vez que su salón de actos se integra ya en la agenda cultural de la UCA.

El 70% de los alumnos ocupan habitaciones todo el curso, a ellos se unen investigadores en tránsito, plazas para participantes en congresos e incluso para padres y madres de estudiantes que vengan a Cádiz para visitarlos.

"El centro genera también vida más allá de sus puertas", destaca su director, Enrique García Luque. Aunque el Colegio ofrece servicio de comedor, lavandería e incluso un gimnasio y pistas deportivas, hay estudiantes que están apuntados a otros gimnasios y que puntualmente se abastecen de almacenes y supermercados cercanos. Evidentemente, son usuarios también de los espacios de ocio de la ciudad: bares, discotecas y cines e "incluso hacen compras en tiendas del centro comercial".

Aunque en menor medida, también acceden al mismo estudiantes de erasmus. Los hay procedentes del Reino Unido, Italia, Rusia, China, Cuba, Ecuador y Uruguay, a la vez que hay alumnos de la UCA que vienen de otras provincias andaluzas, Canarias, Madrid o Ciudad Real.

En el estudio realizado por el Consejo Social, el 63,10% de los matriculados en el Campus de Cádiz residían (el documento es de 2012) en la casa familiar; el 29% en pisos de alquileres y el 2,4% en residencias universitarias, aunque desde esta fecha este tipo de centros ha ido incrementándose en la ciudad.

Igualmente, el 16% de estos jóvenes se destinaba a la alimentación, el 13% para el transportes y un porcentaje similar para el alojamientos, un 7% para vestimenta y otro 6% en viajes.

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