Los comedores sociales Virgen Poderosa y Valvanuz piden auxilio
Están atendiendo a alrededor de 130 personas diarias cuando antes de la pandemia la cifra rondaba las 80
Hacen un llamamiento a la población para que aporte alimentos y donativos
Los alimentos que comen las personas que se acercan a los comedores sociales de Cádiz no surgen en sus cocinas como por arte de magia. Se necesita mucho dinero para mantener día a día esta impagable labor en favor de los más necesitados. Y la pandemia ha agravado los problemas de los colectivos que gestionan estos comedores: Virgen Poderosa de las Hijas de la Caridad en la calle María Arteaga y la Fundación Virgen de Valvanuz en la calle Santiago. En ambos casos hacen un llamamiento a la población para que aporten alimentos y dinero con los que sostener los almuerzos, en el primer caso, y las cenas, en el segundo, para tantas personas sin recursos como hacen cola ante sus instalaciones.
Tanto Virgen Poderosa como Valvanuz lamentan la pérdida de una subvención que otorga la Junta de Andalucía a través de la Delegación Territorial de Igualdad. “Nos hemos quedado fuera por primera vez en muchos años de la subvención de Garantía Alimentaria. Nos dicen que por incompatibilidad con otra subvención, aunque hemos presentado un recurso. El 70 por ciento de nuestra inversión en las personas desfavorecidas proceden de esa subvención, que es nuestro pilar básico de sustento durante el año. El resto pertenece a otras subvenciones de organismos como el Ayuntamiento de Cádiz o los ingresos y fondos de las Hijas de la Caridad”, explica Lucía Reinado, trabajadora social del comedor de María Arteaga. Desde la Junta aclaran que esa incompatibilidad existe pues para el ejercicio de 2021 la administración autonómica entendió, con el objetivo de llegar a más colectivos, que solo se podía acceder a una subvención: o bien la 07 o la Autofinanciada. Según fuentes de la Junta de Andalucía, el comedor Virgen Poderosa recibió en 2020 las dos, y este año solo recibirá una de ellas.
Lucía Reinado. Trabajadora social del comedor Virgen Poderosa.
"Los productos para cocinar los almuerzos que damos están cada vez más caros”
Lucía Reinado explica que están atendiendo ahora a más personas que antes de la pandemia “y los productos para dar de comer a las personas más necesitadas están más caros”. El comedor está cerrado por motivos de seguridad ante posibles contagios “y eso nos obliga a un mayor gasto en recipientes y cubiertos desechables porque la comida que damos es para llevar”.
El cambio en el número de personas atendidas ha sido importante. “Dábamos de almorzar a unas 80 personas antes del Covid y ahora andamos entre las 120 y las 130. Si antes cocinábamos siete kilos de macarrones ahora son 11, y de garbanzos pasamos de 9 a 14 kilos”, expone. Reinado apela la solidaridad de la población y de las empresas. “Necesitamos donaciones en comidas y donativos, elevar el número de socios”, indica. Y recuerda la cuenta bancaria en la que ingresas los donativos, ES8021034022153022123601, y la web y el sitio de Facebook donde se pueden dar de alta los nuevos socios: ww.comedorvirgenpoderosa.org y www.facebook.com/comedorvirgenpoderosacadiz. Reinado apostilla que “no queremos que sufran esas personas que lo necesitan a causa de trámites administrativos”.
Mila Aragón. Responsable de la Fundación Virgen de Valvanuz.
"Nos han rechazado una subvención y estamos buscando una solución con la Junta”
En la calle Santiago piden auxilio como lo pidieron el año pasado por estas fechas para poder seguir dando de cenar a un número de personas que, como en el caso de Virgen Poderosa, ha aumentado de manera similar con la epidemia. Mila Aragón, responsable de la Fundación Benéfica Virgen de Valvanuz, lamenta que “nos han rechazado la subvención y estamos buscando una solución con la Junta para saber cuál es el motivo. Es un problema porque afecta a un buen número de gastos que tenemos. Y en estas fechas, el problema se agrava”. En este caso, desde la Junta apuntan que el hecho de no recibir la subvención responde a un error en la tramitación por parte de la Fundación Virgen de Valvanuz.
No solo peligran las cenas, en las que se da de comer a muchas personas sin hogar, también la atención a las más de 200 familias que mensualmente acuden a las instalaciones de la calle Santiago para recoger los víveres. Hace justamente un año Mila Aragón contaba que desde que llegó la pandemia a las puertas de Valvanuz llaman personas “que nunca pensaban venir a un sitio así, autónomos, gente que trabaja en la hostelería y se ha quedado sin trabajo, o del comercio, gente conocida que viene avergonzada a pedir. Pero aquí nadie se queda sin alimentos”.
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