El Columbus C, el crucero que estuvo a punto de hundirse en el muelle de Cádiz
El suceso se produjo el 29 de julio de 1984, cuando la embarcación chocó contra el espigón del dique de levante y quedó escorado sobre el muelle Reina Sofía
La rápida actuación de prácticos, amarradores y remolcadores evitó un desastre en el puerto de Cádiz
Los problemas que sufrieron el pasado sábado los buques Volcán de Tinamar, Villa de Tazacorte y Volcán de Timanfaya, de la naviera Armas Transmediterranea, no son los únicos que se han vivido en el muelle de Cádiz a lo largo de su historia. La rápida actuación de los prácticos, los amarradores, los remolcadores, la Policía Portuaria, Sasemar y la tripulación de las tres embarcaciones hicieron que este suceso no fuera a mayores. Aunque a los veteranos del lugar les vino rápidamente a la mente lo sucedido hace casi 41 años con el crucero Columbus C, con una eslora de 169 metros.
El 29 de julio de 1984, esta embarcación con bandera panameña y perteneciente a la naviera italiana Costa Line se disponía a hacer la maniobra de llegada al muelle gaditano procedente de Lisboa. Las condiciones meteorológicas eran muy malas, con un fuerte viento de levante, característico de la zona, con fuerza nueve y rachas que alcanzanban los 80 kilómetros por hora.
Al frente de las maniobras se encontraban el capitán del Columbus C, Massimo Percinale, y el práctico Tomás Copano. Los problemas comenzaron a aparecer cuando la embarcación chocó contra el espigón del dique de levante. Esta colisión provocó que se abrieran tres vías de agua en su casco. La más alarmante de todas tenía unos 3,5 metros de largo, lo que hizo que se inundara la sala de máquinas de este crucero.
Con el riesgo de hundirse, el crucero consiguió llegar al cantil del muelle Reina Sofia, quedando apoyado sobre él y escorado, llegando a alcanzar los 28 grados, con el consiguiente peligro que esto suponía.
El pasaje estaba formado por 620 pasajeros, de los cuales 541 eran alemanes, 78 eran holandases y uno era inglés. A ellos hay que sumar 280 tripulantes. Los cruceristas iban a realizar ese día excursiones a Sevilla y Jerez, por lo que muchos de ellos tuvieron que salir del barco con lo puesto, mientras que otros se llevaron su equipaje. De hecho, finalmente fueron repatriados a sus lugares de origen desde Sevilla.
El trabajo realizado por los remolcadores Sertosa yValenciana evitó males mayores al empujar el crucero por la banda de babor. De hecho, toda la sala de máquinas estaba inundada, mientras que todo el mobiliario del barco se fue para la parte de estribor. Incluso, como medida para que no volcara, fue necesario desenganchar los botes salvavidas para que la embarcación tuviera menos peso.
En esta intervención, también participaron miembros de la Armada y los Astilleros. Así, operarios de la factoría de Cádiz trabajaron en el sellado de las tres vías de aguas que se abrieron en el casco del Columbus C.
Con todo, el 30 de julio quedó el barco totalmente enderazado en el muelle Reina Sofía. En este lugar permaneció atracado durante ocho meses mientras que se decidía su destino. Finalmente, fue desguazado en Barcelona tras ser comprado por la empresa Bilbao Mirak por 180 millones de pesetas. El motivo fue que la reparación total del crucero ascendía a 2.000 millones de pesetas, un coste desorbitado que la naviera Costa Line no podía asumir. Su traslado fue realizado por cinco remolcadores.
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