Los ocho colegios públicos cerrados en Cádiz: estos son sus usos actuales
Desde hace un cuarto de siglo han ido cerrando equipamientos educativos en la ciudad
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El anuncio del cierre de un nuevo colegio público en Cádiz, en este caso el Adolfo de Castro, que en este caso se integra en el cercano centro Fermín Salvochea, es un paso más en la pérdida de equipamientos educativos en la ciudad.
La pérdida de población, con una fuerte reducción de la población más joven, y la competencia de los colegios concertados, de mayor tamaño y con instalaciones deportivas, talleres y salones de actos de los que adolecen los públicos, viene afectando de lleno a los centros de titularidad pública.
Todo ella lleva al cierre de algunos estos centros, mientras que otros asumen cada año que están al filo de un anuncio de clausura de sus instalaciones pues no hay nuevos alumnos suficientes para cubrir la oferta mínima.
Desde hace dos décadas se han ido cerrando edificios tanto en el casco antiguo y Puerta Tierra. Afortunadamente, todos estos inmuebles, la mayoría de propiedad municipal, se han mantenido con un uso educativo o asistencial.
Sólo la antigua Institución Provincial Gaditana es patrimonio de una institución privada. Curiosamente en esta zona, en el solar de San Severiano, se llegó a proponer la construcción de un gran complejo educativo público, que abarcase los estudios desde Infantil hasta Secundaria, y que pudiese competir con los grandes centros concertados de la ciudad.
El colegio Bartolomé Esteban Murillo, conocido como Capuchinos, cerró ya hace unos años para reconvertirse en el IES Caleta, un centro muy valorado por los programas que desarrollo en igualdad y formación de los jóvenes.
En 2003 cerró el Jaime Balmés (Arbolí). Se transformó, en 2013, en un centro cultural dedicado a las artes escénicas. Aquí se levantó en el siglo XVIII el Teatro Romano de la Ópera, la Casa de las Camorra, parte de cuya portada aún se conserva. Curiosamente, el elevado número de niños matriculados provocó a principios de la década de los 70 del pasado siglo que se utilizasen aulas para una ampliación que se ubicaron primero en la Casa del Obispo en Fray Félix (como se denominó a esta ampliación) para después trasladarse a los bajos del Seminario Diocesano.
El centro atendió de forma provisional a los alumnos del Carlos III durante las obras que se ejecutaron en este centro.
En 1997 se clausuró el colegio José León de Carranza, en Puntales. Hoy lo ocupa el Instituto de Formación de Alumnos.
En la barriada de La Paz el colegio Eduardo Benot se reutilizó para dependencias de diversos colectivos de atención social, en espacios cedidos por el Ayuntamiento. Hace unos meses se aprobó una inversión millonaria para realizar mejoras en el centro.
El Carmen Jiménez, sin uso educativo desde 2004, era uno de los colegios más pequeños de Puerta de Tierra. A pesar de encontrarse en un precario estado de mantenimiento, ha funcionado como anexo del vecino Instituto de San Severiano. Desde hace meses su patio se ha convertido en un estacionamiento de vehículos.
El soterramiento de la vía del tren provocó el cierre del colegio Manuel de Falla en 2004, ante la cercanía de otro colegio público. El edificio de La Laguna se reconvirtió en la Escuela de Idiomas.
Frente al descenso de las matriculaciones que llevaron al cierre de la mayoría de estos colegios, se mantienen con un buen número de alumnos colegios como el Carola Ribed (que en su antigua y reducida ubicación estuvo a punto de cerrarse), Reyes Católicos, Campo del Sur y Carlos III.
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