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Cien años de la 'caja nacional' Historia de un siglo de asistencia social
El metro cuadrado costó 45 pesetas. Una cifra envidiable incluso para la época. Estamos a finales de la década de los cuarenta y el Instituto Nacional de Previsión se plantea construir en Cádiz una Residencia Sanitaria, la primera de la provincia, una vez ésta se llenó de ambulatorios. Se busca el terreno, tras un uso provisional del Hospital de Mujeres, y se localiza en la entonces incipiente Puerta Tierra.
La parcela elegida ocupaba una extensión de unos 20.000 metros cuadrados, entre lo que hoy son las calles Trille y Marconi. Era propiedad de la familia González de Peredo.
La negociación entre el INP y los Peredo se enquistó una vez que el suelo comenzó a revalorizarse tras la Explosión de 1947 y se planificó la urbanización de extramuros. Sólo la intervención del alcalde José León de Carranza permitió rebajar el precio, hasta las citadas 45 pesetas, y reactivar el proyecto sanitario. Como el suelo superaba las necesidades del Instituto Nacional de Previsión, buena parte del mismo acabó en manos municipales, para la construcción de viviendas sociales.
Será un paso fundamental para la sanidad pública cuya red asistencial se ampliará con el tiempo a Algeciras, Jerez de la Frontera y Puerto Real.
Hasta su 'muerte' en 1978 y su transformación en otros organismos públicos: Tesorería, INSS, etcétera, esta fue la operación de mayor calado de las emprendidas por el Instituto Nacional de Previsión en Cádiz. El INP ha estado de celebración este año tras cumplir su primer centenario desde que fuera fundando en 1908 durante el reinado de Alfonso XIII y bajo el gobierno de Eduardo Dato.
Lo recuerda Francisco Arenas, un histórico de esta institución pública en la que comenzó a trabajar en 1940 y de la que acabó siendo director tanto de las oficinas de Cádiz como de Sevilla.
"El objetivo del INP era ayudar a la creación de una nueva sociedad, inculcando y difundiendo la previsión". En la década de los veinte se desarrolla el Retiro Obrero Obligatorio, conocido como el seguro de la 'perra gorda', al que le sigue la Ley de Accidentes en el Trabajo y el Seguro de Maternidad (durante la República) y, ya en 1939, el Seguro de Vejez e Invalidez y, después, el de Enfermedad.
Un largo listado legislativo de un evidente calado social que, según Arenas, alcanzó su esplendor a lo largo del franquismo "que impulsó la protección total a la familia, incluso con una prestación de nupcionalidad a través del Fuero del Trabajo".
Así, la entrada de Francisco Arenas en el INP coincide con la expansión de este organismo. Su ubicación primitiva en la plaza de San Agustín, incluso con ulteriores ampliaciones en la misma zona, resultará estrecha ante las necesidades de personal que va requiriendo un servicio cada vez más demandado, por lo que se plantea la construcción de un edificio de nueva planta que se ubicará junto a Puerta Tierra, en suelo cedido por el Ayuntamiento. El edificio será inaugurado en 3 de octubre de 1955 por José Antonio Girón, entonces ministro de Trabajo. El inmueble está hoy cerrado, pendiente de una profunda remodelación como sede del INSS, uno de los herederos del Instituto de Previsión.
La historia del INP en Cádiz es la propia historia de los trabajadores de la ciudad y de quienes quedaron viudas o huérfanos y acudieron al imponente edificio junto a la muralla para tramitar sus ayudas. O de quienes fueron al sufrir un accidente o una asistencia por desempleo. Tuvo por ello un evidente carácter social y "por su especial implicación en la clase trabajadora".
La aún hoy conocida como 'Caja Nacional', por aquello de ser la Caja Nacional del Subsidio de Enfermedades, acabó jubilada el mismo año que cumplía los setenta años. "El entonces ministro de Trabajo nos anunció el fin del INP, sin duda por el miedo que había debido a la fuerza que tenía este organismo, y yo le dije públicamente que se le jubilaba a la misma edad en la que se jubilaban los trabajadores", recuerda Francisco Arenas.
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