El comedor Virgen Poderosa de Cádiz reabre alertando sobre la falta de ayudas

Las Hermanas de la Caridad temen por el futuro de esta iniciativa social que cuesta al mes entre 20.000 y 30.000 euros.

Petición de auxilio de los comedores Virgen Poderosa y Virgen de Valvanuz

Un grupo de personas en el comedor Virgen Poderosa.
Un grupo de personas en el comedor Virgen Poderosa. / Julio González

Es mediodía y ya en la calle María Arteaga hay una cola de personas esperando para poder almorzar en el comedor Virgen Poderosa. Es jueves y es el segundo día de apertura tras la pandemia. Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl no han dejado de repartir comida todo este tiempo, aunque por precauciones sanitarias desde marzo de 2020 lo hicieron con envases de plástico. Ahora, los usuarios ya pueden comer sentados en las mesas dispuestas, cada una con una jarra de agua en el centro. En la casa de las hermanas huele que alimenta y el trasiego, antes de abrir las puertas, es intenso. Todo está a punto para abrir las puertas a las 12.30.

Sor Manuela Castilla, representante legal del comedor, abierto en 1989, afronta la reapertura “con mucha ilusión, era el momento de poder abrir. Los usuarios están muy contentos”. Sor Antonia Toledano, anterior representante, destaca que “recuperamos la comunicación humana, que es muy importante. No es lo mismo que repartir envases”.

La gran perola de la cocina del comedor Virgen Poderosa.
La gran perola de la cocina del comedor Virgen Poderosa. / Julio González

Tomás es de Cádiz. Lleva viniendo al comedor desde hace cinco años. “No tengo ingresos de ningún tipo. Almuerzo aquí y ceno en Valvanuz”, señala. “Vivo en una casa de mi familia, donde me dejan dormir”, añade. En Virgen Poderosa se siente muy a gusto. “Son gente muy amable y hacen un gran trabajo”, dice refiriéndose al personal que pone a punto el comedor.

Paqui Trinidad lleva 12 años trabajando en la cocina. “Hay mucho trabajo pero muy satisfactorio”, declara. En días de fiesta como el del miércoles, que coincidió con San Vicente de Paúl, “damos refrescos y tarta”. A las siete y media de la mañana ya están allí ella y Sofía Moreno, su compañera. Preparan unos 14 kilos de comida por cada plato. Hoy toca arroz con carne y atún encebollado con patatas. De postre, ciruelas. Voluntarios y voluntarias esperan con sus delantales para empezar a servir.

Sor Manuela Castilla. Representante legal del comedor Virgen Poderosa.

"Nos da miedo pensar en un cierre porque no podemos abarcar

lo que queremos”

“Hoy hemos calculado para más de 100 personas, mejor que sobre que no falte”, expone Paqui. “Con los táper fue más trabajoso, la comida debía estar con tiempo y teníamos que rellenar más de 100 envases al día”, reconoce Sofía. Paqui, ante tanta faena, alude a María Milagrosa. “Esa es la que nos ayuda”, asegura señalando a una pequeña imagen de la Virgen envuelta en papel de celofán para no mancharse de grasa.

La comida servida este jueves en el comedor Virgen Poderosa.
La comida servida este jueves en el comedor Virgen Poderosa. / Julio González

365 días al año. Todos y cada uno de ellos. El comedor no falla, pero podría verse en apuros. La situación económica es precaria para una institución que repartió en 2021 alrededor de 40.000 comidas, con picos de 140 servicios diarios. El coste de este comedor social oscila entre 20.000 y 30.000 euros mensuales, uniendo suministros y nóminas.

Sor Manuela reconoce que “el dinero es un gran problema. Todo ha subido”. Sor Antonia refrenda que “hay pocos ingresos y muchos gastos. Se ha notado el incremento de los precios en la materia prima”. Las hermanas explican que cuentan con una subvención fija del Ayuntamiento de Cádiz, pero el año pasado se quedaron por primera vez fuera de la subvención de Garantía Alimentaria de la Junta de Andalucía. Ahora están a la espera de la resolución porque se la negaron por incompatibilidad con otra ayuda.

Voluntarias reparten la comida.
Voluntarias reparten la comida. / Julio González

“El Banco de Alimentos está ahora un poco parado, aunque siempre nos ayuda mucho. Tendrán los mismos problemas que nosotros”, afirma Sor Manuela. “Ahora mismo el gran aporte lo hacen las mismas hermanas. No hay vocaciones y las mayores se van muriendo. Así, disponemos cada vez de menos pensiones nuestras para aportar”, destaca Sor Antonia.

El comedor de María Arteaga repartió en 2021 alrededor de 40.000 comidas

La situación es complicada. “Nos da miedo pensar en tener que cerrar el comedor porque no podemos abarcar lo que queremos”, admite Sor Manuela. La subida del recibo de la luz es otra piedra en el camino. Por eso las Hijas de la Caridad van a solicitar una ayuda del fondo social de Eléctrica de Cádiz. Para colmo, hace poco se averió la freidora industrial, un electrodoméstico clave para servir los almuerzos.

Toda ayuda es poca. El comedor está a la espera de que el banco le conceda poder recibir donaciones por Bizum, operativo que para las entidades se gestiona de otra manera. Las hermanas piden ayuda, que se puede realizar a través del Facebook del comedor la web comedorvirgenpoderosa.org, el correo electrónico comedorvirgenpoderosa@hotmail.com o directamente haciendo una donación en la cuenta cuenta bancaria ES80 2103 4022 15 3022123601.

El ropero también ha abierto esta semana de 11.00 a 12.00 martes y jueves para recoger ropa, en un local de María Arteaga esquina con Sagasta. Las prendas pueden entregarse cualquier día en el comedor.

stats