Claves para lograr que las Murallas de Cádiz sean Patrimonio de la Humanidad

Cádiz/¿Cómo es posible que las fortificaciones y murallas de Cartagena de Indias y otras americanas sean Patrimonio de la Humanidad y todavía no lo sean las Murallas y Baluartes de Cádiz, en los que se inspiraron? ¿Por qué no tuvieron éxito anteriores intentos de incluirlos en la lista de la UNESCO? ¿Cuál debería ser hoy el enfoque? ¿Cuál es su valor universal excepcional? ¿Haría falta crear primero un organismo que garantizase su protección y mantenimiento? A todas estas preguntas cuatro expertos intentaron dar respuesta la tarde-noche de ayer en una mesa redonda que organizó el Foro Hércules de Exconcejales de Cádiz, que ya ha solicitado al Ayuntamiento que elabore la propuesta y la eleve a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Fue la exconcejala Josefina Junquera quien condujo este encuentro en la Fundación Cajasol en el que participaron Miguel Ángel García-Agulló, ingeniero de caminos, canales y puertos y miembro del Foro de Debate Cádiz 2012, pionero en promover esta iniciativa; la doctora en Historia Gloria Cano Révora, experta en murallas gaditanas de los siglos XVII y XVIII; Patricio Poullet, jefe de la Demarcación de Costas Andalucía Atlántico, la única institución que hasta ahora está impulsando la rehabilitación y mantenimiento de la parte de la fortificación que da al frente marítimo y el catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Cádiz Manuel Bustos.

Gloria cano Révora: “Cádiz fue escuela práctica y modelo de las fortificaciones americanas”

La doctora Cano Révora puso de manifiesto que las Murallas y Baluartes de Cádiz fueron “escuela práctica” para los ingenieros militares que diseñaron y construyeron todas las fortificaciones de la Corona española en América. Lo demuestra el dato de que el 30% de ellos había pasado por Cádiz en la época de mayor intensidad constructiva, desde finales del siglo XVII hasta principios del siglo XIX. “Cádiz fue modelo de todas ellas y es necesario que nuestras próximas generaciones las conozcan, las aprecien y las valoren y solo por esto ya merecería la pena que formasen parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad”, dijo.

“Desde Cádiz se estableció un intercambio de influencias en el ámbito de la arquitectura militar y esto debió de influir de forma decisiva en las fortificaciones americanas y en la planificación urbanística de muchas de estas ciudades”, sostuvo.

Otro aspecto que destacó Gloria Cano fue su financiación, “que en un gran porcentaje pagaron los ciudadanos de Cádiz a lo largo de más de 200 años”, cuando la amenaza dejó de ser el asalto militar y le sucedieron la de los temporales”. La fórmula fueron los arbitrios y la creación de la figura del intendente de murallas y, posteriormente, la de la Junta de Fortificaciones.

Miguel Ángel García-Agulló explicó el proceso que inició un grupo de gaditanos que vivía en Madrid, que allá por 2006 y con vistas a la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812, promovió ya la inclusión de las Murallas de Cádiz en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el Foro de Debate Cádiz 2012. Organizaron numerosos actos públicos en la ciudad y en Madrid y mantuvieron muchos contactos institucionales. “Sin embargo, no tuvimos éxito con el Ayuntamiento, que solicitó a la Junta que Cádiz fuera Patrimonio de la Humanidad, pero no hubo sintonía política”, relató.

García Agulló valoró el papel del arquitecto de la Junta Juan Manuel Becerra, “que nos examinaba y nos corregía. Él estaba convencido de la idoneidad de Cádiz y ya nos habló de que había que justificar el valor universal excepcional y no compararse con otros monumentos, ciudades o construcciones parecidas, sino todo lo contrario: diferenciarse y demostrar por qué esto es distinto a Siracusa o La Valeta”. A esto se añadía un requisito de “integridad y autenticidad y ahí Cádiz no salía mal parado”.

No obstante, García-Agulló señaló elementos a eliminar, como la construcción de tres plantas que existe en medio del Castillo de San Sebastián. Por último señaló la necesidad de planes de protección y mantenimiento que demuestren que el bien se puede mantener y hay presupuesto para su gestión.

“Es necesario que todas las instituciones se impliquen”

Patricio Poullet, jefe de la Demarcación de Costas Andalucía Atlántico, explicó cómo la gestión de las Murallas de Cádiz pasó al organismo que dirige como "una anomalía”, en tanto que su objetivo es ambiental. Recordó que las históricas construcciones están declaradas como Bien de Interés Cultural, de manera que le correspondería también al Ministerio de Cultura su mantenimiento. Con todo, destacó el esfuerzo realizado por Costas en la parte del frente marítimo con una inversión de 6 millones de euros en seis años y nada menos que 24 solo en el Castillo de San Sebastián. También explicó las dificultades de encontrar material original y la introducción de innovaciones tecnológicas para suplirlas. Pero sobre todo hizo hincapié en la necesidad de que todas las administraciones se impliquen en su protección y mantenimiento

El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Cádiz, Manuel Bustos, puso el broche de oro a esta mesa redonda con un magistral repaso a la historia de la construcción. “La muralla no está cuidada, el coste mantenerla es muy alto y requiere de la convergencia de distintas instituciones e incluso de la iniciativa privada”, dijo.

El profesor Bustos subrayó que las murallas “forman parte de un patrimonio urbano civil de los más ricos, no solo de España, sino de Europa”.